—Ya ha subido las nuevas fotos de su viaje a México —comentó Rayla, quien se encontraba sentada en el centro de su cama, revisando las recientes actualizaciones que su hija había publicado. En su rostro, sin duda, se reflejaban la tristeza y la amargura, ya que, a pesar de estar al tanto de los acontecimientos en la vida de su hija, no era a través de la comunicación directa de esta, sino por las conexiones de Charles. La información que recibía no venía acompañada de imágenes, sino que consistía únicamente en descripciones de lo que estaba ocurriendo.
—Ah, sí, déjame ver —respondió Charles, subiendo a la cama junto a ella.
—Ella se ve muy feliz con su nueva madre, Lucy —comentó Rayla de manera sarcástica, deteniéndose en una fotografía en la que ambas aparecían tomadas de la mano frente a un monumento.
—¿Qué estás diciendo? La única madre de Violet eres tú, y eso no cambiará sin importar cuán bien se lleve ella con la pareja de su padre. No debes pensar de esa manera.
—Soy consciente de ello, sin embargo, eso no disminuye el hecho de que siento cierta envidia al ver que mi hija no está compartiendo sus vacaciones conmigo, sino con personas desconocidas. Además, debo esperar a que ella complete sus siete días en cada país para poder ver sus fotografías y así poder asociar un rostro y exprexpansiones con todo lo que Steven te envía. ¿Sería posible que le pidieras que te enviara imágenes o videos para que realmente podamos comprender lo que está sucediendo?
》No creo que sea una solicitud difícil para él, considerando que su trabajo no es del todo legal. Te agradecería que le preguntaras por mí; estoy un poco cansada de intentar imaginar, a través de palabras, cada expresión de mi hija y de cuestionar si realmente sus expresiones de felicidad son genuinas, tal como se reflejan en las fotos. No sé si me comprendes –dijo, perdida en sus pensamientos, divagando en un intento de recrear el escenario que mostraban las imágenes, mientras su rostro manifestaba el descontento de no poder percibir la realidad con sus propios ojos.
Charles se sintió profundamente angustiado por haber ocultado aquel video, y la desolación reflejada en el rostro de Rayla lo llevó a maldecirse a sí mismo. Tras tantos días, se encontraba en la encrucijada de confesarle aquel secreto que se había impuesto mantener para evitarle un sufrimiento adicional.
¿Cómo podría continuar soportando una carga tan pesada que le causaba dolor cada vez que le entregaba el informe sobre Steven, mientras ocultaba la existencia de aquel video? Aunque se repetía que lo hacía por su bienestar, era una falacia motivada por su propio egoísmo, temeroso de verla sufrir una vez más. ¿Qué debía hacer? ¿Seguir ocultando el video hasta que pudiera utilizarlo como prueba en contra de Michael, o revelarle a Rayla la verdad antes de que fuera demasiado tarde y el daño se agravara?
—Charles, ¿estás bien? —preguntó Rayla, sacándolo de sus pensamientos.
— Sí, estoy bien. ¿Qué estabas diciendo? Mis disculpas, me encontraba perdido en mis pensamientos.
— Estaba sugiriendo si podrías solicitar a Steven que nos proporcione videos, fotos e incluso grabaciones de audio de las cámaras de seguridad. Tal vez esto me ayude a sentirme mejor, considerando que ella se encuentra actualmente en el país. ¿Crees que sería posible obtenerlo?
— Por supuesto, creo que puedo hacer esa sugerencia — respondió, levantándose de la cama y llevándose la mano a la cabeza, sintiendo cómo su corazón latía con rapidez. Se sentía nervioso y confundido, ya que percibía que esta era una oportunidad para ser sincero.
— Escucha, yo... — suspiró pesadamente mientras regresaba hacia ella y entrelazaba sus manos con las de ella. Esto provocó que Rayla se mostrara confundida, sin comprender la razón de su reacción. — El primer día que Violet llegó a México, Steven me envió un video algo perturbador. Tomé la decisión de ocultártelo para no causarte daño, pero al mismo tiempo, me daba cuenta de que al ocultarlo, estaba causando un daño mayor — habló apresuradamente.
—¿Qué estás diciendo? —replicó ella, retirando sus manos de las de él mientras se levantaba apresuradamente de la cama, sintiéndose molesta y traicionada. Sin embargo, aquel movimiento repentino la hizo sentir mareada y su visión se tornó borrosa, al punto de que tambalearse y casi caer al suelo.
Charles, quien se levantó de la cama instintivamente con la intención de razonar con ella, observó cómo ella intentaba regresar a la cama en busca de apoyo. Al verla en ese estado, la tomó entre sus brazos, preocupado por su bienestar.
—¿Te encuentras bien? Te veía desorientada, como si en cualquier momento pudieras colapsar contra el suelo. ¿Cómo te sientes? —murmuró con preocupación, mientras colocaba su mano sobre su frente. Sin embargo, Rayla, con un movimiento brusco, apartó su mano de su frente.
—No deseo escucharte, prefiero ver el video— afirmó de manera autoritaria, sin mirarlo a la cara.
—Te lo mostraré, pero quiero que comprendas que mis intenciones no fueron causarte daño, aunque reconozco que fueron egoístas de mi parte. A pesar de todo, mi intención de conservar el video es para utilizarlo en contra de Michael en el momento oportuno. Solo, grítame si lo deseas, enójate si así lo prefieres, pero no me odies— respondió mientras reproducía el video en su teléfono celular.
—Lo sabía, tenía la certeza de que ella no estaba completamente protegida, y lamento haber tenido razón al pensar que no todo estaba bien con Violet mientras tu me ocultabas esto. Mi hija pudo haber muerto, ahogada en un país completamente alejado de mí, y yo sin poder viajar, sin tener una buena comunicación con el despreciable Michael. ¿Qué habría sucedido si no hubiera conseguido el contacto de Steven y ella hubiera fallecido? ¿Cómo me habría enterado? Dios— expresó, quebrándose por completo, ahogando sus palabras en llanto, afligida por el temor de lo que podría haber sido.