Prólogo.

Desde hacía demasiado tiempo atrás que reparaba en aquella extraña presencia, de la cual nunca había podido descifrar de que se trataba, o eso creí, hasta una noche de completa oscuridad, en el peor momento de mi existencia. En el lugar más sombrío del mundo lo vi por primera vez, donde jamás imaginé que se volvería una parte crucial de mi vida, en tan poco tiempo, al menos eso pensaba yo. Aunque años después me terminé enterando de la verdad ante todo esto.

Desmesurados hechos me abordaron, provocando un giro drástico a la situación y volviendo todo un drama diario, donde mi día a día se basaba, prácticamente, en llegar sana y salva al terminar el ocaso.

Nunca antes me había encontrado al filo de la erradicación como lo estuve desde el momento en que lo conocí a él, no obstante, retomaría cada uno de los pasos que me llevaron hasta aquí, si eso me afianzaba que en algún momento lo volvería a ver.

No importaba cuantas veces tendría que enfrentar a la misma muerte, o sí tenía que combatir contra millones de criaturas que cazaban mi cabeza. Mi objetivo era sólo uno, y era lo que me impulsaba a seguir adelante, a pesar de haber utilizado mis últimas fuerzas, la seguridad de ellos era mi prioridad. Porque no importunaba los momentos en el que mi persona se viera en riesgo, siempre y cuando que mi familia se encontrara a salvo, la cual había formado a lo largo de los años, al fin y al cabo, se convirtió en la única que tuve.

La vida me había golpeado más veces de las que había podido llegar a contar, en algunas ocasionas peores que en otras, sin embargo, era yo la que se levantaba del suelo para hacerle frente de vuelta. Si posees el coraje, la valentía, y hasta la disposición necesaria para hacerlo, podrás llegar a domarla. Por supuesto que antes te embargará en un torbellino de sucesos, que si bien crees que serán para hundirte, en realidad ayudarán a fortalecerte, te lo prometo. Aunque no saldrás de la misma forma. Comenzarás a ver las cosas de una forma diferente, con una visión que jamás creíste tener.

Las cicatrices me volvieron la persona que soy hoy en día, y las lágrimas que derramé, se volvieron astros de luz que me ayudaron a guiarme en mi camino. Durante éste trayecto que nos toca caminar, te engañarán, desilusionarán, hasta intentarán destruirte, pero ten por seguro que cuando reconozcas a las personas correctas, dejarás atrás a las que te dañaron.

Ahora te diré algo que no debes olvidar nunca, escríbelo en algún lugar para no hacerlo, no importa lo que tengas que cruzar por la persona que es dueña de tu corazón, al final, siempre valdrá la pena. Puedo asegurarte que cuando la encuentres, sus latidos sonarán a la misma sintonía, y que sus brazos, esas extensiones que sobresalen de su torso, se volverán el mejor lugar del mundo, porque encajarán como piezas de rompecabezas.

Entonces no te rindas, por favor, no lo hagas. Sigue adelante, que todo se puede, nada es imposible en ésta vida, y sí crees que sólo son palabrerías sin sentido, aventúrate a leer mi historia. En ella te encontrarás con el odio, el amor, la venganza, y comprenderás el verdadero significado de las cosas.

Con mucho amor, Paris.