Michael había regresado de realizar sus diligencias y no había visto a Violet en ningún lugar. Al despertar, Lucy le había informado que ella se encontraba durmiendo, y tras varias horas de haber salido, aún no había despertado.
—¿Tienes alguna información sobre Violet? —preguntó Michael, acercándose a Lucy, quien se encontraba disfrutando de un plato de frutas.
—Sí, hace poco ingresé a su habitación y ella sigue descansando. Al parecer, el viaje le ha afectado más de lo que habíamos anticipado, especialmente considerando que se encuentra en pleno desarrollo. No te preocupes, yo me encargaré de ir a buscarla más tarde para que se levante a comer algo —respondió Lucy, llevándose una uva a la boca de manera provocativa, sin apartar la mirada de él. Ante esto, Michael intentó continuar su camino, pero ella lo detuvo al tomarlo de la muñeca y añadió:
—Se me había olvidado mencionarte que le prometí a Violet llevarla a la feria para que se divierta. Sé que tienes una reunión importante, pero estoy segura de que encontrarás tiempo para nuestra pequeña, ¿verdad, querido novio? —dijo con un tono sarcástico y provocador.
Michael no respondió a las provocaciones que le dirigía. La realidad era que, en los días recientes, su autocontrol frente a esa mujer se había debilitado. A pesar de haber afirmado que no la tocaría ni la vería como a una mujer, el deseo que sentía por ella se intensificaba y se hacía más evidente, algo que ella percibía claramente, ya que cada vez que tenía la oportunidad de provocarlo, lo hacía de manera descarada.
Quizás debería ceder y utilizarla a su antojo, olvidando todo lo que había dicho y liberando todas esas emociones que había reprimido. Al fin y al cabo, aún quedaban semanas y largos viajes por delante, y no había mejor manera de aliviar sus frustraciones nocturnas que teniendo a alguien a su disposición. ¿Qué podría perder ante una persona como Lucy? Ante este pensamiento, sonrió con malicia mientras se adentraba en su habitación.
Lucy, quien había mantenido una sonrisa coqueta en sus labios, simplemente rodó los ojos. Había intentado, hasta el cansancio, seducirlo, pero él no cedía ante sus intentos. Sin embargo, debía continuar fortaleciendo su confianza con Violet.
…
Lucy le había concedido una hora adicional a Violet para que pudiera descansar, liberar el agotamiento acumulado y calmar sus nervios. Transcurrido ese tiempo, Lucy ingresó a la habitación de Violet, encontrándola aún en un profundo sueño.
Cerrando la puerta tras de sí, se adentró en la estancia.
—Es hora de despertar, querida —murmuró mientras acariciaba suavemente su cabello con movimientos lentos y delicados.
》Si te despiertas ahora, es posible que tengas tiempo de vestirte con una ropa bonita y acompañarnos a la feria.
—Deseo seguir durmiendo —respondió Violet, quien había estado consciente de la entrada de Lucy desde el principio, pero había fingido estar dormida para evitar la conversación. Aún sentía el sabor amargo del agua de la laguna y el susto no había abandonado su cuerpo.
—¿Qué sucede, Violet? Pensé que estábamos disfrutando de la mejor aventura de nuestras vidas juntas. Hemos reído, llorado y enfrentado sustos, todo ello como amigas. ¿Vas a permitir que un pequeño incidente te detenga?
—Sí, pero me siento un poco fatigada; mis brazos me duelen y mi cuerpo se siente agotado. ¿Sería posible que me quedara en cama hoy?
— Eso es un acto de egoísmo. Nunca pensé que diría esto de ti, pero es lo que estás demostrando en este momento. Tu padre ha hecho todo esto para que disfrutes, ha invertido una considerable suma de dinero para hacerte feliz, y tú, por una trivialidad, estás dispuesta a arruinarlo todo. ¿No crees que tu padre podría sospecharlo? —dijo con un tono de molestia, aunque en un susurro, mientras dirigía a Lucy una mirada poco amistosa.
— Yo... no, no quiero que él sospeche nada, es solo que... —respondió, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, añorando a su madre.
—Hey, cariño, mi linda hijastra. Lo siento si te hice sentir mal, es solo que tu papá se va a preocupar si te ve así. Ven, déjame buscarte algo bonito para ponerte hoy y te haré un peinado súper chido, ¿te animas? —dijo con una expresión tierna, tratando de convencer a Violet otra vez.
—Sí, creo que tienes razón. Me gustaría ir a la feria —respondió con un hilo de voz, un poco más animada.
—¡Genial, vamos a la feria! ¡Qué emoción! —dijo mientras levantaba a Violet en brazos, sacándole una pequeña risa.
…
—¿Qué les parece si todos nos subimos al juego Tottus? —sugirió Lucy, observando la indecisión de Michael al elegir entre los numerosos juegos de la feria.
—No, ese parece demasiado extremo para mí, y no puedo imaginarme cómo se sentiría Violet. ¿Qué tal si optamos por la Tasa?
Lucy resopló ante esta propuesta. —¿Qué dices? Estoy segura de que Violet querrá apoyarme en esta decisión, y luego podremos montarnos en la "Tasa" —dijo, haciendo comillas con sus dedos—. ¿Qué opinas, Violet? ¿Un juego intenso primero y luego uno menos intenso?
—Por mí está bien —respondió Violet, encogiéndose de hombros.
Finalmente, Lucy logró su objetivo, sentándose a la izquierda, con Violet en el medio y Michael a la derecha.
—Voy a necesitar un poco de tiempo para recuperarme de esto —comentó Michael, sujetándose firmemente de su asiento.
—Vamos a entrelazar nuestras manos para que Violet se sienta segura y sepa que siempre estaremos a su lado, sin importar cuán aterrador pueda ser el escenario o cuánto miedo pueda experimentar. Recuerda que tienes nuestras manos para apoyarte. ¿De acuerdo? — dijo mientras entrelazaba su mano con la de Violet, y Michael hizo lo mismo justo antes de que comenzara el juego. A partir de ese momento, solo se escuchaban los gritos y risas que compartían, pero Violet nunca soltó sus manos, sintiéndose más segura que nunca y olvidando el mal rato que había pasado ese día.