Llamada

Sin dudarlo, Rayla bloqueó el número de sus contactos, ya que no estaba dispuesta a permitir que esa mujer la contactara a su antojo o la incomodara con mensajes inapropiados.

A pesar de que Rayla sentía que estaba perdiendo autoridad ante su hija, y que la señora Rose podría estar disfrutando de su desdicha, sabía que debía actuar con inteligencia. Aunque había perdido esta batalla, estaba decidida a ganar la próxima.

Después de esperar media hora, decidió enviarle a su hija un breve mensaje: "Puedes ir a la feria". No sintió la necesidad de agregar más, ya que estaba molesta con su hija por haber actuado sin su consentimiento.

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Como era habitual, Charles la recogía después de su jornada laboral para dirigirse a su casa, donde él había pasado las últimas dos noches.

Charles encendió el motor del auto y comentó:

—Estaba pensando en invitarte a cenar a un restaurante hoy viernes.

Rayla respondió: —No es una mala idea, pero tengo una tradición de preparar un plato de mariscos al inicio de los fines de semana. Hoy es un día especial, ya que solía cocinarle a mi hija después de una semana agotadora en la escuela. Así que, lamentablemente, ya tengo un plan para esta noche. Espero que no te incomode.

Charles sonrió y dijo: —¿Incomodarte? Para nada. Si eso te hace feliz, te apoyo completamente. Además, ¿qué mejor que disfrutar de una cena preparada por tu novia?

Rayla levantó una ceja y preguntó: —¿Novia? ¿Cuándo me hiciste esa propuesta?

— Cierto — dijo, dejando escapar una sonrisa traviesa. — Te haré la pregunta después de que cocines, y si mi estómago dice que sí, entonces mi corazón también lo hará — respondió con una sonrisa burlona.

— Eres todo un personaje — comentó, fingiendo estar molesta, pero al final ambos estallaron en carcajadas.

— Hablando de otro tema, ¿lograste comunicarte con Violet?

— Sí, finalmente me devolvió la llamada a las cuatro de la tarde, hace poco — dijo, suspirando con pesadez antes de continuar relatando todo lo que había sucedido durante el tiempo que no tuvo contacto con su hija. — ¿Puedes creerlo?

—Te creo, porque mientras te esperaba en el estacionamiento, vi algunas fotos que ella publicó en su perfil— comentó, sin apartar la vista de la carretera.

—¿Fotos? ¿Cuáles fotos? No he visto que ella haya subido nada a WhatsApp, al menos no que yo me haya dado cuenta— respondió, mientras tomaba su celular para verificar.

—No es en WhatsApp, las publicó en Instagram. La mayoría son de ella con la señora Rose, aunque hay una o dos en las que aparecen el señor Rose y Michael.

—Ah, entiendo. Me gustaría verlas.

—Por supuesto. Y disculpa si me estoy metiendo donde no me llaman, pero creo que, como madre de una hija de esa edad, deberías considerar tener acceso a sus redes sociales para supervisar lo que publica. No estoy sugiriendo que Violet haya hecho algo inapropiado, pero a esa edad a menudo no saben cómo manejar ciertas situaciones, especialmente ahora que estás lejos de ella, más aún después de lo que ocurrió ayer.

— Tienes razón en lo que mencionas, pero hace tiempo que dejé de utilizar esas plataformas. Mi principal inconveniente es que no me siento cómoda compartiendo mi vida en redes sociales. Sin embargo, debería considerar crear un perfil al menos para estar al tanto de lo que sucede en la vida de mi hija.

— No es necesario que compartas tu información personal o detalles de tu vida privada. Puedes crear una cuenta sin usar tu nombre ni tu foto, solo para seguir lo que tu hija publica. De hecho, puedo ayudarte a configurarla cuando lleguemos a tu casa — comentó mientras estacionaba su auto frente a la residencia de Rayla.

Justo antes de entrar, su celular sonó, indicándole que tenía una llamada. — Permíteme atender esta llamada — dijo, deteniéndose en la puerta de entrada.

Rayla asintió mientras Charles se dirigía al estacionamiento y atendía la llamada.

—Pensé que no contestarías —se escuchó una voz grave y áspera al otro lado de la línea—. Parece que si tu padre no te llama, tú tampoco lo haces. Eres un ingrato.

—Si estás llamando, es porque hay algo importante que discutir. Así que ve al grano, padre. No tengo toda la noche para una conversación telefónica.

—Me ha informado una persona cercana que estás involucrado con una mujer interesada, que solo busca tu dinero. De esas que utilizan tácticas engañosas para atar a un hombre con un hijo, creyendo que así asegurarán una vida cómoda —expresó con desdén.

- Si crees que tú situación con mi supuesta madre te da derecho a interferir en mi vida y proyectar tus frustraciones, te sugiero que le digas a la persona que te informó que se mantenga al margen y que deje de difundir falsedades.

— ¿Estás insinuando que Alejandro Rose está mintiendo? Mi amigo, quien te ha tratado como a un hijo, merece más respeto. Su única intención es que no te dejes manipular por esa mujer, tal como ella hizo en el pasado con su propio hijo. Además, Alejandro me ha comentado que te advierta sobre la mujer con la que estás involucrado; ella ha intentado chantajear a su hijo con la niña que tuvo en el pasado, y ahora busca obtener la mitad de las acciones que Michael posee en la empresa, argumentando que él no se hizo cargo.

—Quisiera compartir una reflexión importante contigo: aquellos que se dejan llevar por rumores infundados y continúan propagándolos, basándose en información no verificada, demuestran una falta de juicio y discernimiento que tienen.

—He notado que estás muy involucrado emocionalmente con esa mujer. Es cierto que algunas personas tienen una habilidad especial para atraer y manipular. Te aconsejo que tomes precauciones para evitar que te afecte de manera negativa, como ha sucedido con otros. Mi deseo es que no te encuentres en una situación complicada, como un embarazo no deseado. Si decides mantener una relación con ella, asegúrate de que sea solo en un contexto casual, ya que este tipo de mujeres no suelen ser las más adecuadas para una relación seria o un compromiso a largo plazo.