Leo despertó sintiendo algo raro, una presencia extraña muy cerca de su cara. Abrió los ojos lentamente y se encontró cara a cara con Antonio, roncando a solo centímetros de su rostro. Horrorizado, Leo gritó y empujó a Antonio fuera de la cama.
Leo: (gritando) ¡¿Qué demonios haces en mi cama?!
Antonio: (desde el suelo, medio dormido) Estaba durmiendo, ¿qué no lo viste?
Leo: (sorprendido y aún en shock) ¡Eso lo veo! ¿Pero por qué aquí, conmigo?
Antonio: (encogiéndose de hombros) Anoche estaba muy borracho. Supongo que me desmayé aquí. Ah, por cierto, me llamo Antonio.
Leo: (frotándose las sienes) ¿Antonio? ¿Y cómo terminé yo en esta situación?
Antonio: (burlón) Bueno, después de esa noche de copas, me caí en tu cama. Te lo advertí, soy bastante perezoso y cuando el alcohol entra en juego...
Leo: (suspirando profundamente) Bueno, es un placer conocerte oficialmente, Antonio. Necesitamos ponernos a trabajar si queremos salvar esta empresa.
Después de una breve y caótica mañana, ambos se dirigieron al edificio de la agencia. La oficina seguía estando un poco desordenada, pero Leo y Antonio se sentaron en la mesa de reuniones, listos para planificar su estrategia de publicidad.
Antonio: (con un tono perezoso) Deberíamos hacer un video promocional y subirlo a las redes sociales. Algo sencillo pero efectivo.
Leo: (inquieto) ¿Yo en un video? No sé si eso sea buena idea...
Antonio: (sonriendo) No te preocupes, lo haremos rápido. Vamos al parque y grabamos allí.
Se dirigieron al parque donde encontraron a Valeria practicando sus líneas, rodeada de niños. Leo y Antonio le explicaron el plan, y Valeria, siempre entusiasta, aceptó sin dudar.
Valeria: ¡Me parece genial! ¡Vamos a hacerlo!
Montaron una pequeña cámara en un trípode, y Antonio se encargó de grabar. Leo se aclaró la garganta, nervioso, mientras Valeria se colocaba a su lado.
Antonio: (detrás de la cámara) Acción.
Leo: (mirando a la cámara) Hola a todos, soy Leo Dávila, el nuevo dueño de Estrellas Brillantes Agencia de Celebridades. Estoy aquí con nuestra talentosa actriz, Valeria. Estamos buscando más talentos como ella, así que si tienes un sueño, ven a nosotros. ¡Haremos que brilles!
Justo en ese momento, un grupo de palomas voló sobre ellos, y una dejó caer su "bendición" directamente sobre la cabeza de Leo. Valeria trató de contener la risa, pero fue en vano. Antonio bajó la cámara, intentando no reírse.
Antonio: (riéndose) Bueno, eso fue... inesperado.
Leo: (limpiándose la cabeza) ¡Perfecto! ¡Esto va a atraer la atención, seguro!
Después de varias tomas fallidas y más momentos cómicos, lograron grabar un video decente. Antonio se encargó de editarlo rápidamente y lo subieron a las redes sociales.
Antonio: Ahora, a esperar. Pero no podemos quedarnos quietos. Debemos hacer algo más para llamar la atención.
Leo: ¿Qué tienes en mente?
Antonio: Vamos a hacer un evento en el parque. Una especie de espectáculo donde Valeria pueda mostrar su talento. Invitemos a la gente y hagamos ruido.
Pasaron el resto del día organizando el evento. Valeria practicó sus líneas y movimientos, mientras Leo y Antonio se encargaron de imprimir volantes y colocarlos en las tiendas cercanas. Cuando llegó la tarde, el parque estaba lleno de curiosos.
Valeria empezó su actuación, pero los problemas no tardaron en llegar. Primero, el micrófono comenzó a fallar, emitiendo un ruido chirriante. Luego, un perro callejero se subió al "escenario" y empezó a ladrar, interrumpiendo la actuación. Para colmo, uno de los niños decidió unirse a la escena, imitando los movimientos de Valeria de manera exagerada y cómica.
Valeria: (tratando de mantener la compostura) Bueno, parece que tenemos un pequeño invitado especial...
La audiencia estalló en risas, pero no de la manera que Leo y Antonio habían planeado. El evento se convirtió en un espectáculo de burla. Al final del día, Leo, Antonio y Valeria se sentaron agotados y desanimados en una banca del parque, con la mirada hacia el suelo.
Leo: (suspirando) Bueno, no fue perfecto, pero al menos la gente se divirtió... a costa nuestra.
Antonio: (sonriendo con sarcasmo) Exactamente. A veces, la mejor publicidad es hacer reír a la gente. Lástima que se rieran de nosotros.
Valeria: (con una risa amarga) ¿Creen que hacer todo mal es nuestro mayor talento?
De regreso a la oficina, revisaron las redes sociales y se dieron cuenta de que el video promocional había sido compartido muchas veces, pero los comentarios eran mayormente negativos y llenos de chistes de mal gusto. La torpeza de Leo y Valeria había capturado la atención del público, pero no de la manera que esperaban.