La esperanza es producto directo de
la fe. Si tienes fe te llenas
de esperanzas, es la fuerza
que nos sostiene y nos impulsa
a seguir adelante ayudándonos a
tener más alternativas.
También la esperanza es muy
importante para mantener el
optimismo. Principalmente
debemos convencernos que todo
lo que nos sucede en la vida tiene
un propósito del cual aprendemos.