Este estado emocional que se activa
al enfrentar amenazas
tiene una frecuencia
vibracional que oscila
alrededor de 150 MHz.
Su objetivo es mantenernos
a salvo, pero si lo dejamos
que nos controle no nos dejará vivir.
Nos puede producir cambios
psicológicos. Es una emoción
muy poderosa y destructiva
para nuestra vida cotidiana.