En Busca De Venganza

CAPÍTULO 6

Les contaré una historia corta, una vez en el abismo, en el propio infierno un demonio, la proyección de la belleza con un cargó de realeza en las tinieblas. Un día abrió sus ojos, se cansó de su trabajó, decidió huir dejando su pasado atrás.

Ese demonio se enamoró, procreó una hija heredera de lo bueno que había en su interior, pero el diablo no estaba feliz quería a su demonio provocando y haciendo el mal en el abismo. Tanto que la buscó en los confines del mundo, hasta mandó emisarios "Ángeles traicioneros de dios" provocados por el mal a investigar si se encontraba hasta en el propio paraíso.

Pero no estaba ahí ni tampoco en el infierno, estaba en un lugar donde muchos le llaman casa, con las personas que más quieres, que más amas, Si en esa casa estaba mi novio y mi hija y el diablo un día tocó mi puerta para arrebatármelo todo.

Lo que no entiende el diablo es que yo ya no soy un demonio como el me conoció ni mucho me he convertido en un ángel, no sigo reglas ni moralidad. Yo le llevare mi propio infierno a sus puertas.

El viento renegado rozaba la ira que traía, dibujada y provocada por un pincel que nunca debió rayar ese papel. Olvide mi nombre y olvide todo lo bueno que estaba construyendo. La fogata de paz que calentaba mi cuerpo se apagó, el frio abunda, pero también han despertado a un demonio más fuerte que antes, uno que dejara de serlo pronto cuándo culmine con mi venganza.

«"Maldita sea, debí haber supuesto que no sería fácil, debí a ver entendido que no puedo cambiar quien soy al menos que destruya todo mi pasado incluyendo hasta el último de mis enemigos"»

Era la hora y el momento de sacar la bestia, esa furia, esa medusa que convierte en piedra a sus enemigos y los destruye. Si ahí estaba conduciendo a toda velocidad en una carretera recta y con curvas peligrosas donde cada decisión juega con tu vida y el tiempo está en tu contra.

«" Este no será el fin ni mío, ni el de marta ni mucho menos el de mi hija, este es el fin de ellos"»

La noche apenas comienza, el destino hace geogrificos en mis manos dándome el don de la muerte, no tendré compasión, la piedad se les dará dios cuando mueran. Mi mente vaga en un frenesí de locura es la ira yacente en el fondo de mi alma "Esta es mi venganza" y ustedes serán testigos de ella.

Poco a poco se acercaba el momento, mis manos sudaban no de miedo sino de ira, tenía puesta mi mirada en llegar lo más rápido posible, cruzando y desviando los carros que iban al frente mío sobrepasándolos como loca pues la prisa me comía la paciencia.
«¡Puta vieja fíjate casi dañas mi auto!»
«¡Oye tu aprende a conducir o te enseño a golpes!»

Tan rápido los pasaba y algunos rozando tanto que me gritaban de enojo, sin poner atención hasta unas vacas con su dueño cruzando la carretera casi los pinto en el pavimento.
«¡Estas loca casi me matas, demente!»

En ese instante, noté como alguien me seguía, al parecer ya tenía rato sin importarme no me desvié del camino hasta llegar a mi rumbo... los tropeles de nubes llenas de aguas avisan una tormenta; ahí estaban los rayos para entonar sus notas de la melodía que se venía.

El lugar era muy horrible en una zona muy alejada de la ciudad, el auto que me seguía desapareció de mi vista se escondió entre la oscuridad. Había dos casas en ruinas como que, si el propio diablo se hubiera ido a vivir ahí, la maleza hasta mis rodillas, la ventisca las hacía bailar realmente la noche estaba fría. Una fogata en el centro, y dos barriles metálicos de basura a mi derecha; estaba lista para hacer magia con mis manos hasta que llegaron diez tipos con ametralladoras y pistolas y Marta tenía cinta adhesiva en su boca, golpeada y el pelo desaliñado como muñeca de plástico.

—Te dije que no la tocaras ¡Estas bien Marta! —le dije y ella sin poder hablar solo movía asustada sus ojos.

—Shh, Marta ahorita no puede hablar —Me dijo riéndose.
«Es un gusto volverte a ver, Gabriela.»

—Ver a un fantasma no es un gusto para mi Mike.

—Aun así sabes por qué estamos aquí verdad — me respondió mientras le apuntaba en la cabeza a Marta a la vez que la usa como escudo de balas.
«Escucha no vine desde España solo para saludarte o secuestrar a tu maldita amiga e hija... Ni mucho menos matar a tu primo o peor aún matar a tu amor, ay lo siento mis condolencias, debes entender cariño que todo esto es tu culpa.»

Debes entender tú que ya estás muerto Mike, esta no te la perdono —le respondí mientras sacaba mis dos pistolas preparadas para matar.

Oh wow espera estúpida, te olvidas de tu hija, no... Si me matas tu hijita muere —su tono burlesco ya me estaba fastidiando, pero si algo debo creer de Mike es que ese maldito no miente.

—¿Qué quieres hijo de puta? —le dije con la paciencia al borde de la locura.

—Recuerdas la operación Flor negra, en esa maldita memoria están las codificaciones geográficas de la bóveda, esa que contiene 100 millones de euros, recuerdas.
«Recuerdas a tu padre Leo Hernández, te olvidaste de él, te ayudó en las malas, te dio un puto hogar cuando tú estabas en la gloria yo recogía mierda, cuando tú eras nombrada la mejor asesina y espía de toda España, yo apenas empezaba como matón... Y te atreves a insultar el nombre de quien te ayudó ¡robándole y escapando!»

Espera te diré ¿qué fue lo que pasó? Solo no las lastimes y nadie morirá hoy —nunca en mi vida había suplicado por dos vidas, pero esas dos vidas son lo más importante para mí una es mi amiga y la otra toda mi vida.




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