CAPÍTULO 1

CAPÍTULO 1: El COMIENZO

‹‹"El diablo tocará tu puerta, te saludará y te robará todo lo que has construido, no podrás hacer nada, el amor te habrá debilitado solo para morir por ello"›› esa onírica sucedía cada vez que cerraba sus ojos"

La joven que dormía tranquila en su habitación estaba estupefacta, paralizada en una de esas pesadillas, que roban tus fuerzas para denigrarte, destruir tu ser para ser comidos por malas energías, todos los días soñaba eso, ella no podía dormir bien.

Trataba de despertar pero cada vez que lo hacia sus pesadillas sacaban garras de la oscuridad para llevarla a esa ensoñación maldita, que te deja sin ganas de vivir o simplemente ya ni puedes ni llorar. Lo único que puedes hacer es sufrir por los recuerdos o reírte del dolor.  

Gabriela Guzmán una joven de veintidós años vive en un mundo lleno de oscuridad, trata de cambiar su corazón e iluminarlo, aunque el camino no será fácil para transmutar su pasado.

Ella tuvo día largo realizando las tareas de la casa, obviamente lo único que esperaba era un buen descanso pero ni eso pudo lograr, más ahora que sus padres murieron, su madre se fue primero Cuándo ella apenas era una niña. Años más tarde su padre, Marlon Guzmán falleció hace ocho meses. Realmente le ha tocado duro los últimos meses, sola sin las personas que más amaba en este mundo ¡sus padres!

No hay dolor más profundo que haber desperdiciado tú tiempo en cosas vagas o sin propósito y aunque tuviesen un objetivo claro, tan notorio como la importancia de respirar, tiene un precio: tu tiempo y tu familia.

La noche se fue tan rápido tanto que no pudo conciliar el sueño, la alarma sonó a las 6:30 a.m. aún no se quería levantar; sin embargo, hoy era su primer día de trabajo en una cafetería nueva que abrirá hoy cerca del centro de la ciudad de Managua.

"Dios, voy tarde a mi primer día de trabajo, Marta me va a matar" se dijo así misma, apresurada arreglándose.

Se alistó tan rápido, que se le olvidó desayunar, estaba tan emocionada de que por fin su vida daría un giro distinto y haría cosas normales, trabajar como gente ordinaria, tener un salario digno, eso le decía su mamá Carmen Gonzales antes de morir por causas naturales cuando tenía diez años. Ese hecho devastador le marcó la infancia tanto que en la segundaria ella era de las que se ocultaban en las sombras de los rincones del salón y no se llevaba bien con nadie, digamos que era como un fantasma.

En ese periodo de tiempo tuvo muchos conflictos con algunos de sus compañeros, tanto así que llegaron a los golpes. A pesar de todo eso, ella siempre mantenía sus notas muy buenas pero nunca demostró un interés más allá de lo aprendido. Era como estar vivo sin ningún propósito cercano, tangible con el alma: era morir extrañando a la persona que mas ama, a su madre. 

‹‹Gaby, mi sueño algún día es que termines de estudiar, y entres a la universidad para que algún día seas una profesional y tengas algo seguro ganando algo justo para que compres tus cositas, hija››

"Esa vos resuena en mi cabeza dándome consejos cada vez que voy a realizar algo" se dijo a sí misma.

Ella siempre piensa en su mamá, era el sol de sus días, es increíble el poder de las madres, que aman tanto a sus hijos que la conexión no se pierde aun así después de la Muerte. Siempre van a estar con nosotros, aunque sea a años luz de este planeta, el amor no conoce de tiempo ni distancia.

( ..... ) MINUTOS DESPUÉS.

"Al fin llegue al trabajo después de un incómodo viaje en la ruta"

Gabriela siempre ha odiado las rutas de transporte, la razón es que no soporta el mal olor, gente manoseada y las incómodas conversaciones tontas de las personas, pero no le toca otra más que andar en bus. En sus más profundos deseos siempre quiso tener su auto propio y poderlo disfrutar con su familia ahora solo quedan sueños.

 El lugar estaba muy bonito súper decorado con siluetas o pegatinas en la pared de café y pan, también había frases motivacionales que inspiraban a escritores, poetas; personas que practican cierto tipo de deportes y sin faltar las frases de amor, para los enamorados que visiten el local. En verdad sí que daban ganas de pasar un rato disfrutando del ambiente.

Al entrar pudo observar muchas personas charlando con sus amigos sobre lo bonito del local como también sintió ese aire, ese aroma a pan y café.

―Dios, ¿Por qué me haces esto? Sabes que me fascinan estas cosas ricas y más de mañana ―se dijo entre labios mientras el estómago le truena como tambores o relámpagos. 

‹‹"Ahora sí, esto si es otra cosa no como el chiquero que había antes"›› pensó a la vez que sus pupilas se tornaron brillosas ya que este sería su primer empleo en la ciudad.

Al entrar pasó saludando a todo el mundo.

―Hola don Wilson, como le trata la vida ―le dijo Gabriela.

―Muy bien mi querida amiga, felicidades por tu trabajo.

»Este lugar tendrá mucho éxito, por cierto, lamento lo de tu padre, era un buen amigo mío. Estuvimos en el mismo pelotón en la guerra de los ochenta, él era muy disciplinado y muy estricto; sé que te educo y te forjo de la mejor manera.