NARRA MADISON
Ambos ingresamos a la casa tomados de la mano, me llevo hacía la cocina donde se encontraban todos. Jef sólo apretó mi mano y juntos nos sentamos en la isla donde había variedad de comida.
—Entonces —dijo Matt alargando la “s” de forma divertida.
—¿Entonces qué? —respondió Jef sin importancia, tomando una tostada de una bolsa.
—¿Están juntos? —pregunto sin rodeos, Jef intentó hablar, pero ninguna palabra salió de su boca.
—¿Eso importa? —dije mientras tomaba otra tostada y le daba un mordisco.
El silencio reinó en la cocina. Sabía perfectamente que era una conversación pendiente entre Jefnier y yo, pero también sabía que las cosas sucedieron tan rápido que tendríamos que pensarlo muy bien antes de hablarlo, o por lo menos yo tendría que hacerlo.
—Bueno, entonces terminen de desayunar mientras nosotros terminamos algunos detalles —hablo Chris antes de dejarnos solos.
—No quiero que mal intérpretes lo que dije —me gire hacia Jef.
—¿Por qué tendría que hacerlo? Es la verdad —metió una tostada a su boca y yo me quedé mirándolo sin ninguna expresión mientras masticaba.
—Jmm —seguí comiendo y la tensión aumento.
Estuvimos unos minutos más antes de que Jefnier se fuera a arreglar para lo que tenía que grabar. Yo por mi parte intente quemar el tiempo recogiendo y lavando los platos que habíamos usado. Pero claramente no me quedaría todo el día haciéndolo, busque mi celular y decidí salirme al patio donde no estaban grabando, me senté en el piso y llame a Elisa.
—Bonitas horas de aparecer —fue lo primero que escuche cuando se descolgó la línea— ¿Por qué mie*das no me habías llamado antes? Sabes-
Siguió peleando mientras yo alejaba el teléfono de mi oreja y rodaba los ojos, recosté la cabeza en la pared tras de mí. Agradecida de que nadie podría verme porque estaba de espalda a la casa.
—¿Me dejas hablar? —interrumpí su discurso de lo mal amiga que soy.
—Habla —dijo cortante.
Le conté todo lo que había pasado desde que Jefnier entró en mi vida de nuevo, casualmente desde ahí no habíamos hablado. Obviamente que a veces me interrumpía con gritos de emoción o de sorpresa, pero no decía nada más.
—¿Crees que se enojó por lo que le dije a Matt? —pregunté con la esperanza de que me dijera que no.
—Tal vez el siente algo por ti, y eso lo hirió —dijo aún más tranquila.
—¿Tú crees?
—Mira, aquí lo importante no es lo que yo crea, lo importante es ¿Qué sientes tu por él?
—No sé qué es lo que siento por Jef, sólo sé que me gusta tanto estar a su lado, sentir sus labios sobre los míos, amo perderme en su mirada y aunque no lo creas amo que tenga el poder de hacerme sentir nerviosa, cuando él me abraza siento que nada ni nadie puede dañarme.
—Te estás enamorando —dijo con delicadeza, ella más que nadie sabía que era un tema delicado para mí.
—Eso es lo que más me aterra, no quiero que me vuelvan a lastimar— un nudo se formó en mi garganta una vez los recuerdos llegaron a mi mente—. No soportaría perder a alguien así otra vez, la última vez perdí hasta mi familia.
—Madison no hables así, ellos no están muertos —regaño.
—Yo lo estoy para ellos y ellos para mi —trague saliva.
—No tiene por qué ser así, si hablas con ellos-
—No lo hice antes, no lo haré ahora —interrumpí—. Además, ellos no son el punto ahora ¿Qué pasa si sólo soy un juego para él? —cambie rápidamente de tema, era el momento y el lugar menos indicado para hablar de mi familia.
—Él dijo que sentía algo por ti, deja de temer y arriésgate, no dejes que el miedo te gané, ve y dile lo que sientes, sé feliz.
—Pareces coach motivacional —ambas reímos.
—Hazlo y me llamas a ver que te dice.
—No lo sé —dije aún insegura.
Después de un gran tiempo gastado por parte de Elisa convenciéndome de que lo haga, nos dieron las cuatro, así que colgué con toda la intención de decirle todo a Jef, prometiendo que la llamaría para contarle todo con lujo de detalles.
Me quedé sentada unos minutos más tratando de calmar mi corazón, suspiré y caí en cuenta de que no se escuchaba ruido detrás de mí. Extrañada decidí levantarme y buscar a Jef.
En cuanto entré a la casa, está estaba casi vacía, a excepción de dos o tres personas que estaban recogiendo algunos cables.
¿Tanto había durado hablando con Elisa?
Subí al segundo piso, pasé por la cocina, sala y hasta por la piscina y no había rastro ni de Jef, ni de los demás. Sólo me faltaba ver afuera de la casa donde estaban los autos, al salir sólo estaban una camioneta perteneciente a las personas que aún quedaban en la casa y el auto de Matt, este último estaba recostado en su auto mientras tecleaba algo en su celular.
—¿Matt? —el nombrado levanto la mirada y se enderezó guardando su teléfono en el bolsillo lateral de sus jeans— ¿Dónde está Jef?
Trago saliva antes de hablar.
—Tuvieron que irse de urgencia a la ciudad y me pidieron que te esperara para que te llevará a casa.
—Ah —dije sin entender ¿Se había ido sin decirme nada?
—¿Vamos? —pregunto sacando sus llaves, sabía que me estaba ocultando algo, pero no tenía ánimos para interrogarlo.
—Si —asentí y subí al auto.
El camino a casa fue silencioso a excepción de la radio sonando, Matt me miraba repetidas veces algo pensativo mientras yo tenía los ojos puestos en la ventanilla. Tiempo después el auto se detuvo frente a un edifico bastante lujoso.
—Esta no es mi casa Matt —dije mirándolo desconcertada.
—Lo sé, pero —tomó aire y se giró hacia mi— Mads el poco tiempo que te he conocido me has ayudado demasiado y de verdad te he tomado un cariño inmenso, y por lo que me contaste de tu pasado, me es injusto que alguien tan bueno y noble pasará por eso-
—¿A dónde quieres llegar Mattew? —volví a interrumpir.