Carlos Ruíz Zafón 》”A lo mejor yo no sé querer a nadie y no sé dejar que nadie me quiera ami”.
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Michael ingresó a su oficina visiblemente molesto tras una conversación con Charles, a quien consideraba uno de sus amigos más cercanos. Sin embargo, se sentía traicionado y decepcionado, especialmente por la influencia de una mujer que había interrumpido su amistad.
Había tomado la decisión de rechazarla con todas sus fuerzas, convencido de que su regreso solo traería dolor. Su madre le había advertido días atrás sobre este tipo de mujeres, que suelen aparecer en la vida de personas buenas solo para causarles daño, alimentando el odio y el rencor. Su experiencia le había confirmado esta advertencia, ya que no encontraba otra explicación para el repentino acercamiento entre ella y su amigo Charles. ¿Qué motivo podría haber para que se reunieran y actuaran de manera tan cercana y afectuosa?
La pasión y el afecto que Michael había sentido por Rayla se habían desvanecido por completo, en gran parte debido a las palabras malintencionadas que su madre le había estado susurrando. Aunque ella lo llamaba constantemente para preguntar por su hijo, también sembraba dudas en su mente y en su corazón.
Decidido a tomar el control de la situación, Michael buscó entre sus contactos y realizó una llamada rápida al detective privado que había contratado. A pesar de que su madre afirmaba que se encargaría de todo, él prefería contar con un profesional que lo mantuviera informado sobre el proceso, asegurándose de ser el primero en recibir noticias y no depender de terceros.
—¿Qué novedades tienes para mí? —preguntó de inmediato al escuchar la voz del investigador al otro lado de la línea.
- Hasta el momento, no he logrado obtener mucha información sobre la niña, señor Rose. Lo único que he conseguido es información sobre la señora Rayla.
- ¿Qué es tan complicado que no haya ninguna información sobre la niña hasta ahora? - preguntó, visiblemente molesto, con una mirada que reflejaba peligro.
- Le pido disculpas por la demora, señor. Cada vez que creo estar más cerca de descubrir la identidad de la niña, las pruebas desaparecen. Esto me lleva a la conclusión de que hay alguien manipulando la situación para mantener su identidad oculta. No tengo claro quién podría ser, pero esta situación ha complicado considerablemente mi investigación - respondió, visiblemente apenado y frustrado.
Al escuchar esto, Michael cerró los puños y su respiración se volvió pesada, mientras su ira aumentaba.
- Rayla - musitó entre dientes, convencido de que ella era la responsable de los retrasos en su investigación, ya que claramente estaba decidida a obstaculizarlo de cualquier manera.
El investigador escuchó el nombre que se mencionó y, de inmediato, comentó: "Si me permite, no creo que la señora Rayla sea la responsable. Ella no tiene la capacidad para obstaculizar mi investigación. Lo que sospecho es que hay alguien con recursos y gran influencia detrás de esto".
Los ojos de Michael se entrecerraron al instante, mientras el nombre de su amigo Charles cruzaba su mente. "Sí, eso tiene más sentido", reflexionó Michael.
"Escúchame bien", continuó el investigador. "No importa cuán complicado o costoso sea el proceso. Si es necesario asociarte con personas poco confiables para descubrir la verdad, hazlo. Yo me encargaré de todo, pero la verdad saldrá a la luz", afirmó con una sonrisa astuta antes de finalizar la llamada.
Esto tenía mucho más sentido, ya que Michael recordaba claramente la actitud negativa de Charles hacia su interés romántico por Rayla. Tal vez su amigo había estado secretamente enamorado de ella y, ahora que él ya no estaba en la relación, había decidido acercarse a ella.
Los pensamientos de Michael comenzaron a girar en torno a la posibilidad de una conspiración entre Charles y Rayla en su contra. Esto lo puso en alerta, ya que podría tener un enemigo dentro de su círculo cercano. Si no hubiera sido por haberlos visto juntos, quizás nunca se habría enterado de sus planes y de la relación oculta entre ellos. Sin embargo, para su fortuna, ahora estaba al tanto y estaba decidido a actuar primero, moviendo sus piezas antes que ellos.