Empezando a través del sol

Capítulo 50

Paul

Ni bien entramos en casa la tomó en brazos y la llevó al cuarto. La depósito en el suelo y como un mago la despojó de su ropa y de la misma manera lo hago con la mía. La tengo frente a mí con su piel toda al descubierto y puedo adorar su bello cuerpo. Sus pechos al aire me incitan a cubrir uno con una mano y el otro con mi boca. Ella está parada y entrelaza sus dedos por mi pelo. Lentamente la recuesto en la cama, con mi boca voy bajando por su cuerpo, dejando una estela de besos, para llegar a quitarle la trusa con los dientes y deslizarla por sus piernas. La suelto y cae al piso. Voy besando desde el tobillo hasta el muslo. Con mis dedos separó sus labios hasta que mi lengua se topa con su clítoris, ella dice mi nombre en un gemido. La hago llegar al orgasmo cuando introduzco un dedo en su vagina.

Diana

Me siento volar, pero antes de pueda descender él se coloca sobre mi, me penetra suavemente. Me besa con pasión, me mira a los ojos, los suyos rebosan de amor.

-Te amo amada mía.

Mi respuesta es besarlo, él comienza a moverse, entra y sale de mi con una suavidad exquisita, con ritmo me va llevando poco a poco. Me voy sintiendo totalmente colmada, no sólo por tenerlo dentro de mí, si no porque siento como su amor envuelve mi cuerpo. Me toma por los hombros, me levanta y se sienta sobre sus talones. Se que quiere que yo lleve el ritmo, comienzo muy lento y voy aumentando de a poco. Nuestros cuerpos se perlan por la transpiración, veo el placer en su rostro, eso me lleva a un orgasmo impresionante, con la última estocada llega el también. Nos quedamos un momento abrazados, no queremos romper esta hermosa unión. Un momento después me ayuda a salir de él, nos acostamos en la cama, nos cubrimos y no abrazados.

-Hasta mañana amor, descansa mi vida, te amo.

-Yo también te amo esposo mío. Hasta mañana.

Paul

Esa noche tuvimos una unión única, como hacía mucho no la teníamos. Me sentí dueño del mundo por tenerla a ella y percibir todo su amor fue algo excepcional. Nos quedamos dormidos con la sensación que de acá en adelante todo iba a ser solo felicidad.

Dos años después

-Esposa mía eres la dama de honor más hermosa que he visto. No sólo eso sos la más bella de esta fiesta.

-Yo diría que el padrino, que es usted mi amado esposo, es el más guapo sin dudarlo.

-Digamos que somos la pareja perfecta después de los novios. Cómo te sientes?

-Muy feliz por ver a mi amiga Naz enamorada y ahora la esposa de Eliot. La verdad que nunca pensé que llegarían a esta instancia.

-Se los ve muy bien juntos, al principio pensé lo mismo pero con el tiempo me di cuenta que lo de ellos iba para algo más.

-Chicos vengan que queremos brindar con ustedes, porque gracias a que nos presentaron hoy estamos juntos.

-Claro amiga, sabes que siempre estaré para vos y sobre todo para verte feliz.

Diana

Vamos con Naz a la mesa de los novios. Eliot nos pasa una copa de champagne a cada uno, toma un micrófono y pide silencio.

-Los padrinos de la boda, que son los culpables de que hoy me haya casado con esta bella mujer, van a realizar el brindis. El primero en hablar será el padrino.

-Primero que nada quiero decirles que me alegra mucho verlos felices esta noche. Tengo que ser sincero al decir que cuando conocí a Eliot estaba un poco celoso por la cercanía que tenía que mi bella esposa, pero al ir conociéndolo me di cuenta que era una buena persona. Hoy veo cómo se han unido dos increíbles personas a las que les deseo la misma felicidad que hemos tenido nosotros en nuestro matrimonio.

Paul se abrazó con ambos, se ve la emoción en todos. Ahora me toca a mi hablar.

-Ver a mi amiga muy feliz me hace sentir muy bien. Realmente nunca pensé que por una simple invitación a una cena hoy llegaríamos a verlos unidos en matrimonio. Me siento honrada de ser testigo de cómo ellos se conocieron y llegaron a enamorarse, hoy estoy para acompañarlos en este momento increíble. Como dijo mi esposo les deseo que sean tan felices como lo somos nosotros. Levantemos las copas para brindar por esta bella pareja y por el amor.

Todos levantan sus copas para brindar, la felicidad y el amor flota en el aire. Después de eso pasamos una noche increíble y muy divertida, bailamos hasta el amanecer cuando cada uno volvió a su casa, los novios por su parte se fueron de luna de miel. Cuando íbamos camino a casa con Paul, nos detuvimos a admirar la salida del sol sentados en un banco del parque. En un momento y ante tanta belleza, tomó su mano y la colocó sobre mi vientre. El me mira intrigado.

-Amor en unos meses habrá un integrante más en la familia. Vamos a ser padres nuevamente.




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