Empezando a través del sol

Capítulo 38

Diana

Subo las escaleras, me recuerda como nos conocimos, la diferencia es que ahora no se porque esta haciendo esto. Tiene que explicarme porque me dejó sola en el hospital, pero temo que me diga que ya no me quiere más y eso me destruiría por completo. Golpeó la puerta de su habitación.

-Paul por favor hablemos, quiero saber que te pasó.

No responde y no se escucha ningún sonido desde adentro.

-Amor hablemos, no quiero que te encierres nuevamente. Por lo menos dime que estás bien.

-Vete Diana yo no puedo hacer nada bien. No quiero seguir hiriéndote.

-No digas eso, si tu no estas a mi lado yo no puedo seguir adelante.

-Si puedes y lo vas a hacer, vete y déjame solo. No pienso salir más de acá.

Me siento apoyada en la puerta, rodeo mis piernas con mis brazos, la angustia me mata, solo me queda recordarle que vamos a ser padres quizás así abra la puerta.

Paul

Me recuesto sobre la puerta y terminó sentado en el piso, escucho su respiración, se que todavía está, como voy a mirarla a la cara cuando soy el culpable de que perdiera a nuestro hijo. Nunca me lo voy a perdonar y sé que ella tampoco lo hará.

-Paul te suplico que hablemos, no sólo por nosotros si no por nuestro hijo, él nos va a necesitar a los dos.

Deja de hablar para llorar desconsoladamente. Ni comprendo cómo habla de nuestro hijo cuando ya no existe.

-No hay nosotros, no me mientas se que por mi culpa perdiste al bebé.

-Si no me crees, mira esto y sabrás que digo la verdad.

Desliza por debajo de la puerta un sobre blanco con el sello del hospital, lo abro y dentro hay una ecografía a su nombre con la fecha de hoy. Leo el informe adjunto que dice que el bebé está en buen estado y tiene unas siete a ocho semanas. Entonces vamos a ser padres, abro la puerta y la encuentro sentada en el piso, me arrodilló a su lado y la abrazo.

-Perdón amor, no quise abandonarte, pero cuando escuche a Naz decir que estabas embarazada pensé que por mi culpa habías perdido al bebé.

Diana

Levanto la vista para mirar directo a sus ojos, veo las lágrimas que ruedan por sus mejillas, las seco con mis pulgares.

-Amor solo entendiste mal, Naz me hizo una eco en la zona de la cirugía para estar tranquila de que el golpe no había hecho nada. Fue entonces que descubrió que estaba embarazada, me dijo que no me preocupara porque todo estaba bien.

-Por eso ella me dijo Diana estaba embarazada, no porque lo hubieras perdido si no porque por casualidad lo había descubierto.

-Exacto amor, por eso te digo que como te sentías culpable por mi caída entendiste mal lo que te dijo. Pero ahora ya sabes la verdad y no eres culpable de nada. Ahora se que no fue porque me dejaste de amar, ese era mi mayor temor y sin ti a mi lado ya no tendría nada sentido.

-Jamás podría dejar de amarte, solo tu le das sentido a todo. Tu eres mi luz, mi paz y la calma que mi alma necesitaba. Tu haces posible que yo pueda respirar cada día. Me fui cuando sentí que te había producido un daño que no podía aceptar, pensé que no me podrías perdonar algo tan tremendo y que ya no me ibas a querer a tu lado.

-Eso es algo que ya no podría hacer amor. Si este bebé no estuviera igual yo estaría a tu lado. Lo que sientes por mi es lo que mi corazón siente por vos. Como no te voy a amar a pesar de todo si tú lo haces. Solo puedo decirte que el destino te puso en mi camino para estar juntos en lo bueno y en lo malo, hice mi promesa ante Dios y no pienso romperla.

-Diana no puedo creer la mujer increíble que sos, me das fuerzas cuando yo tendría que hacerlo, me das tu amor y yo no puedo más que darte lo mismo. Te amaré en esta vida y más allá de esta. Te prometo en este momento que sin importar lo que pase no me volveré a encerrar porque estoy seguro que tu siempre estarás a mi lado.

Paul

La ayudó a levantarse, la tomo entre mis brazos para en un gran beso mostrarle todo mi amor, quiero estar con ella así por siempre. No puedo creer que en un tiempo ya seremos tres y nuestra familia se hará realidad.

-Paul tendríamos que bajar, porque tus padres están muy preocupados por vos. Vamos a explicarle todo lo que pasó.

-Tienes mucha razón como siempre amor. No quiero que mis padres se sientan mal por mi culpa.

Miriam

Los veo bajar las escaleras abrazados, gracias a Dios que Diana lo hizo salir y por lo visto pudieron arreglar sus diferencias. Espero que ahora nuestro hijo nos explique que pasó.

-Padres antes que nada debo pedirles perdón por solo pensar en mi y no en lo que les pasaría a ustedes. Se que estuve muy mal y quiero explicarles lo que me pasó.




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