En Busca De Lo Perdido

Madrastra

— Bueno, ya que veo que estás súper interesada en lo que te propongo y aún no sabes de qué va, voy al grano. Mi papá me contó que no te caen nada bien Charles y Rayla, y eso es clave para que tu trabajo funcione, ¿no crees?
— Sí, la verdad es que los detesto con todas mis fuerzas y haría lo que sea para verlos caer. Y ya que estamos en esto, he oído que tuviste algo con esa chica, no sé cómo pudiste dejarte llevar así —dijo con un tono burlón.
— Ya sabes cómo somos los hombres, cuando vemos un buen trasero y unos pechos espectaculares, nos dejamos llevar por el momento. Y ahí es cuando ustedes, las mujeres, aprovechan y nos tienen a su merced —dijo con una actitud bastante machista, sin inmutarse.
— Claro, típico de los hombres que solo piensan con lo de abajo. Pero cuéntame más sobre este trabajo y qué tengo que hacer.
— Bueno, como te decía, cuando Rayla y yo éramos jóvenes, tuvimos una pequeña aventura y ella quedó embarazada. Se lo guardó hasta hace poco, y ahora aparece en mi vida para complicarlo todo y decirme que tengo una hija.
— ¡Wow! — dijo Lucy, completamente sorprendida por lo que Michael le contaba. No se lo esperaba para nada y le parecía un dato súper interesante.
— Mira, como ya sabes, Rayla no es la mejor madre y menos una mujer competente. Mandó a su hija a Brasil a estudiar sola, ¡y la niña apenas tiene doce años! Me parece horrible que tenga que estar sola en un país tan lejano donde no conoce a nadie. Lo que quiero es que me ayudes a ganarme la confianza de la niña, que se sienta cómoda conmigo, porque cuando tenga la custodia total, no quiero que me odie.
— Entiendo que quieras tener a tu hija contigo, pero es solo una niña de doce años. Ella ya sabe mucho y no creo que deje de querer a su madre de la noche a la mañana. ¿No crees que tu idea es un poco irreal?
Michael dejó escapar un suspiro, conteniendo el impulso de hablar mal de Lucy. —Escucha, lo único que deseo es que te acerques a la niña. Como lo harás, yo le prometí pasar casi cuatro meses de vacaciones viajando a diferentes países. Esto es, en cierto modo, para ganar su confianza y afecto, ya que a esa edad los niños son muy susceptibles a la vanidad. Además, ella es bastante manipulable; he logrado que desarrolle un desdén hacia Charles y he estado sugiriéndole ideas para que, poco a poco, se distancie de su madre.
—Permíteme asegurarme de que he comprendido correctamente. ¿Deseas que pase esos meses de viaje contigo y con la niña, intentando que ella se acerque a mí de manera maternal, que me tome cariño como si fuera su madrastra, y al mismo tiempo que intente hablar en contra de su madre? ¿Es eso todo lo que debo hacer?
— Exacto, eso es todo. No te preocupes, yo me encargaré de todos los viajes, así que tú solo concéntrate en que la niña me vea como la mejor opción para vivir.
— Para mí no hay problema en hacer de la madrastra perfecta, pasar tiempo con ella y divertirnos como madre e hija. Aunque, la verdad, depende un poco de cómo sea la niña, porque siendo hija de Rayla, no sé qué esperar. Pero haré lo mejor que pueda. Aunque, ¿qué va a pasar con la empresa cuando yo no esté trabajando esos meses? No he estado en este puesto tanto tiempo, solo unos meses, y cuando regrese, puede que ya no tenga mi trabajo. ¿No lo has pensado?
— La verdad no lo había pensado así, pero me alegra que lo hayas mencionado. Tu trabajo estará asegurado cuando regreses. Yo me encargaré de encontrar a alguien que te cubra hasta que vuelvas, pero todo dependerá de cómo te lleves con mi hija. Además, te pagaremos bien por ser la niñera en ese viaje. Al final, todo depende de ti. Creo que podemos llevarnos bien como adultos, y aunque vamos a actuar como si estuviéramos en una relación y compartiendo habitación, no te lo tomes tan en serio, porque no es real.
— No te preocupes, yo soy bastante profesional en lo que hago. No voy a intentar nada contigo, pero no estoy segura de ti si realmente eres tan débil con las mujeres como dices. Tú mismo has mencionado que piensas con la cabeza de abajo, y la verdad es que tengo lo mío como para volver loco a cualquier hombre - dijo con una mirada intensa.
—Primero, no eres mi tipo de chica, y segundo, sé que tuviste algo con Charles. La verdad, me da asco pensar en hacer algo contigo, no quiero lo mismo que él tuvo— dijo con desdén.
—Está bien— respondió con voz firme, aunque sus palabras le dolieron. Pero él no lo sabía, y ella se reiría en su cara cuando fuera ella quien lo despreciara.
—Bueno, asegúrate de tener todos tus papeles en orden, porque pronto nos vamos de viaje. Querida novia— dijo con sarcasmo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.