En Busca De Lo Perdido

Fatiga

Charles ingresó a la oficina de Rayla, dado que era la hora habitual de regresar a casa. En los últimos días, la empresa había estado sumamente ocupada, lo que había limitado su tiempo para verse durante la jornada laboral. Ese día era uno de esos en los que se encontraban por la mañana y, tras ingresar a la empresa, solo podían verse al final de la jornada.

—¿Qué sucede? ¿Te encuentras bien? ¿Ha ocurrido algo? —preguntó, observándola mientras se limpiaba las lágrimas apresuradamente, intentando ocultar su rostro de Charles.

—Lamento que me veas así. He estado intentando concentrarme en el trabajo durante todo el día, pero a pesar de mis esfuerzos, no lo he logrado —respondió, sollozando con una voz apenas audible—. Y cuando finalmente logro comunicarme con mi hija, pensando que por fin encontraré un poco de paz, me entero de que Lucy también está en el viaje. Este sentimiento, esta angustia en mi estómago, no me abandona, pues sé que, a pesar de mi odio hacia ellos, mi hija se encuentra sola en un país lejano. Yo estoy estancada, incapaz de salir del país, y no puedo proteger a mi hija si algo le llegara a suceder.

—Por favor, espera con calma —dijo mientras le limpiaba las lágrimas del rostro—. ¿Mencionaste que Lucy, la misma Lucy que conocemos, está en el viaje?

—Sí, efectivamente, es ella. No tengo dudas de que esto es parte de un plan de Michael. No sé qué es lo que realmente están tramando, pero estoy convencida de que no es algo bueno. Siento que no tengo control alguno sobre mi hija; todo es culpa mía, por no haber optado por mantenerme alejada de esa familia. Si algo le llegara a suceder, no sé cómo podría seguir viviendo.

Al ver a Charles tan destrozada y abatida, decidió consolarla. Tenía planes de llevarla a ver casas para que pudieran elegir la mejor opción, pero considerando su estado emocional, consideró más prudente esperar hasta que ella se sintiera más tranquila. Sin embargo, lo que sí debía hacer era comunicarse con uno de sus tíos para solicitar su ayuda en la localización y protección de Violet mientras ella estuviera fuera del país, asegurándose de que Rayla estuviera al tanto de la situación.

— Escucha, tengo serias dudas de que Michael le haga daño a la niña. Estoy convencido de que él no llegaría a tales extremos. Además, está luchando por obtener la custodia de la niña, lo cual debería ser suficiente para que te sientas tranquila respecto a que no intentará hacerle nada malo. En cuanto a Lucy, es posible que ella lo haya seducido y él haya caído en su trampa, lo que explicaría su invitación al viaje. No pienses en lo negativo; tu hija estará bien. Te sugiero que la llames con más frecuencia y confíes en ella.

— Aun así, no puedo sentirme tranquila en absoluto. Tal vez no puedas comprender completamente mi preocupación, ya que aún no eres padre; es una sensación que no se puede quitar del pecho.

— Entiendo que aún no soy padre, pero comprendo tu situación. Puedo ver lo preocupada que estás. Por ello, estoy considerando utilizar algunas influencias familiares para que puedan vigilar a Violet desde la distancia, y que esa persona nos informe diariamente sobre su bienestar. ¿Qué opinas? Estoy pensando en hacer una breve parada después de salir del trabajo. ¿Te gustaría acompañarme?

— Me complace la idea de estar al tanto de lo que está ocurriendo, aunque mis ojos no puedan verlo. Sin embargo, ¿cómo lograrás eso? ¿Tienes familiares que residan en ese país? En caso afirmativo, recuerda que ellos viajarán durante diez días, lo que hace casi imposible saber a dónde se dirigirán, dónde se alojarán y otros detalles.

— No te preocupes por ese aspecto; mis familiares pueden proporcionarme esa información, es un asunto menor. Ahora, debemos irnos, ya es tarde y el viaje es largo — dijo mientras la ayudaba a levantarse, aunque Rayla se tambaleó un poco.

— ¿Te encuentras bien? ¿Consumiste la comida que te envié con la secretaria? Debí haber estado presente para asegurarme de que realmente comiste adecuadamente — comentó, chasqueando la lengua mientras la sostenía en sus brazos.

— Me encuentro bien; probablemente se deba a que he estado llorando mucho hoy. He comido adecuadamente, pero es posible que mi cuerpo, al estar tan fatigado, no haya absorbido los nutrientes necesarios. Además, tengo un leve dolor de cabeza.

— No hay más que discutir. Permíteme llevarte al hospital para que te administren medicación o sueros que te ayuden a sentirte mejor.

— No, por favor. Estoy segura de que me sentiré mejor. Si puedes hacer que tu familia me informe sobre el estado de Violet, no estaré tan preocupada ni nerviosa. Lo más conveniente sería que me dejaras en casa y luego fueras a ver a tu familia, por favor.

— Está bien, pero primero me aseguraré de que tomes una ducha, que bebas algún jugo que te ayude, y cuando estés en la cama en reposo, me iré a resolver eso por tu bienestar, ¿de acuerdo?

— De acuerdo, me parece un buen plan —respondió mientras caminaba junto a él fuera de su oficina.




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