Empezando a través del sol

Capítulo 3

-Te gusta la comida Francisco?

-Esta muy rica, eres muy buena cocinera.

-Cómo fue tu día de trabajo?

-Bien, fue un día tranquilo. El tuyo cómo estuvo?

-Tranquilo, le lleve las comidas a Paul y almorcé con él. Me pone tan triste verlo así, no se que hacer para sacarlo de ese estado.

-También quiero que esté mejor, necesitamos alguien que nos ayude, además del psicólogo.

-Creo que tienes razón, vamos a tener que buscar ayuda.

-Mirian yo quería proponerte algo, no te gustaría acompañarme a un viaje?

-Claro que me gustaría, pero no podemos dejar solo a nuestro hijo, podría herirse si no lo controlamos.

-No te preocupes que eso ya lo tengo solucionado. Contrate una acompañante terapéutica que va a estar con él las 24 horas. Quiero que salgas un poco y cambies el aire, seguro que cuando volvemos podremos hacer mucho más por nuestro hijo.

-Estás seguro que es buena profesional? Cómo se llama?

-Es muy buena, trabaja en el hospital y tiene mucha experiencia. Se llama Diana Prince. Si quieres la puedes conocer antes de contestarme. La puedes ver por la mañana en el hospital.

-Está bien, déjame conocerla y te doy mi respuesta. Si trabaja en el hospital cómo estará las 24 horas con nuestro hijo?

-Pidió permiso en el hospital y se lo dieron porque no quieren perderla, creo que eso demuestra que es muy buena en lo suyo.

-Tranquilo Francisco, mañana la conoceré y vemos que pasa.

-Muchas gracias Miriam, veras que todo saldrá bien.

Miriam

A pedido de mi esposo voy a conocer a esta chica. Francisco está muy entusiasmado con el viaje y para ser sincera me vendría muy bien salir un poco de casa. Solo me cuesta mucho dejar a mi hijo, se que es un hombre que debe cuidarse solo pero la tristeza oscureció tanto su alma que perdió las ganas de vivir.

Llegó a la recepción del hospital y preguntó por ella, una enfermera me dice que vaya a su consultorio. Golpeó la puerta y me dicen que pase. Cuando entro me encuentro con una chica de ojos celestes, pelo castaño y estatura media, que me recibe con una gran sonrisa.

-Buenos días señora, soy Diana, en qué la puedo ayudar?

-Buenos días Diana. Soy Miriam Spector, mi esposo habló contigo para que cuides a mi hijo. Vine porque quería conocerte.

-Encantada de conocerla señora. Sí, estuve hablando con él, por suerte en el hospital me permiten faltar para cuidar de su hijo.

-Ahora que te veo creo que vas a poder cuidar bien de mi hijo.

-Eso espero hacer señora, mi trabajo es algo que hago con mucha pasión. Poder ayudar a las personas a recuperar de a poco sus vidas es lo mejor de mi tarea.

-Escuchándote hablar así estoy más que convencida que mi esposo eligió muy bien. Ahora te dejo para que trabajes, yo debo volver a casa para que mi esposo vaya a su oficina. Le diré que te avise cuando comienzas con tu trabajo.

-Muchas gracias señora, un placer conocerla, le agradezco que me permita cuidar a su hijo. Estaré esperando su llamado.

-Hasta luego Diana, el placer también es mío. Nos vemos pronto.

-Hasta luego señora.

Me voy tranquila luego de haberla conocido, esta chica tiene algo que la hace especial, no se decir que es pero me da la sensación de que dejó a mi hijo en buenas manos.

Diana

Fue algo rara la visita, pero pienso que ella quería saber bien quién iba a cuidar de su hijo. Solo espero que se haya llevado una buena impresión de mi. Se nota que son unos padres que quieren mucho a su hijo y buscan lo mejor para el. Me recuerdan mucho a los míos, siempre preocupados porque todo me vaya bien, mejor dejo de pensar y sigo trabajando.

-Hola Miriam, qué te pareció la señorita Prince?

-Hola Francisco, me gusto mucho. Esa chica tiene algo especial que me hizo confiar con solo verla, parece muy tierna y dulce.

-Yo tuve la misma sensación cuando la conocí, sentí que podía confiarle el cuidado de nuestro hijo. Quién te dice que lo ayude a salir de su encierro.

-Sería muy bueno que alguien lo ayude a volver a su vida y a salir de la casa, nuestro hijo merece ser feliz.

-Entonces hoy ya organizó todo para el viaje, gracias Miriam por aceptar mi proposición, veras que te vendrá bien estar un poco lejos de casa.

-No me agradezcas si no hubieses encontrado alguien para cuidar a nuestro hijo no podía aceptarla, pero aunque me cueste dejarlo se que necesito distraerme un poco para poder ayudarlo mucho más.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.