Antes de ingresar a la propiedad, Michael le solicitó a Violet que se cubriera los ojos. —Estoy completamente seguro de que esta propiedad te encantará— comentó Michael, persuadiendo a Violet para que se vendara los ojos y pidiéndole a Lucy que grabara su reacción.
—Adelante, puedes quitarte la venda y observar el lugar donde te alojarás durante los próximos días.
Al quitarse la venda, Violet se sintió satisfecha con lo que sus ojos contemplaban. La propiedad presentaba el diseño de una cabaña ubicada en las montañas del estado de Carolina del Norte, y alrededor de la cabaña descendía una cascada que formaba un pequeño tobogán rocoso, permitiendo deslizarse hasta una pequeña formación de piscina natural, rodeada de imponentes árboles y un camino rocoso bañado por el agua.
—Sin duda alguna, esta es mi favorita; me encanta. ¡Gracias! — comentó emocionada mientras le ofrecía un efusivo abrazo, con lágrimas en los ojos.
—La mejor noticia es que mi hermano nos acompañará durante tres días de nuestra estadía, y tendrás la oportunidad de conocer a mi querido sobrino. Estoy segura de que se llevarán muy bien.
—¿Cuándo llegarán? — preguntó con curiosidad, ya que solo había conocido a sus abuelos y le emocionaba la idea de conocer a más familiares.
—Arribarán mañana por la mañana. Ahora, procedamos a instalarnos y a disfrutar al máximo de esta hermosa propiedad.
…
—No me dijiste que tu hermano se uniría a este viaje —comentó Lucy mientras se sentaba con las piernas abiertas sobre la cama, luciendo una lencería roja.
—Yo no tengo que mantenerte al tanto de nada, que estemos follando no significa que tengas voz y voto en este viaje. Solo tienes un papel y es mantener bajo supervisión a mi hija y hacer que me ame; después de ahí, solo eres una puta fácil que me puedo comer cuando me plazca. ¿Entendiste? —dijo, tomándole el cabello y atrayendo su rostro hacia su polla, dejándola sin poder responder en lo absoluto.
Las manos de Lucy se agarraban con impotencia en los muslos de Michael mientras recibía estocadas en su boca de manera despiadada, siendo sostenida por su cabellera.
—Eso es, hazme venir, trabaja esa boquita como a mí me gusta mientras mueves ese trasero sin decoro —gruñó Michael, dejando toda su semilla en la boca de Lucy.
Al verlo dirigirse al baño, el rostro de Lucy se cubrió de odio y rencor hacia Michael. Ella pensó que había hecho un gran logro con él, pero él no la había tocado más allá de solo utilizar su boca como una vil prostituta. Ella debía lograr acostarse con él y quedar embarazada, sea como sea; después de aguantar tantas humillaciones, era lo menos que ella podía obtener de él.
Caminando tras él con movimientos sensuales, se posicionó detrás de él en la ducha, masajeando suavemente su pecho mientras hacía fricción piel con piel y sus labios dejaban mordiscos en su espalda.
—Solo pregunté sobre los nuevos inquilinos para saber cómo actuar, ya que, a pesar de trabajar en la empresa, nunca he tenido el placer de conocer a tu hermano.
Michael se dio la vuelta y la agarró del cuello, mirándola con una expresión oscura. —Ellos saben que solo estás aquí para actuar y que te están pagando por eso. No te creas parte de mi familia, porque no lo eres. Ahora, lárgate, tu presencia me molesta— dijo con desdén mientras la empujaba contra la pared.
Lucy, furiosa por no haber logrado su objetivo, decidió salir del baño. Tenía ganas de matarlo y verlo suplicar, pero sabía que si se dejaba llevar por esos pensamientos locos, no conseguiría nada. Tenía que ser más astuta; tal vez ahora que había más gente podría emborracharlo y luego acostarse con él, echándole la culpa al alcohol.
—Señora, Lucy— escuchó la voz de Violet al otro lado de la puerta. Suspiró profundamente, tratando de cambiar su humor y fingir que era amable y comprensiva.
— Violet, ¿cuántas veces te he solicitado que no me llames señora Lucy? Me haces sentir bastante mayor. Prefiero que me llames madrastra, madre o mami Lucy, pero no "señora" —dijo mientras salía de la habitación envuelta en una toalla y cerraba la puerta tras de sí.
— Lo siento, es que aún no me he acostumbrado, pero de ahora en adelante prometo llamarte mami Lucy. Haré un esfuerzo, lo prometo —comentó con una sonrisa avergonzada.
— No te preocupes, querida, seré paciente con mi pequeña hijastra. Ahora, ¿qué era lo que deseabas comunicarme?
— Quisiera utilizar el tobogán, pero no tengo un salvavidas inflable que me permita sentarme y deslizarme sobre la superficie rocosa sin lastimarme la piel.
— ¿Por qué no lo utilizas de esa manera? Es una superficie rocosa, pero es lisa. No creo que te cause ningún daño. ¿Por qué no lo intentas? Si llegara a causarte algún inconveniente, podríamos esperar a que tu querido padre vaya a comprarte uno. De lo contrario, podrías disfrutarlo sin necesidad de ello.
— Estaba considerando la posibilidad de que quizás yo pudiera encontrar alguno aquí en la propiedad, pero no sé por dónde comenzar. ¿Podrías ayudarme?
— Por supuesto, ¿cómo podría negarme ante ti con esa expresión tan encantadora? Ven, te mostraré exactamente dónde puedes comenzar a buscar —dijo, guiándola hacia un armario—. Adelante, yo iré a cambiarme por algo más práctico y regresaré de inmediato —añadió, esbozando una sonrisa que no reflejaba su verdadera intención de ayudar a Violet en su búsqueda. Ella regresaría a la habitación, se recostaría en la cama y se dormiría, y luego inventaría cualquier excusa para justificar su ausencia.