Escuché una suave melodía, parecía casi angelical, como si fuese un conjunto de arpas provenientes del mismísimo cielo, siendo instruidas por seres ancestrales con sus túnicas blancas y aquellas alas tan majestuosas.
Entre mis dedos las tela era espesa, no dolía pero tampoco calmaba ese tic que se repetía como bomba dentro de mi cabeza. Me sentía como campo minado. Mi garganta dolía, todo mi cuerpo, me sentí inerte.
Oí mi propia respiración, opacando ese suave cantar que… se convirtieron en palabras sin sentido. No era una trova, era una oración. Aferré mis dedos a las sábanas, no quería despertar y enlutar esa bruma blanca que oprimía esos malos recuerdos, esas veces en que todo se volvía un calabozo con montones de manos desconocidas pidiendo ayuda y reclamando de mí. Era una pesadilla constante que no tenía principio ni final.
— Hay muchas cosas que no te he dicho — esa voz dulzona la conozco, inclusive aunque trate de esconderse en ese tono tan tristón. Tammy —. Pero quiero que sepas que todo lo hago por ti, eres mi mejor amiga y te amo a pesar de todas las tonterías que haces.
Sus dedos presionaron mi mano, dolía y a la vez era un consuelo. Pensé en su largo cabello cayendo en cascada, al igual que ese tono tan inapropiado de ojos que tenía. ¿Cómo un monótono negro podía brillar aún más que el más impactante de los azules? Tammy es como un sr angelical que pisó tierras mortales por mero gusto de ofrecer sus consejos, de aportar su calma y estar ahí, al pie del cañón.
Me gusta que me hable al oído. Sentí cosquillas al sentir su aliento cálido chocando contra mi piel, ella inspira confianza y pese a ello, me siento aún impactada por la manera en que mi cuerpo fue débil ante los toques. Me provocó temblores, sentí asco de mí misma e inclusive insistí en caer nuevamente a las manos de un sueño profundo. ¿Qué más daba desaparecer unos minutos más?
¿Qué más daba prepararme mentalmente para soportar el toque de Allen ahora que era consiente de esa parte de mí que había sido abusada? No conciliaba la idea de tenerlo cerca para no provocarme un dolor duradero ante su posible rechazo.
Él me quería pero lo que me había sucedido era demasiado.
— Deberías haber visto lo preocupado que estaba Allen por ti — inquirió como si fuese capaz de leer mis pensamientos —. Nunca lo había visto tan fuera de sí, fue una… conmoción para todos.
No quería despertar pero sabía que debía hacerlo. Mis parpados temblaron unos segundos antes de que mi campo visual se tornara en tonos virginales. No era la primera vez que me encontraba en un hospital y pese a ello, mi estómago se revolvió como si estuviera en la fase terminal de una enfermedad mortal.
Oí la respiración entrecortada de Tammy y percaté sus movimientos mecánicos: fue una mirada perdida y después a sonrisa más enfermiza que hubiese visto. Ella no estaba bien, podía notarlo en la manera que mordía su labio inferior con fuerza hasta en ese tic nervioso que se instaló en sus dedos.
— Hola — susurré.
— Estás despierta… — sonó más como una pregunta. Miré en todas las direcciones, buscando alguna señal de Allen, la decepción me consumió al no percatar ese par de zafiros que me tranquilizaban. Él ya no me quería, le causaba nauseas —. Dios, ¡Estaba preocupadísima por ti!
— Lo siento — Tammy se relajó visiblemente.
— Allen vendrá pronto — sonrió a medias —. No te preocupes.
¿Quería realmente verlo?
Aún no estaba en mi sano juicio para analizar las barbaries que había cometido tras una sola equivocación. Era gracioso el cómo mi vida se había vuelto un conjunto de caos en picada sólo por romper una regla, sólo una regla para impresionar a mis amigas. Me pregunté interiormente qué hubiese sido de mí si esa noche hubiese rechazado la idea de Sasha y de Babi. Tal vez mis padres seguirían con vida, tal vez la tonta y mimada Audri Blandler estaría estudiando ballet en una de las escuelas más prestigiosas del mundo mientras Tyler, el chico más encantador de la clase se comprometía con ella para un futuro mientras Hannah y Megan Davis se carcomían los sesos en busca de una explicación factible ante mi triunfo en todos aspectos. Emily no existiría, Allen seguiría siendo el mismo chico atrapado en una vida que no es suya, Miles y Tammy no estarían juntos, Engel no tendría una compañerita de juegos… su vida no estaría tan llena de dramas al igual que la mía. ¿Realmente me gustaría retornar casete y ser la misma chica que era dos años atrás?