— Comenzaremos con una pedicura y manicura para relajarnos y desestresarnos. Tus amigas seguramente envidiarán el resultado cuando te vean mañana en la escuela.
— Estoy segura de que sí, ellas siempre van con sus madres a hacerse estas cosas; yo era la única que no lo había hecho — respondió, encogiéndose de hombros como si no le afectara demasiado.
— No te preocupes, esta no será la última vez, sino la primera de muchas. ¿Qué te parece si grabamos esta experiencia como recuerdo? Imagino que querrás compartirlo en tus redes sociales, a menos que tu madre supervise tus publicaciones.
— Mi madre no utiliza las redes sociales, solo me llama por videollamada a través de WhatsApp, así que no tengo de qué preocuparme con respecto a otras plataformas.
— Es curioso que en la actualidad haya personas que no usen redes sociales. Yo, por ejemplo, tengo todas mis cuentas activas. Hablando de eso, permíteme compartirte mis perfiles para que me sigas.
Ambas comenzaron a seguirse en las redes sociales y, mientras eran atendidas, conversaron sobre temas importantes y asuntos cotidianos, hasta que llegó el momento del cambio de look de Violet.
— ¿Estás nerviosa, querida? — preguntó la señora Rose mientras firmaba el consentimiento para el procedimiento.
— Un poco, pero también estoy emocionada.
— ¿Qué planeas hacer con tu cabello? ¿Piensas donarlo o venderlo? — inquirió la estilista, admirando lo bien cuidado y largo que estaba el cabello de Violet.
— Mmmm... no estoy segura, ¿qué opinas, abuela?
—Podrías venderlo y guardar ese dinero para ti. Así, cuando necesites ir al salón y arreglarte el cabello, no tendrás que depender de nadie. Creo que esa es la mejor opción, y me encargaré de gestionar todo por ti— dijo, observando cómo la expresión de la estilista cambiaba a incomodidad. Tal vez pensaba que sería mejor donarlo a niños con cáncer, pero ella no era de esas personas que se desprenden fácilmente de lo que tienen.
La estilista comenzó a cortar el cabello de Violet. Al verse en el gran espejo, soltó una risa nerviosa, consciente de que no había marcha atrás y que su madre seguramente se molestaría por esta decisión.
—Estás bellísima— comentó la señora Rose mientras sostenía la coleta de cabello de Violet. A pesar de que la familia Rose tenía el cabello oscuro, el de Violet no era tan espeso ni crecía rápidamente, por lo que la señora Rose siempre lo llevaba corto.
—Ahora nos parecemos aún más, abuela— respondió Violet con una sonrisa.
Claro, mi querida nieta, sin duda has heredado la belleza y elegancia de la familia Rose. Ahora, vamos, tu padre y abuelo deben estar esperándonos. Estoy ansiosa por ver sus reacciones ante tu nuevo look.
La expresión de Michael al reencontrarse con Violet y su madre no reflejó la felicidad esperada al ver el cabello corto de su hija.
—¿Qué has hecho, madre? ¿Por qué le permitiste cortarse el cabello? —preguntó con un tono molesto, mientras sus ojos se posaban en Violet, quien, instintivamente, evitó su mirada y tomó la mano de su abuela.
—Deja de comportarte de manera irracional. ¿Acaso no ves que se ve hermosa? Mira su belleza y porte; su cabello volverá a crecer. No permitas que tu actitud arruine este momento de felicidad para tu hija. Observa su expresión de miedo y tristeza, cuando antes estaba radiante de alegría —respondió su madre, reprendiéndolo con una mirada severa.
Ante la situación, Michael optó por guardar silencio, ya que notó que Violet se mostraba un tanto desanimada tras su comentario. Sin embargo, no podía evitar sentirse molesto; el nuevo corte de cabello le daba un aire más maduro y menos inocente en comparación con su melena larga. En ese momento, se preguntó cómo reaccionaría Rayla ante este cambio.
—Te queda muy bien —comentó el padre de Michael, quien había mantenido una postura neutral durante toda la conversación.
—Gracias —respondió Violet, visiblemente avergonzada y aún con la cabeza baja.
—Mira, mañana me gustaría invitarte a la feria. He estado investigando y hay una que no está muy lejos de aquí. Podrías invitar a tus amigas para que se diviertan; diles que su abuelo las invita —sugirió el señor Rose, intentando animar a Violet.
— ¿De verdad? — preguntó, mostrando su entusiasmo. - Mis amigas estarían encantadas de ir, al igual que yo. ¡Muchas gracias!
— No tienes que agradecer, estamos aquí para compartir contigo. Aunque solo será por un corto tiempo, durante la semana que estaremos aquí, saldremos y conversaremos para conocernos mejor.
— ¿Una semana? ¿Entonces en cinco días regresarán?
— Sí, pero no te preocupes por eso. Quizás más adelante puedas pasar las vacaciones con nosotros, y te aseguro que será una experiencia increíble — respondió Michael, mirándola con amabilidad.
— Me gusta la idea — dijo, aunque en el fondo sabía que siempre pasaba sus vacaciones con su madre. A pesar de que su madre no tenía mucho tiempo debido al trabajo, siempre intentaba compensarlo los fines de semana. Tal vez podría pasar los días de semana con su familia paterna y los fines de semana con su madre. Esa opción parecía más justa para todos, y estaba segura de que su madre lo entendería.
—¿Has considerado regresar a tu país para finalizar tus estudios universitarios allí? — preguntó la señora Rose mientras caminaban fuera del centro comercial.
—En realidad, sí lo he pensado, pero decidí venir a esta preparatoria porque me facilita el acceso a la universidad, ya que quiero estudiar neurocirugía. Mi madre lo aceptó, pero definitivamente extraño estar con ellas, y también los extrañaré a ustedes," respondió Violet.
—Eres una joven inteligente y fuerte, lo cual es admirable. Nuestra familia tiene los recursos para financiar tu educación en una universidad de prestigio, si así lo decides. Personalmente, me encantaría tenerte cerca y no tener que viajar para verte. Piénsalo, no tienes que sacrificar la cercanía con tu familia por la oportunidad de estudiar en una buena universidad— comentó Michael, mientras sostenía las manos de Violet entre las suyas.