En Busca de un Hogar

La Luna

Eduardo.

La caminata se me hizo eterna, la necesidad de encontrar un lugar seguro y poder descansar me estaba consumiendo, necesitaba dormir, despejar mi mente, pensar muchas cosas, ahora estoy solo, de nuevo, y esto implica comenzar a preocuparme por nuevas cosas que antes no les tomaba importancia alguna. Mientras buscaba a mi alrededor, la única amiga que no me dejaba solo, era la luna, sentía como me hacía compañía sin necesidad de hablar o mostrarse a mi lado.

No sabía dónde estaba, pocas veces salía de casa, sin mencionar que cuando lo hacía, las distancias no eran muy largas, cosas sencillas como ir a dar la vuelta a la manzana o ir a la tienda era la excusa que tenía para poder salir, y ahora ni siquiera me ubicaba, mi teléfono estaba muerto, al igual que mi energía.

La adrenalina del momento me causó mucho cansancio. Tenía en mente regresar a casa, tenía razón mi madre, no iba a durar ni una semana, en parte le tengo que agradecer a Nick, porque sin él hubiera terminado esa noche en la calle, pero a qué costo, termine de la misma manera tiempo después.

Después de un tiempo me resigné, pues pensé que estaba en mal momento para poder estar tranquilo o mínimo encontrar un buen hogar. llegue a un gran parque tiempo después, hasta cierto punto daba miedo, ver como la oscuridad envolvía todos los rincones de la estancia lo hacía un poco tétrico, la única que otorgaba belleza era la luna, la misma que se vestía con el paso del mes, de dulces melodías, algunas de amor y otras de dolor, no importaba de cuál se tratase, siempre se vería hermosa sin importar la sensatez con la que se mostraba.

El viaje comenzaba a terminar, pues las energías estaban por el suelo y las emociones se encontraban en un estado de shock, y ver después de un gran rato una banca, fue como encontrar un río en el desierto.

Lo hermoso de la oscuridad era que con ella traía silencio, aquel silencio que si se rompe te puede sacar de tus casillas, y nuestro amigo el miedo, haría el trabajo restante. Esto había pasado, pues el silencio estaba reinando hasta que unas ramas interrumpieron esta hermosa velada.

Levante la mirada para poder apreciar bien al culpable de dichos ruidos, que en ese momento parecía un escándalo total. La noche hacía difícil todo, la percepción me estaba fallando, y combinado con el sueño que cargaba era peor, pero al ver unos ojos rojos me paralice por completo.

Poco a poco se iban acercando, mientras mis piernas decían ¡Corre!, mi curiosidad decía que me quedara, y esta no falló, al mostrarse mucho más cerca pude observar a un lindo perrito que andaba deambulando por la noche. Aunque aún tenía miedo de tocarlo, no sabía si era amable o agresivo, así que no me confíe.

—Descuida, no hace nada—un señor de aproximadamente cuarenta o cincuenta años se acercó por la parte de atrás, parecía que era el dueño del perro y solo habían salido a dar una vuelta—él quiere que vengas con nosotros—me levanté inmediatamente de mi asiento con un susto que me había devuelto la energía, pues el sueño fue el que se despidió esta vez.

—No, gracias.

—No, a eso no me refiero perdóname, ¿Qué haces aquí hijo?, es muy noche, ¿Y tu casa?

—No sé, no sé ni donde estoy, escape de mi casa y me fui con mi novio, pero no era lo que pensaba, abuso de mí y ahora no tengo ni puta idea de a dónde ir.

—Tranquilo, yo te puedo ayudar.

—Lo que aprendí es a no confiar en extraños. Gracias por la invitación, pero así estoy bien.

—¿Tienes donde pasar la noche? o ¿estás en medio de la nada?

—No tengo donde dormir, pero solo será temporal, ya tendré un lugar.

—Si gustas, yo tengo una habitación extra en mi casa, mi hijo se fue y la dejó abandonada, solo entra Spike a revisar una vez cada que se acuerda.

—No lo sé, creo que así estoy bien.

—Si sigues así, te vas a enfermar, mejor ven, enserio que no te voy a hacer daño, no me atrevería a tocar a alguien sin su consentimiento, mucho menos abusar de él, aparte, los hombres no me van, mucho menos alguien de tu edad.

—Pero, en serio, así estoy bien, ya veré que hago.

—Pues, como gustes, pero eso sí, ten cuidado que esta zona es peligrosa.

—Pero, ¿a dónde puedo ir?

—Mira, ven conmigo, te doy de cenar y ya tú decides si te quedas o no, en la mañana puedes seguir tu viaje, aunque dudo que tengas uno con algún destino.

—Pero, eso me dijeron anteriormente, que era libre como el vagabundo, pero al final me terminaron encerrando en una jaula con púas.

—Lo sé y comprendo por qué rechazar mi ayuda, pero yo solo quiero ayudarte. Me llamo Jorge, y él es Spike, salimos a dar una vuelta porque estaba muy desesperado, por eso estamos aquí, en cuanto te vio comenzó a correr y a ladrar como loco.

—Yo nunca escuche un ladrido.

—Ya te estabas quedando dormido seguramente.

—Bueno, pero, ¿seguro que no me hará nada?

—Por mi señor Jesucristo que no te tocaré ni un pelo si tú no me lo permites. Anda, tengo unas galletas bien ricas que me compró mi hijo, y no tengo con quien comerlas, sirve que me haces compañía tú también.

—Bueno...

—Eso, ven, porque hace mucho frío y no tienes suéter, te vas a enfermar de seguro, pero te puedo ayudar si gustas en eso también.

—Si no es mucha molestia.

—En lo que llegamos a la casa, me puedes contar el por qué escapaste de casa, claro si gustas.

—Bueno, mi madre se enteró que tenía novio, se molestó mucho, entonces me dijo que si me quería quedar era a sus reglas y su forma de expresarse de mí, entonces decidí irme con mi novio. Termino siendo alguien totalmente diferente a la persona que yo pensaba que era, es alguien educado y eso, pero eso no le quita lo explosivo.

—Así son todos, todos tienen doble cara, no te dejes llevar por la portada del libro.

—Así es.

—Aunque hay excepciones, hay personas que llegan a tu vida como ángeles caídos del cielo, aquellas que llegan para ayudarte, y son las que menos lo esperas.



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En el texto hay: amor gay, homosexual, romance gay

Editado: 05.05.2023

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