Leo y Valeria se encontraban en la pequeña oficina de "Estrellas Brillantes". La luz del sol de la mañana se filtraba a través de las ventanas polvorientas, iluminando los esfuerzos del día. Valeria, con su habitual torpeza, intentaba organizar un montón de papeles mientras Leo revisaba el periódico local en busca de audiciones.
Leo: "¡Aquí hay una!" exclamó Leo, levantando el periódico. "Buscan a una actriz para un papel secundario en una película independiente. ¿Qué te parece, Valeria?"
Valeria, que había derramado una taza de café sobre los papeles hacía apenas unos minutos, levantó la vista con una sonrisa nerviosa.
Valeria:"¡Genial! ¡Vamos a intentarlo!"
El entusiasmo de Leo era contagioso.
Leo: "Muy bien, chica, prepárate para tu primera audición. Vamos a mostrarles de qué está hecha Estrellas Brillantes."
Horas más tarde, Leo y Valeria se encontraban en una sala de espera llena de aspirantes a actrices. La atmósfera estaba cargada de nerviosismo y competencia. Valeria, visiblemente intimidada, se aferraba al guion con fuerza.
Leo: "No te preocupes," le susurró Leo, tratando de infundirle confianza. "Solo sé tú misma y da lo mejor de ti."
Finalmente, el nombre de Valeria fue llamado. Respirando hondo, se levantó y caminó hacia la sala de audiciones, dejando a Leo esperando con el corazón en la garganta. Pasaron los minutos y Leo intentaba distraerse, pero su mente estaba fija en cómo le iría a Valeria.
Valeria salió de la sala con una expresión indescifrable. Leo se apresuró a su encuentro.
Leo: "¿Qué tal fue?"
Valeria: "Creo que... lo arruiné," admitió Valeria con una mueca de decepción. "Me equivoqué en mis líneas y tropecé con la silla."
Leo rió, tratando de aliviar la tensión.
Leo: "Bueno, al menos no les rompiste nada, ¿verdad? Es un comienzo."
Valeria: "Lo sé," dijo Valeria, tratando de sonreír. "Pero esto es más difícil de lo que pensaba."
Leo puso una mano en su hombro.
Leo: "Esto es solo el comienzo, Valeria. Nadie dijo que sería fácil, pero no te desanimes. Vamos a seguir intentándolo hasta que lo logremos."
Mientras salían del edificio, la determinación en los ojos de Leo no pasó desapercibida para Valeria. Sabía que, con su apoyo, podría enfrentar cualquier desafío. Aunque los primeros intentos habían sido difíciles, ambos estaban decididos a seguir adelante, sin importar cuántos tropiezos encontraran en el camino.
Tras la primera audición fallida, se lanzaron a las calles de la ciudad en busca de nuevas oportunidades. Con un mapa arrugado y una lista de castings, comenzaron su odisea.
Primera parada: un pequeño teatro local.
Director: "Buscamos una actriz para el papel principal en nuestra próxima obra," anunció el director, un hombre con una barba tan larga que casi podría usarse como bufanda.
Valeria subió al escenario y, a los pocos minutos, se enredó con las cortinas, derribando un decorado. Leo miró desde la platea, llevándose una mano a la cara. El director tosió incómodamente y agradeció a Valeria por su tiempo, señalándoles amablemente la salida.
Leo: "Bueno, eso fue... interesante," comentó Leo, tratando de sonar positivo. "¿Vamos al siguiente?"
Segunda parada: un casting para un comercial de refrescos.
Director de casting: "Necesitamos a alguien que transmita frescura y energía," dijo el director de casting, un hombre que parecía haber bebido 10 latas de refresco esa mañana.
Valeria, con su entusiasmo habitual, dio un salto y gritó, "¡Refrescos para todos!", pero en su excitación, tropezó con una lata vacía en el suelo y cayó de espaldas. Leo, que había estado observando con una sonrisa esperanzada, la vio desplomarse y no pudo evitar soltar una carcajada.
Leo: "¡Estás bien, Valeria!" preguntó Leo, ayudándola a levantarse mientras el director sacudía la cabeza, claramente no impresionado.
Tercera parada: un casting para un papel de extra en una película de acción.
Asistente de dirección: "Solo necesitamos que corras en el fondo, nada complicado," dijo la asistente de dirección.
Leo: "Eso podemos hacerlo," murmuró Leo con confianza. Pero cuando le dieron la señal, Valeria salió corriendo en la dirección equivocada, chocando contra uno de los actores principales y provocando un pequeño caos en el set. El director gritó "¡Corte!" tan fuerte que los pájaros cercanos salieron volando.
Leo: "Al menos lo intentaste," dijo Leo, suspirando mientras salían del set. "Vamos al próximo."
Después de varias paradas más, el optimismo de Leo comenzó a desvanecerse. Cada rechazo era más hilarante y doloroso que el anterior. En una audición para un papel en un anuncio de cereal, Valeria terminó cubierta de leche y cereales, pareciendo más una obra de arte abstracta que una actriz prometedora.
Leo: "Esto no puede ser tan difícil," murmuró Leo, frotándose las sienes mientras caminaban hacia el siguiente casting. "Es solo actuar, ¿verdad?"
Valeria: "Tal vez no soy buena en esto," dijo Valeria, empezando a dudar de sí misma.