En Busca De Lo Perdido

Escuela

Violet se reunió con su padre y abuelos frente a su escuela y, tras abordar el automóvil, recibieron cálidos saludos mientras se dirigían al restaurante.

—No sé si alguna vez has probado langostas, pero según las reseñas, este lugar es el mejor de la zona. Espero que podamos disfrutar juntos de esta nueva experiencia familiar— comentó Michael durante el trayecto.

—Sí, he probado langosta. Mi madre solía preparar cenas especiales los fines de semana para disfrutar en casa, aunque soy alérgica al camarón— respondió Violet.

—Vaya, yo también soy alérgico al camarón— dijo el padre de Michael, sorprendido, y luego soltó una risa. —Definitivamente has heredado muchas características de nuestra familia. Pero no te preocupes, hoy tú y yo no comeremos camarones.

Violet asintió, sintiéndose acogida y respaldada por su familia paterna.

Mientras disfrutaban de la comida en el restaurante, la señora Rose hizo un comentario malicioso dirigido a Violet.

— Espero que mi hijo no tenga que competir por tu afecto paternal, ya que supongo que tu madre debe tener pareja, ¿verdad?

El señor Rose miró a su esposa con desaprobación, considerando que su comentario era inapropiado hacia la niña. Michael, por su parte, observaba atentamente las reacciones de Violet, esperando su respuesta.

— No lo creo. Aunque mi madre ha tenido citas, nunca han llegado a algo serio. Crecí sin una figura paterna; ella nunca me presentó a nadie en ese rol, ya que sus relaciones anteriores no alcanzaron ese nivel. Tampoco me presentaba a sus amigos, hasta hace poco, cuando me presentó a uno de sus nuevos conocidos.

》 Charles es una persona muy carismática y amable, y realmente es una excelente persona. Me gustaría que mi madre encontrara a alguien que la haga feliz y la cuide con amor. Tal vez mis padres puedan resolver sus diferencias y podamos volver a ser una familia unida— Termino esto con una sonrisa nerviosa.

Sin embargo, esta idea no fue bien recibida por los padres de Michael, quienes no consideraban a Rayla como una candidata adecuada para ser su nuera. Por otro lado, en la mente de Charles solo resonaba su propio nombre, ya que consideraba que Rayla había sido demasiado audaz al presentarle a su hija a ese hombre, intentando forzar una amistad entre ellos.

—No todas las familias permanecen unidas al final, querida Violet. Son pocas las que realmente luchan y superan esos difíciles obstáculos, como tu abuela y yo, que después de treinta años seguimos juntos. Sin embargo, eso no es lo más importante. Lo esencial es que ahora estamos aquí para ti y haremos todo lo posible para que sigas formando parte de nuestras vidas— respondió el señor Rose, intentando disipar las ideas que la niña tenía sobre la posibilidad de que sus padres estuvieran juntos. Sabía que alguien como Rayla nunca podría ser parte de su familia, y lamentaba que un hombre tan bueno como Charles hubiera sido engañado. Se comprometió a hablar con su amigo para ayudarlo a ver la realidad.

—No te preocupes por eso. Ahora come tu comida antes de que se enfríe— sugirió la señora Rose.

La velada transcurrió entre risas y elogios, aunque las preguntas sobre su madre fueron limitadas. Después de una cena que se prolongó más de lo previsto, Violet llegó a casa a las doce de la noche, cansada pero satisfecha por la agradable reunión familiar. Al entrar en su habitación, lo primero que hizo fue quitarse los zapatos y dejarse caer en la cama, sintiéndose realmente agotada.

A la mañana siguiente, la alarma no sonó, lo que provocó que se despertara tarde y llegara retrasada a sus clases. Sin pensarlo dos veces, se arregló rápidamente y salió corriendo hacia su primera clase.

Al verla, sus amigas no pudieron ocultar su sorpresa.

—¿Qué te hiciste en el cabello? —preguntaron las tres al unísono.

—Un pequeño corte —respondió tímidamente.

—No puedo creer que te hayas cortado todo el cabello, te ves diferente y mucho más adulta. —comentó una de ellas, conocida por el grupo como Lola, con una actitud un tanto crítica hacia Violet.

—Te ves muy bien. No le prestes atención a Lola, ella suele ser bastante crítica. Pensé que tu madre no te permitía hacerte ese tipo de cambios— comentó Lu.

—Y no solo el cabello, mira esas uñas, ¡son hermosas! Me encanta ese diseño, las fresas se ven adorables. Definitivamente me haré el mismo diseño la próxima vez que vaya. Déjame tomar algunas fotos— respondió emocionada Marlo.

Lola expresó su frustración de manera clara: —Parece que tuviste tiempo suficiente para hacer lo que quisieras ayer, desde aplicarte acrílico en las uñas hasta hacerte un corte de cabello radical. Sin embargo, ¿qué pasó con las llamadas de tu madre? ¿No tuviste ni un momento para informarle dónde estabas, o simplemente decidiste no hacerlo porque te sientes culpable por actuar sin su permiso? ¿Sabías cuántas veces intentó contactarte? Ella me llamó preocupada, y para tranquilizarla, le dije que estabas con tu padre y otros. Pero, ¿cómo puedes entender su preocupación si ni siquiera te despediste de nosotras ni nos dijiste a dónde ibas?

Lo cierto es que la primera amiga que Violet hizo desde su llegada a ese país fue Lola. Rayla se encargó de obtener el número de contacto de Lola por si surgía alguna emergencia y no podía comunicarse con su hija. Esta situación generó en Rayla una actitud desafiante y molesta, ya que sentía que tenía la responsabilidad de cuidar de Violet, quien parecía desentenderse de la amistad que habían cultivado.

Al escuchar las quejas de su amiga, Violet tomó su celular y se dio cuenta de que aún estaba en modo avión. Comprendió que esa era la razón por la que no había recibido las llamadas de su madre. Un poco avergonzada, decidió no abordar el tema en ese momento, ya que estaba en la escuela y no tenía sentido intentar resolverlo de inmediato. Se comprometió a hacerlo sin falta después de clases.

— Oye, perdón por no despedirme de ustedes. La verdad es que estaba súper emocionada por pasar tiempo con mis abuelos y mi papá, pero quiero compensarlo. ¡Mi abuelo nos invitó a la feria hoy! Tal vez puedan llamar a sus papás y decirles que van a ir conmigo. ¡Va a ser una experiencia increíble! ¿Qué dicen?




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