En Busca De Venganza

CAPÍTULO 2

1 AÑO DESPUÉS...

1 AÑO DESPUÉS...

 

El sueño más hermoso de una mujer es cargar en sus brazos a su hijita o hijo, educarlo, enseñarle lo bueno y lo malo, darle amor, enseñarle una guía sobre lo que es la vida... Disfrutar cada momento, cada día, cada año, cada sonrisa como cada lágrima, apreciar los pequeños detalles que es donde la vida guarda su Esencia. Sí, ese era el sueño de Gabriela y pudo lograrlo al lado de su amado Ariel. Ellos tuvieron una hermosa hija llamada Alicia, ojos azules, piel blanca con una risa que daba paz hacia quienes la miraban.

Gaby y Ariel compraron una casa, a las afuera de Managua para estar más comunicados con la naturaleza. Además, ya estaban hartos de los ruidos de los carros o camiones, como gente boba que cuando toma alcohol hacen el espectáculo en las calles como peleas o el aire a humo de los vehículos. Se trasladaron a una bella casa de dos pisos, color anaranjado y ventanas como de castillo, era muy bonita...

—Ariel, amor tráeme la toalla que está en la mesa, es que Alicia se ensució de comida otra vez en su ropita —réplica Mientras chinea a su pequeña en una silla mecedora cantándole canciones para que deje de llorar y se duerma.

—Aquí tienes las toallas, sabes hoy voy a preparar salpicón ya compré la carne para que almorcemos, eso va a estar para chuparse los dedos, tu favorito amor —le dijo inclinándose para darle un beso muy cálido en la frente.

—Sí, amor todo lo que cocinas te queda muy rico, y recuerda que tenemos que dormirnos temprano por que mañana iremos donde mi abuela Julissa, le prometí que iría este verano —afirmó viéndole a los ojos.

Su abuela vive en Rivas, Nicaragua. Con los tíos de Gabriela, hace tiempo que no se ven desde la muerte de Marlon el padre de Gaby.

‹‹"Hace tiempo que no la veo y ya la extraño mucho a mi viejita querida..." ›› se dijo muy pensativa.

El cielo se oscureció, la noche comenzó a cubrir sus brazos sobre la tierra. Ariel y Gabriela dormían mientras Alicia estaba en otro cuarto, las habitaciones quedaban a la par una de otra en el segundo piso de la casa.

Había tanto silencio que las luciérnagas se dormían volando. De pronto unos carros negros se estacionaron enfrente de la casa, las luces iluminaban toda la vivienda irrumpiendo el sueño de Ariel.

Muchos hombres con armas salieron de los autos directos a la casa, antes de entrar uno de ellos hablo.

―Señor, esta es la ubicación, estamos listos ―le dijo al líder del grupo que se encontraba a la par de la puerta.

―Antes de entrar, recuerden la misión. El objetivo es muy peligroso, debe ser aniquilado ―les dijo a todos sus soldados.

Mientras tanto Ariel se volvió a dormir pues creyó que no era nada.

―Amor, ¿Qué tienes? ―le pregunto Gabriela mientras lo abraza.

―no es nada, creí escuchar algo ―le dijo―. Duérmete, ya está apunto de amanecer.

  Repentinamente la puerta principal fue votada a la fuerza, escuchándose voces que se lograban entender hasta la habitación donde se encontraban ellos.

—¡Vamos! Busquen bien, debe de estar aquí, esta es la dirección —dijo un hombre, al parecer estaba al mando del grupo de criminales encapuchados—. Ustedes cinco divídanse en la parte de abajo, el resto iremos al segundo piso...

Gabriela se asustó mucho al escuchar los ruidos. Alicia comenzó a llorar por la bulla que hacían los hombres que entraron a la casa, Ariel se movió rápido y le dijo a Gabriela que se quedara y se escondiera que el iría por Alicia...

Los segundos eran como minutos, ya el corazón de Gabriela está palpitando muy fuerte tanto que parecía como un ataque cardíaco, ya no podía esperar más. Sigilosamente ella salió del cuarto en dirección hacia donde estaba Alicia. Se agachó y caminó lentamente, observó a un sujeto armado, aunque la oscuridad no le permitía ver bien, agarró un tenedor que estaba en una mesa a la par de un florero junto con el retrato de sus padres. Caminó lentamente hasta insertar el tenedor en el cuello del sujeto, con su otro brazo le tapó la boca para que no gritara y lo dejó caer lentamente al suelo.

―Diablos, lo que me faltaba ―se dijo ella misma.

Revisa el arma del sujeto abatido, y era lo que ella suponía de un principio.

―Esto no es un intento de asesinarme, sino de secuestrarme.

Pudo ver con claridad que los proyectiles no eran reales sino balas de salva.

Aún no había respuestas de su amado. Cuando escuchó dos impactos de disparos. ‹‹"¡Ay, Dios mío, no, ¡Ariel!"››. Gritó muy asustada y preocupada por él y su hija corrió lo más rápido que pudo.

Al llegar al cuarto de Alicia, no estaba ella, pero está Ariel en el suelo desangrándose por los disparos. Había un arma a la par del cuerpo de él, Gabriela la agarró para usarla como defensa ante los sujetos encapuchados de negro... Le sostiene la cabeza y le agarra la mano diciéndole que no morirá y saldrán vivos de ahí.

—Amor —Ariel, le decía las últimas palabras a su amada mientras escupía sangre de su boca. Sus lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, sería la última vez que vería a un ángel.




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