Leo despertó con la sensación de que el día sería otro desastre. Se levantó de la cama, estirándose y mirando el reloj. Eran las 7 de la mañana y ya se sentía agotado. Con un suspiro, se dirigió a la computadora para revisar los comentarios en el video de publicidad que habían publicado.
Leo: (murmurando para sí mismo) "A ver qué desastre nos espera hoy..."
Al abrir el video, se encontró con una avalancha de comentarios de odio. Los trolls estaban en plena forma, burlándose de cada aspecto de su intento de promoción. Leo sintió cómo su positivismo se desvanecía lentamente. Justo entonces, Valeria entró en la oficina, con los ojos llenos de preocupación.
Valeria: "Leo, ¿cómo van los comentarios?"
Leo: (suspirando) "Igual de mal que ayer. Parece que nos estamos hundiendo más cada minuto."
En ese momento, Antonio entró en la oficina, tambaleándose ligeramente por la resaca.
Antonio: "Chicos, ¿alguna novedad buena? Porque necesito un milagro para sacarme esta resaca."
Leo iba a responder negativamente cuando de repente recordó algo importante. Un destello de esperanza iluminó su rostro.
Leo: "¡Espera! ¿Recuerdan al director que vio talento en Valeria? Deberíamos llamarlo. Tal vez esa oportunidad aún esté en pie."
Los ojos de Valeria se abrieron con esperanza, y Antonio dejó de frotarse la sien para prestar atención.
Valeria: "¡Sí! ¡Llámalo, Leo! Necesitamos algo bueno ahora mismo."
Leo rápidamente buscó el número del director en su teléfono y marcó. Después de unos tonos, la voz familiar del director contestó.
Director: "Hola, ¿quién habla?"
Leo: "Hola, soy Leo Dávila. Nos conocimos en la audición con Valeria. Quería saber si la oferta para el papel secundario sigue en pie."
Hubo un momento de silencio que se sintió eterno. Leo contuvo la respiración, esperando una respuesta.
Director: "¡Oh, Leo! Sí, claro, la oferta sigue en pie. De hecho, estaba a punto de llamarlos para confirmar. ¿Podrían venir hoy para una reunión final?"
Leo apenas podía contener su emoción. Tapó el micrófono del teléfono y miró a Valeria y Antonio con una gran sonrisa.
Leo: "¡Dijo que la oferta sigue en pie y que quiere que vayamos hoy mismo!"
Valeria: (saltando de alegría) "¡Sí! ¡Esto es justo lo que necesitábamos!"
Antonio: (sonriendo) "Finalmente, algo bueno. Vamos a preparar todo y darles una sorpresa."
Llenos de nuevo entusiasmo, se prepararon rápidamente y salieron de la oficina. Mientras caminaban hacia la reunión, la atmósfera a su alrededor cambió. La esperanza había vuelto a sus corazones, y aunque sabían que el camino seguiría siendo difícil, este pequeño éxito les daba la fuerza para seguir adelante.
Leo, Valeria y Antonio llegaron al estudio del director, sintiéndose ligeramente nerviosos pero optimistas. Fueron recibidos en la entrada por un asistente que los condujo a una oficina amplia y luminosa, donde el director Julio los esperaba. La oficina estaba decorada con pósters de películas y trofeos de diversos premios cinematográficos, lo cual impresionó a los tres visitantes.
Julio: "¡Bienvenidos! Es un placer verlos de nuevo. Valeria, he estado muy impresionado con tu audición y estoy emocionado de trabajar contigo."
Valeria: (sonriendo nerviosamente) "Gracias, señor Julio. Estoy lista para dar lo mejor de mí."
Julio: "Llámame Julio, por favor. Aquí tienes el contrato de actuación. Léelo con calma y si estás de acuerdo, fírmalo."
Julio le entregó a Valeria un contrato de actuación. Las manos de Valeria temblaban ligeramente mientras sostenía el documento. Se sentó en una silla, con Leo y Antonio observándola atentamente. Valeria leyó cada cláusula con cuidado, queriendo asegurarse de que entendía todo. Leo y Antonio intercambiaban miradas de apoyo, listos para intervenir si Valeria necesitaba ayuda.
Leo: (en voz baja) "Tómate tu tiempo, Valeria. Estamos aquí para apoyarte."
Después de unos minutos, Valeria asintió y firmó el contrato con una sonrisa. Julio observó el proceso con una expresión de satisfacción.
Julio: "Excelente. Ahora, vayamos al escenario. Tu actuación será dentro de una hora. Confío en que harás un gran trabajo."
Mientras caminaban hacia el teatro, Valeria se tomó un momento para respirar profundamente y calmar sus nervios. Antonio puso una mano en su hombro.
Antonio: "Recuerda, Valeria, ya has superado los ensayos más difíciles con Leo. Esto es solo el siguiente paso."
Una vez en el teatro, el equipo técnico comenzó a preparar el escenario. Valeria se sentó en una silla detrás de las cortinas, repasando sus líneas en silencio. Leo y Antonio se quedaron en la sala, observando cada movimiento del equipo y sintiendo la tensión en el aire.