Luego de esté día mágico y ocupado, decidí contarselo a mi mejor amiga Lauren, el agradable momento de estar con Jhon, ella es mi compañera fiel de vida, desde qué la conocí se convirtió en mi camarada.
Ella fue cómplice de mis locuras, compatiendo mis alegrías, acompañando mis tristezas, cuando mi alma se sentía naufragar en la amargura, ella estaba dispuesta a rescatarme con su balsa de alegría.
A veces en la embarcación las cosas se tornaban intranquilas, el carácter de la mayoría era semejante a las tormentas en medio de alta mar, cuando les ganaba la ira, el ambiente era hostil, al menos sé que puedo contar con Lauren y Jhon.
La noche fue bastante arjetreada, pero un poco de ron, risas con mi camarada, renueva, tanto como sentir la brisa del mar.