Niñez

York había logrado hackear el teléfono y las cámaras en el lugar donde se estaban quedando en Australia. Era el cuarto día del viaje y solo les quedaban tres días más antes de moverse a su próximo destino.

Como habían acordado, Steven, un amigo de confianza de York, se encargó de monitorear los movimientos de Violet y al final del día le pasaría un informe a Charles.

Esto hizo que Rayla se sintiera más tranquila y sin tantas preocupaciones. Aunque Violet no se había comunicado desde el día anterior, hoy finalmente le contarían cómo le había ido a su hija, cómo la habían tratado, a dónde había ido y todo lo que habían captado su teléfono y las cámaras de seguridad.

—¿La persona encargada te ha enviado alguna información? —preguntó, algo ansiosa por recibir noticias.

—No, él acordó enviarme un resumen a las once de la noche, una vez que tenga todo preparado, y aún son las nueve. ¿Qué te parece si vemos una película para distraernos hasta que él me informe? Además, me aseguró que me avisaría de inmediato si ocurriera algo grave con Violet. Si aún no se ha comunicado, es porque no hay nada peligroso en curso. ¿De acuerdo?

—Por supuesto, es solo que me siento un poco ansiosa en estos días. También he olvidado preguntarle sobre los planes relacionados con la casa. Sé que has estado muy entusiasmado con la idea, pero no lo has mencionado últimamente. ¿Hay algo que no me has contado?

—En absoluto —respondió, atrayéndola más hacia sus brazos—. La razón por la que no he querido abordar ese tema es porque he notado tu ansiedad por saber cómo se encuentra tu hija. Sin embargo, he encontrado dos propiedades que cumplen con todos mis requisitos; solo estoy a la espera de que te sientas más dispuesta para ir a verlas. Tengo una favorita, pero me gustaría conocer tu opinión, ya que no considero justo tomar una decisión únicamente por mi cuenta, dado que también será un espacio en el que tú vivirás. Violet también pasará tiempo con nosotros y, si todo transcurre favorablemente en el ámbito legal, podría llegar a vivir con nosotros y sus futuros hermanos —dijo con una sonrisa.

—Te prometo que mañana, después de salir del trabajo, iremos a verlas. Estoy segura de que al recibir noticias sobre Violet cada día, mi ansiedad disminuirá. Lo prometo.

—No te preocupes, tómate el tiempo que necesites, si así lo prefieres —respondió, dándole un suave beso en la punta de la nariz.

—Tengo una inquietud —dijo, apartándose ligeramente de él para mirarlo directamente a los ojos—. Hay algo que nunca te he preguntado y siento que hay aspectos de tu vida que no hemos discutido. Yo te he compartido mi historia, tú conoces todo sobre mí, pero nunca he indagado específicamente sobre tus padres, ya que percibo que tu relación con ellos es bastante compleja. ¿Podrías hablarme de ellos?

—Lo sé, cada vez que comenzábamos a hablar sobre nuestros pasados y nuestra infancia, siempre te permitía expresarte mientras rogaba a Dios que no me preguntaras nada sobre mi niñez, ya que, en comparación con la tuya, la mía es bastante difícil. Tus padres te amaron profundamente, siempre cuidándote, protegiéndote y entregándolo todo por ti —respondió, mientras se sumía en sus pensamientos.

—Sí, siempre notaba que tu cuerpo se tensaba cada vez que comenzaba a hablar sobre mí. Quizás esa fue una de las razones por las cuales no te he preguntado. Si para ti es doloroso, es mejor no abordarlo. Solo se me ocurrió, así que, ¿qué te parece si nos dedicamos a ver películas? —comentó.

—No, considero que es momento de que también conozcas más sobre tu futuro esposo —dijo, dejando escapar un suspiro mientras apoyaba su cabeza sobre la almohada y colocaba las manos detrás de esta.

》A pesar de haber nacido en un entorno privilegiado, mi vida no fue tan sencilla. Mis padres solían discutir con frecuencia debido a que mi padre no se conformaba con una sola mujer, mientras que mi madre exigía el respeto que le correspondía como esposa y anhelaba ser la única en su vida. Sin embargo, mi padre nunca accedió a tal demanda.

》El recuerdo más vívido que conservo de mi infancia, a la edad de cinco años, es de una mañana en la que me desperté una vez más por los ruidos estruendosos y los gritos provenientes de la habitación de mis padres. Recuerdo haber escuchado a mi padre maldecir y exigirle a mi madre que se deshiciera del bebé que estaba esperando, ya que, al parecer, ella le había comunicado esa mañana que estaba embarazada, y mi padre no tomó la noticia de manera favorable.

—¿Entonces tienes más hermanos? Pensé que eras hijo único —comentó Rayla, algo confundida.

—Lo soy. Esa misma mañana fui yo quien encontró el cuerpo de mi madre, moribunda en la piscina de nuestra casa. Ella se había quitado la vida.

—Oh, Dios mío —exclamó Rayla, mientras su cuerpo se estremecía y sentía sus ojos arder.

—Quizás, si hubiera tenido otro hermano o hermana, la situación sería diferente. Es algo que nunca sabré, pero me ha marcado para siempre. Tal vez, en el fondo, mi padre también se sintió afectado, aunque no lo suficiente como para reflexionar y cambiar su comportamiento.

—Lamento mucho lo que has compartido. No era mi intención evocar tu pasado. No puedo imaginar lo doloroso que debe ser para ti. Lo siento.

—No te preocupes, es solo parte de mi pasado —respondió, sintiéndose un poco más aliviado, justo en el momento en que su teléfono vibró.

—El tiempo ha transcurrido rápidamente y Steven nos ha enviado el informe. Permítame revisar su contenido: El día de hoy se desarrolló con normalidad; asistieron a la playa y, según el informe, Violet intentó practicar surf. Posteriormente, después de disfrutar de la tarde en la playa, se dirigieron a cenar a un restaurante. Al regresar a casa, parece que Violet, agotada por las actividades del día, se fue directamente a la cama. Esto sugiere que su jornada fue bastante productiva; es posible que, debido a la diversión, no haya tenido tiempo pare llamarte.