Despido

Al llegar a la oficina, Charles y Rayla se encontraban presentes. Lucy, al notar la presencia de Rayla, la miró con desdén, considerando que era inapropiado que estuviera en una reunión que no requería su asistencia. Sin embargo, parecía que se atribuía derechos indebidos únicamente por su relación con Charles.

—¿A qué se debe su presencia, señorita Tejado? Según tengo entendido, solo solicité la presencia de la señorita Tifany —preguntó Charles, observándola con extrañeza, ya que, tras el incidente con Rayla, su presencia le resultaba desagradable.

—Lamento mucho la situación. Estoy aquí porque me siento algo culpable por el comportamiento de Tifany. Resulta que fui yo quien abogó por ella para que pudiera trabajar aquí, y me entristece que personas como ella no valoren el sacrificio de quienes, como yo, intentan ayudar. Me siento responsable por su situación actual, por lo que he venido a ofrecer mis disculpas públicamente —respondió, mostrando una expresión de tristeza que parecía reflejar un genuino pesar por lo ocurrido.

Tifany, quien había mantenido la cabeza baja por vergüenza y temor, al escuchar las palabras de Lucy apretó los labios con enojo. Se dio cuenta de que iba a ser despedida debido a la situación provocada por Lucy, quien se presentaba como una víctima, como si no tuviera responsabilidad alguna en el asunto.

—Las pruebas son contundentes y demuestran que la persona responsable de vender la información a la empresa competidora fue usted, Tifany. ¿Desea añadir algo al respecto?

—Yo, yo... —respondió mientras contenía las lágrimas y trataba de articular palabras para defenderse. Sabía que, independientemente de la veracidad de su defensa, sería despedida. Se encontraba en una encrucijada, sin saber si debía seguir enfrentando a Lucy o permanecer en silencio, considerando que podría necesitar la ayuda de Lucy para el tratamiento de su madre en caso de no contar con los recursos económicos necesarios.

—Me imagino que Tifany actuó de esa manera debido a la situación de su madre— intervino Lucy. —No intento abogar por ella, pero mi madre fue quien se puso en contacto conmigo para ofrecerle ayuda, y por esa razón decidí contratarla como mi secretaria. Supongo que le ofrecieron una suma de dinero y, debido a su necesidad, aceptó. Me siento sumamente avergonzada por esta situación, pero sin lugar a dudas, merece un despido inmediato. Todas las pruebas apuntan hacia ella.

—Hay algo que no me cuadra— susurró Rayla, asegurándose de que solo Charles la escuchara. Para ella, Lucy había asumido el papel de portavoz de Tifany, presentándola como culpable mientras que esta solo lloraba y mostraba signos de nerviosismo. Una persona que se atreve a vender información y ha recibido una compensación económica no debería mostrarse tan infeliz como lo hacía esa joven; algo no estaba bien.

Charles comprendió de inmediato a qué se refería Rayla y decidió proceder de la siguiente manera:

—Leo, aunque ha quedado claro que tu colaboración en proporcionar ciertos datos no fue intencional, debo señalar que, sin tu ayuda, esta situación no habría ocurrido. No serás despedido, pero servirás como un ejemplo para aquellos que se atrevan a actuar de manera similar. A partir de ahora, las medidas serán más estrictas y nadie podrá acceder a información sin mi autorización. Puedes regresar a tu trabajo, pero ten en cuenta que estás en la lista de posibles despidos; una falta más y no habrá otra oportunidad.

—En cuanto a usted, Lucy, le agradezco sinceramente por toda la información proporcionada y por identificar a la persona responsable. Gracias, y ahora puede retirarse— dijo, esperando a que ella abandonara la oficina y dejara a los demás a solas.

—Antes de que expreses cualquier otra opinión, permíteme compartir la mía respecto a esta situación — comentó Rayla antes de que Charles emitiera su veredicto final. — Me parece que todo esto es bastante extraño; no creo que ella sea la responsable de haber vendido la información. Por supuesto, para cualquier persona, ella podría parecer la culpable debido a su necesidad económica, pero no parece reflejar haber cometido tal acto. Por favor, indícame si estoy en lo correcto.

— Solo ella puede revelar la verdad sobre quién es realmente el culpable — afirmó, dirigiendo su mirada hacia Tifany, quien mantenía la cabeza baja. — Si realmente no eres la responsable y estás encubriendo a alguien, te ruego que me lo digas, ya que imagino que esa persona no te brindará apoyo en el tratamiento de tu madre. En cambio, yo puedo ofrecerme a asumir la totalidad de los gastos relacionados con su atención médica. Solo te pido que me digas la verdad.

Ante esta declaración, Tifany miró fijamente a Charles con una expresión de esperanza. Era la primera vez que levantaba la cabeza y lo miraba directamente a los ojos, sintiéndose aliviada.

—¿Realmente me ayudará con los gastos de mi madre?— expresó con un hilo de voz, mientras las lágrimas se desbordaban por sus mejillas.

—Es evidente que ella no es la persona que vendió la información— afirmó Rayla en dirección a Charles.

—Compártanos lo que sabe y le doy mi palabra de que le ayudaré. Personalmente, redactaré un documento en el que me comprometo a asumir la responsabilidad de cubrir los gastos del tratamiento de su madre a cambio de la verdad. Usted firmará este acuerdo, pero si llego a enterarme de que no es así, no seré tan benevolente.

— Sí, por supuesto. La señorita Lucy me encargó buscar toda la información correspondiente al producto. Le pregunté por qué la necesitaba, pero solo me indicó que debía hacerlo debido a mi trabajo aquí, y que debía proceder sin cuestionar. Además, me sugirió que mintiera y que no mencionara su nombre en caso de ser descubierta. Sin embargo, me encuentro en la posición de decir la verdad, ya que la salud de mi madre es una prioridad. Si desea corroborar esta información, puede revisar los videos de seguridad en los cuales yo personalmente le entrego toda esta información —dijo mientras exhalaba profundamente y se limpiaba las lágrimas de las mejillas, con la esperanza de que la verdad prevaleciera.