No sé cuándo fue que logré sumergirme en rutinas tristes y aburridas
Lo único que queda son éstas letras, formando palabras vacías,
tratando de reparar las heridas coloridas.
Perdí mi propio control
Cuando logro reaccionar estoy rodeado de un montón de humo, que va matándome segundo a segundo.
Soy quien aparenta sonrisas y miente sobre su vida, pero sueño con cada rostro y cada suspiro se convierte en sonidos enfermos.
Enfermedad y sobriedad
¿A dónde nos llevan los sueños cuando se tocan fibras tan sensibles?
¿A dónde me lleva mi enfermedad alucinante?
Oscuro y provocativo
es el futuro que me auguro