Han transcurrido cuatro meses desde que Violet no ha podido comunicarse con su madre en absoluto. Recuerda con claridad que, la semana previa a la audiencia, Michael tomó la decisión de ensayar meticulosamente todo lo que ella debía decir. Aunque esta situación le resultaba inusual y expresó sus dudas sobre la necesidad de dicho ensayo, así como su reticencia a testificar en contra de su madre, la respuesta de Michael fue que este proceso era esencial para que ella pudiera permanecer y estudiar en su país, tal como siempre había deseado. Afirmó que estaba llevando a cabo todos los trámites necesarios para que ella se quedara, sin embargo, nunca le comunicó que no tendría la oportunidad de ver a su madre en absoluto.
Cuando finalmente expresó lo que había ensayado durante varios días y observó cómo su madre se alejaba sin mirar atrás, comprendió que algo no estaba bien. Es cierto que Violet se sentía molesta con su madre por no permitirle vivir con ella; sin embargo, esto no implicaba que la odiara o que deseara no volver a verla, a pesar de lo que pudiera afirmar en momentos de enojo. Las palabras del juez resonaban en su mente mientras ambos celebraban la obtención de la custodia absoluta, convencidos de que todo había resultado mejor de lo esperado y que su esfuerzo había dado frutos.
Por esta razón, cuando se presentó la oportunidad, buscó comprender el significado de esta situación, enfrentándose a la dura realidad de que su madre ya no formaba parte de su vida. Se sentía frustrada, herida y triste por ello, ya que su único deseo era que su madre experimentara lo que ella misma sentía, lo que finalmente condujo a su pérdida. Sin lugar a dudas, había expresado su descontento a su padre por haberle mentido y traicionado su confianza; no obstante, la primera respuesta que recibió fue la risa de su abuela, quien, sin duda, se encontraba en una posición de desdén.
Cuando finalmente expresó lo que había ensayado durante varios días y observó cómo su madre se alejaba sin mirar atrás, comprendió que algo no estaba bien. Es cierto que Violet se sentía molesta con su madre por no permitirle vivir con ella; sin embargo, esto no implicaba que la odiara o que deseara no volver a verla, a pesar de lo que pudiera afirmar en momentos de enojo. Las palabras del juez resonaban en su mente mientras ambos celebraban la obtención de la custodia absoluta, convencidos de que todo había resultado mejor de lo esperado y que su esfuerzo había dado frutos.
Por esta razón, cuando se presentó la oportunidad, buscó comprender el significado de esta situación, enfrentándose a la dura realidad de que su madre ya no formaba parte de su vida. Se sentía frustrada, herida y triste por ello, ya que su único deseo era que su madre experimentara lo que ella misma sentía, lo que, lamentablemente, resultó en su pérdida. Sin lugar a dudas, había expresado su descontento a su padre por haberle mentido y traicionado su confianza; sin embargo, la primera respuesta que recibió fue la risa de su abuela, quien, sin duda, se burlarían de su dolor.
Claro, de vez en cuando, visitaba a sus abuelos; sin embargo, ya no experimentaba el mismo afecto que antes, especialmente por parte de su abuela. Cada vez que acudía a su hogar, la abuela se encontraba en su habitual lugar, donde disfrutaba de su té, y a ella no se le permitía acercarse a ese espacio mientras su abuela estuviera presente. Su padre, a pesar de su deseo de ser un progenitor atento, se veía consumido por las exigencias de su empresa, la cual enfrentaba serias dificultades debido a las mentiras que había pronunciado sobre su situación, que se habían convertido en una amarga realidad, mientras que la empresa de Charles prosperaba.
A pesar de ello, cada vez que lograban compartir un momento, su madre siempre surgía en la conversación, y sus comentarios eran constantemente despectivos hacia Rayla. Esta situación incomodaba a Violet, quien prefería retirarse y permanecer en soledad.
En un día como hoy, se dirigió a la residencia de sus abuelos, pero para su sorpresa, su abuela no se encontraba en casa. Aunque su abuelo estaba presente, se hallaba en su despacho y no salió a recibirla. Su padre había tenido que atender una emergencia.
Mientras se encontraba en la casa, Sol había decidido aprovechar la oportunidad para dirigirse al lugar favorito de su abuela. Este sitio, indudablemente, emanaba una profunda sensación de paz, y Violet se había sentado allí, disfrutando de un prolongado momento de tranquilidad, hasta que escuchó la voz de su abuela, quien parecía estar maldiciendo. Violet no podía discernir con quién estaba enojada, ya que las mucamas no se encontraban presentes ese día, y su abuelo no estaba en los alrededores; solo se oía la voz de ella. Los pasos de su abuela se acercaban cada vez más al lugar donde Violet se hallaba.
Violet entró en pánico, consciente de que si su abuela la descubría en aquel lugar, la reprimenda que recibiría no sería en absoluto placentera. Por esta razón, rápidamente abrió una pequeña puerta que conducía al patio trasero y se escondió detrás de un arbusto grande, manteniéndose en silencio para evitar ser descubierta.
—Esto es fustrante, la situación en la empresa ha generado una gran preocupación entre todos. Se han realizado recortes de personal, y todo esto es consecuencia de la negligencia de un individuo que nos ha hecho perder millones. Sin embargo, tengo la solución perfecta para todos mis problemas, y por ello te he contactado. No solo te llamo para compartir mis inquietudes, sino para que me ayudes a resolver esta situación— expresó en un tono bajo, aunque Violet escuchaba con claridad.
—¿En qué puedo asistirte esta vez, o mejor dicho, a quién debo apartar de tu camino en esta ocasión? — se oyó la voz de un hombre al otro lado de la línea.
—Bueno, recordarás a Rayla Harper. Te envié a investigar en su momento para determinar si la niña era mi nieta, y resultó que efectivamente lo es. Agradezco a Dios no haber tomado la decisión de eliminarla, porque ahora realmente la necesito viva— dejó escapar una risa que provocó un escalofrío en Violet, quien mantenía los ojos abiertos y el corazón acelerado. Sus manos estaban sudorosas y su respiración descontrolada, pero debía mantener la calma para no ser descubierta.
Editado: 23.05.2025