NARRA MADISON
Esos ojos eran los ojos mas lindos que había visto en mi vida, eran verdes, pero no cualquier verde, era un verde hermoso. El chico frente a mi se había inclinado para ayudarme a levantar y así pude verlo más de cerca; tenía una ligera barba y unos labios algo gruesos.
—¿Estas bien? — por su acento supe que no era aquí. Sin darme cuenta habían como diez personas a mi alrededor
Asentí sin articular palabra, y aún aturdida me aleje de su agarre, tome lugar junto a Elisa y estaba boquiabierta mirando a todas las personas frente a nosotras, bueno en realidad sólo estaba mirando un punto fijo
—De verdad disculpa, pero nos tenemos que ir — otro chico, mismo acento, moreno y un poco más bajo hablo. Nos sonrió e hizo un amago para irse
No sé cómo, no sé porque, pero mi cerebro comenzó a funcionar nuevamente y recordé mi teléfono
Puse mi mano en el pecho de los dos impidiendo que dieran un paso más y por ende las personas que estaban tras de ellos
—A ver, relajen el pony, ¿Cómo así que "disculpa, nos tenemos que ir"?, ¿Ya vieron mi teléfono como quedó? — levante mi ceja y a pesar de que soy súper bajita, no mido ni 1,60, y ellos son notablemente más altos que yo, eso no me hizo sentir inferior
—Eh ¿Disculpa? — dijo el moreno rascando su nuca, mirando mi celular
—¿Disculpa? — levanté mis cejas sin poder creerlo — ¿Ósea tu rompes algo, le dices disculpa y el se repara sólo? — dije irónica
Ellos se quedaron callados, por otro lado, Elisa me jalo y me alejo un poco para decirme en susurros
—Madi, ¿te calmas por fa?
—Que se calme su abuela — hice el amago de girarme pero Elisa no me dejó.
—Espérate, ¿A caso no sabes quienes son ellos?
—Que sean los Reyes de Francia pero no se van sin pagar el arreglo de mi teléfono — intente hacer la misma acción de hace un momento pero mi amiga volvió a jalarme
De verdad estaba demasiado enojada, había ahorrado mucho por comprar ese celular y lo cuidaba demasiado, para que se dañara de esa forma y que el culpable no se hiciera cargo del arreglo, además no podía darme el lujo de gastar en otro, ya había gastado demasiado en mi viaje
—El de ojos verdes es un fotógrafo, el morenito es un productor importante-
—¿Y a mí? — Elisa me miro extrañada
—¿Tu qué?
—¿Y a mí que me importa? — por tercera vez intente girarme y por tercera vez Elisa no me dejó
—Pues debería importarte porque trabajan para lunay — abrí mis ojos
—Mejor
—¿Mejor?
—Si, mejor así tienen para pagar el arreglo de mi celular —por cuarta vez hice el amago por girarme y ¿adivinen que?
¡Lo logre bitches!
—¿Entonces?, ¿Cómo vamos a arreglar? — eleve mi ceja derecha, cruce mis brazos sobre mi pecho y puse mi mejor cara de malandra
—La verdad lo sentimos, pero no podemos quedarnos a arreglarte un celular, permiso — hizo el amago de correrme, pero no me deje
—Si aja, y a mí que me coma el tigre
—Pues cómprate otro — dijo con ironía
—Claro, como caen del cielo, No, mentiras, tengo un árbol en el patio de mi casa donde crecen por montón — dije con el mismo tono de él
—Bueno, oye, cálmate — intervino Elisa
NARRA LUNAY
No sabía cómo habían dado conmigo, lo que si sabía era que estaba con parte de mi equipo de trabajo; Nino, Kevin, Dulce como Candy, Rodrigo, Jeimax, Yamil y unos empleados del centro comercial. Estábamos intentando salir por una de las salidas de emergencia, yo estaba en medio de todos
Caminábamos lo más rápido posible, porque, aunque amo a mis fans, podían llegar a hostigarme un poco, a tal punto que ya no podía ir de compras sin encontrarme a cincuenta chicas tras de mí, el problema era que ahorita no eran cincuenta, en el centro comercial había unas mil y si les digo mas
Caminamos tan rápido que desde donde estaba pude ver como una chica se estrelló con Kevin, cayendo algo fuerte al piso; Eso me preocupo y al querer acercarme uno de los guardias del centro no me dejó, así que me concentre en escuchar lo que decían
Kevin la ayudó a levantar y así pude tener una mejor vista de ella, era bajita, cabello largo, castaño, tez blanca, su ropa estaba cubierta de lo que parece era helado, pero digamos que su cuerpo esta proporcionado, tiene suficiente de arriba y abajo. ¿Qué puedo decir? soy hombre y también tengo que deleitar mi vista. La chica no estaba sola, había otra con ella, pero no la podía ver bien
—¿Estas bien? — pregunto Kevin, pero no escuche respuesta, vi cómo se movió hasta donde estaba la otra chica y en mi campo de visión solo veía la parte superior de su cabeza
—De verdad disculpa, pero nos tenemos que ir — intervino Nino y ambos comenzaron a caminar junto con nosotros, pero solo pude dar dos pequeños pasos antes de que pararan
—A ver, relajen el pony, ¿Cómo así que "disculpa, nos tenemos que ir"?, ¿Ya vieron mi teléfono como quedó? —Volví a escuchar su voz, ¿Relajen el pony?
—Eh, ¿Disculpa? — dijo Nino rascando su nuca, me acomode para poder verla
—¿Disculpa? — levanto sus cejas —¿Ósea tu rompes algo, le dices disculpa y el se repara sólo? — dijo irónica
Diablo, que carácter, ¿sabrá quiénes somos?
La otra chica que la acompañaba se la llevo un poco lejos de nosotros, pero aún así podíamos escuchar todo lo que hablaron. Reprimí una risa, y me acomodé un poco en mi lugar ante la mirada de los guardias.
Para ser sincero si me dio un poco de interés que supiera quienes eran ellos y no se inmutara ni avergonzara.
"Cansado" de esto- la verdad no se porque pero quería hablar con ella- salí "irritado"
Narra Madison
—Puñeta, pero ¿Qué sucede? — detrás de los chicos frente a mí, salió otro chico
Pero este si que era un bizcocho, ¿Cómo Dios había podido crear una cosa tan perfecta y haberlo mandado a la tierra para hacernos pecar?