Me desperté de un sobresalto, la verdad no se porque eso me solía pasar hace un tiempo pero siempre a las tres de la mañana, revise mi celular y daban las diez de la mañana no era tan tarde hoy quiero hacer algo productivo bueno por lo menos más productivo que ayer, literal me la pase todo el día durmiendo eso no es algo que normalmente haría pero bueno siempre hay una primera vez para todo.
Una vez que me di un buen baño, baje a desayunar ahí se encontraban todos.
— Hola, hasta que dan señales de vida— saludo a mis amigas, me siento a un lado de Máx no sin antes darle un beso
— ¿Nosotras? Tu que hasta ahora te vemos — dice Rubí
— ¿yo? No inventen, yo no era la que ni siquiera podía quedar de pie — le menciono
— un momento ¿cuando fue la fiesta?— pregunta Ethan
— fue hace dos días — le respondí
— ¿hace dos días? Creí que fue ayer — dice sorprendido
— bueno así de perdido estabas, da gracias de que te pudimos sacar a tiempo
— ay no, ¿qué hice? — pregunta preocupado Ethan
— menor déjalo así — comenta Lucy
— no, díganme — insiste Ethan aunque no se veía muy convencido por querer saber
— Ethan por tu bien no preguntes — doy por cerrada la conversación.
Habíamos decidido ir a dar la vuelta a la playa, ver tiendas y tal vez comprar un par de cosas. Subí a la habitación para tomar mi bolsa, dinero y mi celular.
— ¿no crees que es mejor quedarnos aquí? — me pregunta Máx entrando a la habitación
— ¿por qué?
— alguien te está siguiendo ¿no sería como ponerte en bandeja de plata?
— no puedo estar encerrada sólo porque hay algo de peligro, todos los días estoy en riesgo, nunca sabes que es lo que puede pasar y no por eso voy a dejar de vivir mi vida. Incluso aquí adentro estoy en peligro.
— tienes razón, pero no puedo ni quiero perderte
— no vas a perderme, te lo prometo— lo beso como una forma de sellar la promesa que acabo de hacer — ahora vamos a divertirnos ¿quieres?
— ¿contigo? Hasta ir al infierno sería divertido.
Estuvimos viendo muchas tiendas, entramos a todas las que pudimos y nos probamos de todo, creo que llegamos a fastidiar a los vendedores, no compramos mucho, había unas tiendas de ropa donde se veía que era caro todo y nada más entramos a probarnos de todo sólo para molestar a los vendedores, creyeron que iban a tener una gran venta, lo único que si estuvimos comprando fue comida más que nada para matar el hambre. Una de mis actividades preferidas es comer puras chucherías.
Ya más tarde cuando nos cansamos de ver tiendas, nos metimos al mar a nadar un rato, el mar estaba pacífico el oleaje no era muy fuerte el agua estaba en un punto exacto que se disfrutaba muy agusto.
Como yo no se nadar muy bien salí rápido del mar, me senté en la arena donde la marea a penas tocaba mis pies, veía a mis amigas jugar era divertido, me hubiera encantado estar ahí con ellos jugando pero le tengo un poco de miedo al agua y a la profundidad que pueda tener, tal vez por eso no he podido aprender a nadar bien. Aunque la verdad no se porque tengo ese miedo si desde que era niña iba a clases de natación, fui en dos ocasiones una cuando iba en el kinder y otra cuando tenía doce años en ese momento ya tenía ese miedo, no se de donde surgió.
De repente siento que alguien pone algo que cubre mi boca y mi nariz, me toman de la cintura y me levantan, lo que cubre la mitad de mi cara tenía un olor dulce, algo me decía que no debía seguir respirandolo pero como estaba luchando para zafarme necesitaba más oxígeno, movía mis brazos y piernas tratando de patear o golpear a mi atacante pero no daba resultado conforme más nos íbamos alejando de mis amigas más me preocupaba pues confirmaba mis sospechas de que esta persona me quería secuestrar, me estaba secuestrando. En uno de mis intentos logre golpearlo y el agarre sobre mi boca cedió
— ¡Máx! ¡Dylan! ¡ayudenme! — gritaba con todas mis fuerzas — ¡sueltame! ¡Máx!
No pude seguir gritando porque de nuevo cubrió mi boca, seguía luchando para que me soltara pero mis extremidades se hacían más pesadas y mis ojos se cerraban, no podía dejar de pelear, no debia, pero era difícil todo me pesa, distingo que alguien venía corriendo había mi, segundos después todo se hizo negro.