Empresario por Accidente

Capítulo 5: ¡¿Quien es este Viejo?!

Leo se encontraba echado en su cama, navegando en internet con su laptop en busca de alguien que busque trabajo de contador. La pantalla iluminaba su rostro cansado, mientras pasaba de un anuncio a otro sin éxito.

Leo: (con un suspiro) "Nada, todos piden experiencia de años y yo solo tengo deudas y Chispa..."

Chispa, el ratón, observaba desde su pequeña casita improvisada en un rincón de la habitación.

Leo: "Tú deberías ser el contador, Chispa. Seguro que lo harías mejor que yo."

Después de horas sin encontrar ningún contador "accesible," Leo se aburrió y decidió ir a un bar nocturno para despejarse. El bar, "El Refugio del Náufrago," era conocido por su ambiente relajado y sus bebidas fuertes. Al entrar, el bullicio y la música alta le hicieron olvidar momentáneamente sus preocupaciones.

Mientras se dirigía a la barra, algo en el suelo llamó su atención. Entre las sombras y los pies de los clientes, un hombre yacía tirado en el piso. Tendría unos 45 años, con el cabello canoso y desordenado, una barba de varios días y la ropa arrugada y sucia. Parecía haber tenido una larga y dura noche.

Leo se dirigió a la barra para pedir algún trago. Mientras esperaba, notó a dos chicos agachados junto al hombre tirado en el piso. Parecían estar buscando algo en sus bolsillos.

Leo: (pensando) "No te metas, Leo. No lo hagas. No lo hagas..."

Pero aun así, decidió ir a ayudar al hombre. Se acercó rápidamente y alzó la voz.

Leo: "¡Oigan! ¿Qué están haciendo?"

Uno de los chicos levantó la vista sorprendido, mientras el otro continuaba rebuscando en los bolsillos del hombre. Antes de que pudieran reaccionar, el hombre en el suelo se despertó de repente y, con una velocidad sorprendente, noqueó a uno de los chicos con un solo golpe. Su compañero, asustado, huyó corriendo del bar.

El hombre, confundido y aún medio dormido, se levantó tambaleándose y dirigió su mirada hacia Leo.

Señor: "¡Tú también quieres robarme, eh!"

Sin darle tiempo a reaccionar, el hombre lanzó un puñetazo hacia Leo. Leo esquivó como pudo, tratando de explicarse.

Leo: "¡Espera, espera! ¡Yo solo quería ayudarte!"

Después de varios minutos de confusión y algunos golpes más, el hombre finalmente se detuvo, respirando pesadamente.

Señor: "¿Tú... tú no eres uno de ellos?"

Leo: (sacudiéndose el polvo) "No, solo intentaba evitar que te robaran."

El hombre se frotó los ojos y luego miró a Leo con una expresión de arrepentimiento.

Señor: "Vaya... lo siento, muchacho. Te he confundido. Déjame invitarte unas copas para compensarlo."

Después de pasar unas horas en el bar, Leo y el señor se encontraban completamente borrachos. Las risas y el sonido de vasos chocando llenaban el aire.

Leo: "¡Y ahí estaba yo, gastando todos mis ahorros en una empresa en bancarrota!" (se ríe y luego se pone serio) "¿Y para qué? Para contratar a una chica que es una completa novata... no sé ni qué estoy haciendo."

El señor, con un vaso en la mano, escuchaba con atención.

Señor: "Mira, muchacho, lo primero es entender que el financiamiento es clave. No puedes simplemente gastar todo tu dinero sin un plan. Debes asegurarte de tener un flujo de efectivo constante y administrar tus recursos sabiamente."

Leo: (curioso) "¿Y cómo sabes tanto de eso?"

Señor: "Ah, no te lo había dicho, ¿verdad? Soy uno de los mejores contadores de la ciudad."

Leo comenzó a reírse, pensando que era una broma.

Leo: "¡No bromees, viejo! Ya en serio, ¿cómo sabes tanto?"

El señor simplemente sonrió y tomó otro trago.

Señor: "¿Crees que estoy bromeando, muchacho? Te lo digo en serio. He manejado las finanzas de algunas de las empresas más grandes de esta ciudad."

Leo: (todavía riéndose) "Sí, claro, y yo soy el rey del universo."

Señor: (con una sonrisa irónica) "No tienes que creerme, pero si realmente quieres salvar tu empresa, te daré algunos consejos gratis."

Leo dejó de reír y miró al hombre, dándose cuenta de que parecía sincero.

Señor: "Primero, necesitas una estrategia de marketing efectiva. Algo que atraiga a clientes y haga que hablen de tu agencia. Segundo, encuentra una forma de diversificar tus ingresos. No pongas todos tus huevos en una sola canasta."

Leo: "¿Y cómo hago eso?"

Señor: "Ofrece servicios adicionales. Tal vez consultoría para aspirantes a celebridades, o incluso clases de actuación. Pero sobre todo, debes mantener un control estricto de tus finanzas. Cada centavo cuenta."

Leo se quedó pensativo, asimilando lo que el hombre decía. A pesar de su estado ebrio, las palabras del señor parecían tener sentido.



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En el texto hay: humor, empresa, empresa en bancarrota

Editado: 31.07.2024

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