En Algún Lugar Dentro de Mi Mismo

ESPEJISMOS 

El cuerpo de Ángelo caía lentamente, como flotando, hasta el fondo de aquel  manantial. Tocó en suelo. Él, no pudo sentir aquello. Estaba sumido en un desmayo.

Las aguas comenzaron a bajar. Y pronto, aquel lugar estaba seco. Cuando Ángelo abrió los ojos, se percató de donde estaba, recordó por un instante en lo que minutos atrás había vivido, y quiso levantarse de golpe. ¿Cómo había llegado allí? era la pregunta que rondaba su cabeza.

Antes de colocarse en pies, tirado en el suelo, miró hacia todas partes, estaba en una especia de burbuja de cristal. Miró el suelo en donde estaba sentado y vio su reflejo, estaba sobre un espejo. Todo el lugar estaba forrado de espejos, o quizás era un solo espejo.

Pronto se levantó, mirando extrañado la forma de aquel rincón. Era un espacio heptagonal, cada espejo era un lado. Luego, miró hacia arriba y logró ver que no solo el piso era un espejo, el techo también.

Organizó sus ideas, prácticamente, e intentó recobrar el control de sí.

Caminó, tímidamente, hacia uno de los extremos de aquel lugar, en dirección a uno de los espejos, curiosamente, no había reflejo alguno en ellos. Hasta que, ya bien cerca, pudo tocarlo.

Al tocar el espejo, una imagen aparecía, primero degradada, luego tan clara como las cristalinas aguas del manantial aquel.

"¿Emmy?"

Si, era Emmy, otra vez, pero en esta ocasión no estaba sola, sus dos hijas estaban con ella.

Ángelo sonrió al verlas, pero ellas apaciguaban tristes sus miradas. Ángelo no podía entender porqué o más bien, no quería comprender.

Emmy y las niñas levantaron una mano cada una para señalar algo. Ángelo volvió la mirada para ver que estaban indicando ellas y logró ver en el otro extremo, en el espejo opuesto, que algo se iba reflejando también.

Ángelo quiso volver a mirar a donde estaba Emmy y las niñas, pero, se desvanecieron.

"No... esperen... no se vayan..."

Pero sus palabras fueron inútiles. Luego, se regresó para caminar, lentamente, en dirección hacia donde estaba el reflejo que le habían indicado su familia que tenía que mirar. Llegó hasta el y contempló la imagen que lentamente aparecía.

Era él, sentando en su viejo sillón, recostado, tomando notas, de frente a un mueble vacio, en donde se suponía que debía de estar un paciente. El reloj que colgaba en la pared comenzaba a caminar, y daba vueltas y vueltas, todas sus manijas, sin parar.

Ángelo no comprendía lo que observaba. Y se alejó. Camino de despaldas, mirando fijamente aquella imagen, hasta que chocó con el espejo siguiente.

Una hermosa habitación se reflejó, toda de blanco, con una cama inmensa en medio y dos amantes sobe ella. Era él, pero la joven a quien amaba no era Emmy. Rápidamente se alejó y buscaba el otro espejo. La conciencia de su verdad se reflejaba en cada uno. Autocontemplaba su existencia misma, inexistente en su realidad, pero que estaba presente, queriendo ocultarlas.

Allí, al siguiente pudo ver su ira, tiraba todo lo que tenía sobre su escritorio al piso, golpeaba el teléfono una y otra vez. No pudo contemplarse por mucho tiempo y fue al otro y al siguiente, y en cada uno solo estaba él, esclavo del mundo, de sí mismo, de los placeres de la vida, del deseo, del poder, codiciando, envidiando, todo, menos con los verdaderos valores de la vida.

Presto en una desesperación por no aceptar lo que contemplaba de sí mismo, comenzó a dar vuelta en aquel lugar, para ver si algo nuevo se reflejaba, pero no, entonces agitó su desesperación y daba vueltas, y vueltas. Ya pronto en aquellos reflejos se lograba ver a un hombre que, abatido, no aceptaba el reflejo de sí mismo. Luego, lo que lograba ver era su verdadero yo. Fue cuando se detuvo. Los reflejos también. Y entonces se aproximó a uno de ellos, más los reflejos quedaban inmóviles, solo observando.

Al ver que los reflejos solo observaban volvió al centro de aquella burbuja, y dio unas vueltas más, esta vez sobre el mismo eje. Se detuvo. Lleno de ira se abalanzó sobre uno de los cristales y con una fuerte patada le derribó, el espejo se quebró en mil pedazos, pero Ángelo no pudo evitar caer dentro de el.



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En el texto hay: intriga, reflexión familia , suspenso

Editado: 30.11.2018

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