En Busca De Lo Perdido

Amistad rota

La mañana siguiente, tal como se había acordado, se llevó a cabo una reunión entre cuatro personas en la oficina de Michael, en la que también participaron Lucy, el señor Alejandro y Arthur.

—He convocado esta reunión para el día de hoy— comenzó a decir el señor Alejandro.

—Vaya al grano, sé de qué se trata— interrumpió Arthur de manera contundente, ya que no estaba dispuesto a perder tiempo en rodeos. —Sé que usted desea colocar a esta mujer en el puesto que ocupo. Por lo tanto, le pregunto: ¿qué planea hacer conmigo?

— Dado que ya estás completamente informado sobre la razón de la presencia de ella aquí, me resulta más sencillo presentar mi propuesta. Esto es lo que sucederá en tu caso — comentó, visiblemente molesto por la actitud cortante de Arthur hacia él. — Ella asumirá el cargo de Directora de Marketing y tú pasarás a ser su asistente. Esta decisión se debe a que ella es altamente competente en su trabajo, cuenta con ideas innovadoras, está al tanto de las últimas tendencias en su área y su enfoque es lo que nuestra empresa necesita en este momento. Tu tiempo en este puesto ha llegado a su fin, ya que, para ser sincero, nuestra empresa ha permanecido estancada durante años, sin lograr avanzar o establecerse como una tendencia. Necesitamos incorporar nuevas personas y nuevas ideas, y lamentablemente, tú no estás aportando eso en este momento. Así que te insto a que consideres esta propuesta con seriedad.

—No lo aceptaré. Si, como acabas de mencionar, ya no soy de utilidad para ti, tampoco lo seré en otra posición. Lo más adecuado sería que me proporcionaras mi liquidación y así todos quedaremos en buenos términos— respondió de manera desafiante. En realidad, él era consciente de que esta situación era previsible y no estaba dispuesto a aceptar dicha posición. Sin embargo, un despido no sería inconveniente; ese dinero le sería de gran ayuda y ya tenía planeado el lugar donde comenzaría a trabajar nuevamente.

—Bueno, si ese es el caso, no hay más que discutir— dijo mientras se levantaba de su asiento y ajustaba su traje.

—Padre— musitó Michael, pero fue silenciado por la mirada que el señor Alejandro le dirigió.

—Lucy, el puesto es todo tuyo. Sígueme, te haré un recorrido por toda la empresa— continuó, extendiendo su codo hacia Lucy, quien correspondió al gesto.

Al estar los dos solos en la oficina Michael dijo: —Piensa lo que estás haciendo, el puesto no está mal y seguirás ganando un buen sueldo, Arthur.

—Y a pesar de que mencionaste que intercederías con tu padre, no lograste cumplir ni con esa promesa. Eres simplemente un peón en manos de tus padres, quienes te manipulan y utilizan a su conveniencia. No me conformaré con ese rol, sabiendo lo que realmente merezco. Te pido que prepares mi cheque correspondiente a los años que he trabajado aquí. Ya tengo un nuevo lugar de trabajo— afirmó, insinuando que no necesitaba su caridad.

Félix, quien estaba al tanto de la situación, había estado esperando la decisión de su amigo en su oficina. —¿Cuál fue el resultado? — preguntó al verlo entrar.

—Este es mi último día aquí— respondió de manera directa, evidenciando que realmente no le preocupaba perder su puesto.

—Deja de bromear, dime que eso no es cierto. ¿Cómo es posible que Michael, el CEO de esta empresa, no haya abogado por ti, su amigo, quien ha dedicado años a esta compañía ofreciendo lo mejor de sí mismo?

—Como él mismo mencionó, aquí todos son reemplazables. Además, tengo la intención de hablar con Charles para colaborar con él —dijo mientras se encogía de hombros.

—¿Charles? ¿El amigo ingrato que, tras irse, no ha vuelto a tener tiempo para reunirse con nosotros? —respondió, exhalando con incredulidad.

—Entiendo perfectamente su situación; él tenía planes de construir su propia empresa y lo ha logrado. Estoy seguro de que no me dirá que no. Solo necesito informarle que Michael me despidió por contratar a Lucy —dijo con una sonrisa burlona.

—Sé que él nunca te diría que no, pero me preocupa quedarme solo sin ti. Después de todo lo ocurrido con Charles, nuestra amistad ha cambiado y ahora tú también te marchas. Además, Michael se ha distanciado considerablemente de nosotros. Sin embargo, debemos buscar la mejora. Solo recuerda planear algo con Charles este fin de semana como compensación por dejarme solo —dijo, haciendo un gesto de descontento.

—Así lo haré. Me esforzaré por hacerlo en un lugar tranquilo para que tú esposa se sienta motivada a asistir. Es momento de comunicarle a Charles la noticia. Ahora, permítame retirarme para empacar todas mis pertenencias, ya que tengo asuntos que atender el día de hoy— dijo mientras se despedía.

Félix esperaba que Arthur se encontrara en su oficina para confrontar a Michael.

—Pensé que nuestra amistad tenía un valor superior para ti— reprochó al encontrarse frente a él.

—Somos hombres adultos y no estamos en posición de forzar a otros, ni mucho menos somos adolescentes para permitir que situaciones como esta nos afecten. Mi padre le ofreció un puesto y él decidió marcharse; no podía obligarlo a quedarse— respondió sin apartar la vista de la pantalla de su computadora.

Ante tal respuesta, Félix se dio la vuelta sin pronunciar una palabra más, ya que tenía claro que Michael no los valoraba como lo hacía anteriormente.




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