En Busca De Lo Perdido

Faceta desagradable

Sin importar cuántas veces Lucy intentó suplicar y detenerlo para que no ingresara a su habitación, él había encontrado su bolso. A pesar de sus esfuerzos por arrebatarle el bolso de la mano a Michael, no pudo hacer frente a su fuerza. Finalmente, él descubrió el contenido que ella tanto se esforzaba por ocultar en su bolso.

—¿Afrodisíaco? Lo sabía, lo sabía, maldita zorra —la miró con odio y desprecio mientras arrojaba la botella al suelo, haciéndola añicos.

Al percatarse de que él se acercaba, Lucy huyó de la habitación en un intento desesperado por escapar de su destino. Una vez descubierta, no había marcha atrás; ella no podía mentirle ni seducirlo, pues la mirada de aquel hombre lo decía todo. Si no lograba escapar, tenía claro que él la golpearía hasta desquitar todo su enojo, dejándola moribunda en el suelo, como a un animal.

— padre— Violet salió de su habitación mientras se frotaba los ojos, ya que había sido despertado por la conmoción.

—Violet, Violet, mi niña, tu padre— habló rápidamente Lucy al ver que Violet, en un acto de desesperación, corrió hacia ella y se escondió detrás de la niña mientras la abrazaba.

—Lucy, no te atrevas a utilizar a mi hija como escudo. Violet, dirígete a tu habitación de inmediato y no salgas de allí hasta que te lo ordene. Ahora, suéltala, Lucy, libera a Violet— dijo con una voz autoritaria, sorprendiendo a Violet y haciendo temblar a Lucy.

—No, Violet, tu padre desea que me expulsen de aquí. Por favor, dile que me permita quedarme, habla con él, Violet, por favor, soy tu madrastra, puedes convencerlo en mi favor— comentó Lucy mientras fingía llorar, buscando despertar la compasión de Violet, quien la miraba con ojos tristes.

—¡Lucy! —exclamó, visiblemente irritado por la negativa de Lucy a permitir que su hija se retirara a su habitación, colocándola en una situación tan incómoda. No deseaba que su hija presenciara su pérdida de control, ya que sentía un impulso violento hacia ella.

—No querrás que tu hija te vea en esta faceta tan desagradable —comentó Lucy, deteniendo sus lágrimas y mirándolo con desafío, aún abrazando a Violet. —Y mucho menos querrás que yo revele a mi querida Violet quién eres realmente, Michael —dijo con una sonrisa burlona en sus labios, sintiéndose empoderada al tener la situación bajo su control. Quizás, si actuaba con astucia, podría chantajear a Michael con la posibilidad de ofrecerle una suma considerable de dinero, o de lo contrario, revelaría toda la verdad a Violet.

Michael se encontraba sumido en la ira, la frustración y la traición que sentía hacia Lucy. Aunque desde el principio sabia que todo era una farsa, no lograba comprender las razones detrás de su comportamiento. Ella había recibido una compensación considerable y, además, había estado viajando a diversos países con todas las comodidades cubiertas.

Fue completamente imprudente de su parte confiar en una persona de tal índole, y ahora tenía la certeza de ello. Aunque su expresión solo reflejaba enojo, estaba profundamente aterrado por el bienestar de su hija. En efecto, había puesto en peligro la vida de Violet únicamente por su propio deseo de venganza, rodeándola de individuos como Lucy, quienes no mostraban ningún interés más allá de obtener ganancias monetarias.

—Permita que mi hija regrese a su habitación mientras que usted y yo resolvemos este asunto como adultos, tal como tú misma expresaste anteriormente. Si la dejas volver, te prometo que conservaras tu puesto en la empresa de manera indefinida y no tomaré represalias en tu contra.

—Oh, no, querido, no creas que soy tan ingenua como para confiar en tus palabras. Ahora, tomemos asiento y yo te informaré sobre los pasos a seguir. No te preocupes, solo Violet nos acompañará por mi propia seguridad —dijo, sosteniendo a Violet por los hombros mientras Michael la observaba con atención.

— Padre, le ruego que la deje quedarse. No creo que la señora Lucy haya cometido alguna falta que justifique la terminación de la relación y su expulsión del hogar — musitó Violet mientras se sentaba junto a Lucy, sin comprender en absoluto la situación que se estaba desarrollando.

— Tienes una hija muy sabia — comentó Lucy con una sonrisa maliciosa en sus labios, mientras Michael la observaba con creciente desdén.

— No te preocupes, Violet. Tu padre resolverá todo de manera expedita, pero Lucy deberá marcharse; es un asunto de adultos que no podrás comprender — respondió él.

— Muy bien, dado que ya se ha tomado una decisión, necesito que redactes un documento en el que me transfieras una suma considerable por todos los años que compartimos, querido — expresó Lucy de manera burlona, mientras Michael apretaba los puños. — Soy plenamente consciente de que no me permitirás trabajar en tu empresa, y esto solo representa mi indemnización por despido, para que pueda vivir adecuadamente mientras busco otro empleo. Además, deberás incluir que, en caso de incumplimiento de lo estipulado, la información será divulgada — concluyó, mientras mantenía su mirada fija en él.

— ¿Es todo lo que deseas? ¿Un millón es la cantidad que solicitas para marcharte y no volver a presentarte ante nosotros?

— Nunca afirmé que se tratara de un millón. Esa suma no me sería suficiente; lo que realmente deseo son quinientos millones.

— ¿Estás fuera de ti? No te proporcionaré más de un millón; ya has recibido una cantidad considerable de mi parte.

— Muy bien, Violet, ¿te gustaría escuchar una historia interesante sobre...?

— Detente. Está bien, procederé a documentar todo de inmediato y te emitiré un cheque por la cantidad que has mencionado. Solo te pido que dejes a mi hija en paz —dijo mientras se levantaba del sofá.

La mente de Michael estaba a punto de estallar mientras documentaba todo y elaboraba el cheque. Esa suma era desmesurada y sabía que, cuando su padre se percatara de la situación, los problemas y quejas comenzarían a surgir. Sin embargo, eso no era nada comparado con el tremendo lío que Lucy podría ocasionar si llegara a hablar.




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