NARRA MADISON
Querida Madsin ....
Soy mamá, aunque creo que eso ya lo sabes - inevitablemente reí- Si estas leyendo esto es porque eres un año más vieja y porque yo ya no estoy. Cualquiera creería que este no es el mejor momento para escribirte una carta de "despedida" ya que tengo mil tubos conectados a mi. Pero como esto no es una carta de despedida, todo se vale, ¿no?
Mi niña, sé que te preguntarás por qué nunca te llamé o te dije que estaba enferma, y por más que quiero pensar en una excusa creíble nada de lo que diga me justificará. Aún así quiero darte mis razones;
1. Haz pasado por mucho como para ver como tu madre muere tristemente en una cama
2. Quiero guardar el recuerdo de ti viéndome bien, con amor y alegría y no con pesar al verme así
3. También quiero que guardes la imagen de mi siendo independiente y alegre, no ahora que hasta darme de comer deben
Sé, que me vas a extrañar, pero yo siempre estará contigo, como siempre lo he estado, al igual que Mais . Ya te hice suficiente compañía , ahora tengo que cuidar de mi otro hijo...
Sé que podrás ser feliz, serás capaz de salir adelante y de lograr todas y cada una de las cosas que quieres, porque así eres tú, fuerte, amoroso, astuta, pero sobre todo humilde.....
Ni mil palabras alcanzan para decirte cuanto te amo, ¿Te acuerdas cuando niña que me preguntaste cuantos pétalos habían en la tierra?, y yo te contesté que habían más de los que pudieras imaginar, pues yo te amo más que cada pétalo existente en este universo....
Con amor mamá....
No hacía falta decir que estaba hecha un mar de lágrimas, me tomé mi tiempo para recuperarme y después de haberme limpiado las lágrimas decidí volver adentro, justo antes de entrar, Jefnier salió muy sonriente.
—Todo bien?
—Todo bien —afirme antes de abrazarlo.
—Creo que olvidaste mi regalo —me separé de él y me extendiendo una pequeña caja alargada- Feliz cumpleaños- susurro y yo la tomé.
—No te puedo creer, esta hermosa —saque la pequeña pulsera de su caja y no lo podía creer, era tan delicada y de un plateado tan hermoso, a excepción de un pequeño rayo en el centro de color dorado— Me encanta —sin esperar me abalance hacia él abrazandolo y dándole besos por toda la cara mientras el reía.
.....
Al otro día....
Todos habíamos decidido almorzar fuera, ahora nos encontramos dando un paseo por el mall. La noche anterior había sido una locura, festejamos por lo alto mi cumpleaños y podría decirse que todos bebimos y comimos hasta más no poder.
—No puedo creer que le hicieras caso a Elisa y te bebieras el agua del jarron —reí al ver la cara de Jack al recordar la escena.
—Aun tengo nauseas, creo que aún no lo he evacuado por completo.
—Iugh, cayate —reprochó Eli empujándolo mientras todos reíamos.
Ambos comenzaron a jugar y yo me acerqué hacia Jef quien se encontraba despidiéndose de unas fans que le pidieron fotos. Me acerqué lo suficiente para poder tocar su hombro, él se giró.
—Omg! —fingí emoción— ¡Es Lunay!, wow, ¿Me podría tomar una foto? —hable burlona mientras él me miraba divertido.
—Una foto, un autógrafo, un beso, lo que tú quieras —se acercó a mí y pasó su mano por mi cintura mientras me robaba un beso, alarmada me alejé.
—¿Que haces? Nos pueden ver.
—¿Y?, mejor, así saben de una vez que eres mía —trato de pegarme más a él.
—Otra vez con eso —puse mis manos entre sus hombros y su clavícula impidiendo que nos acercaremos más— Creí que ya habíamos hablado de eso.
—Me acuerdo de tu y yo en un baño, podemos ir a uno y así me refrescas la memoria —sonrió pícaro y yo lo miré divertida.
—Lo siento pero tendré que cuidar a Samy unas horas mientras tú me ayudas —le robe un corto beso y me aleje dejándolo confundido.
—Ah, no —pero él rápidamente me tomó del brazo girandome— Hemos estado todo el día con ellos, quiero mi tiempo a solas contigo.
—Lo tuvimos anoche.
—No puedo creer que seas tan mal pensada —se hizo el ofendido—. Yo hablo de un momento a solas donde podamos hablar y compartir, nada más, cochina.
Reí fuertemente ante su cara y más cuando puso su mano en el pecho y luego la movió abofeteando el aire.
—Ven —sin esperar respuesta me jalo tras de él.
Después de un rato coordine mis pasos con los suyos y juntos caminamos tranquilamente mientras escuchaba las bobadas de Jefnier.
Narra Jefnier
Madison reía de un muy mal chiste de mi parte, cuando mi mirada se clavó en una de la vitrinas que estaban en la tienda junto a mi. Pare de inmediato a admirar tan hermoso collar de perlas.
—Es hermoso, ¿no crees? —señale el collar sin apartar mi mirada de él.
—Es más que hermoso, es lo más lindo que he visto en mi vida, ¡quiero uno! —de la emoción Madison soltó mi mano.
—Pues no se diga más, nos lo llevamos —sonreí, sería algo costoso pero todo por hacerla feliz.
—Enserio? —emocionada se alejó de mi pero cuando me giré para entrar con ella a la tienda se encontraba cruzando la calle para ir a un pequeño local donde habían unos cachorros en adopción.