En Busca De Venganza

CAPÍTULO 8

El crepúsculo desaparecía envolviéndose en un tono oscuro pronunciando la llegada de la noche, la pálida luna y de concubinas a las míticas y brillantes estrellas bañadas con las nubes del cielo le daba a entender que el tiempo se estaba agotando por muy magnífica que sea el paisaje nocturno. Tenía que pensar en un plan o básicamente ella quedaría con la conciencia negra por a verse rendido tan fácil, cuando Gabriela no es de las que se rinde fácil, muere con sus principios de pie y sin doblar sus rodillas por muy frágiles o débiles que se encuentren.

Ha llamado a su tía carolina diez veces hasta quedarse sin más monedas, sin responder las agujas del reloj no la iban a esperar toda la noche, se encontraba ella sola y con sus miedos, pero sus emociones no tienen frenos por lo cual se embistió en la búsqueda de su tía, analizó todos los puntos de vista y las formas exactas de entrar al museo. La ventaja es que aún faltaban dos horas para cerrar internándose de manera muy silenciosa y precavida.

Se encontró ahí en ese pasillo del silencio por segunda vez, la única forma de salir de esto es enfrentándose ella misma a los problemas y no huir de ellos, abrió la puerta sus suspiros llenos de miedos, su piel expulsaba frio, el vapor de sus instintos no la dejaba pensar bien.

Se escondió entre las sombras, esperó que salieran los tipos de la habitación para entrar, pero un pequeño minúsculo sonido de ella con unos objetos que se encontraban cerca en una mesa la delataron y uno de los tipos que salía, se percató de que alguien estaba ahí, la descubrieron el tipo la forzó, la agarro el brazo y se la llevo a la habitación donde se encontraba su jefe.    

«Suéltame maldito idiota». Dijo Gabriela.

—Valla, valla, mira quien vino de nuevo, sabéis algo chicos amo cuando la presa regresa y recapacita que no puede escapar de tipos como yo —dijo el tipo que degolló a John.

«¡Tu vistes algo que no debías de a ver visto, no tenías que estar aquí, pero lo estabas, tu tía ha de estar muy preocupada por su sobrina la entrometida, pero lo que me causa más risa, es que volviste aquí y que puede hacer una niña como tu ¡decirle a papi que te estoy molestando!»

Todos en la habitación se rieron incluyendo al tipo gordo del ojo postizo color morado, Gabriela se encontraba arrinconada en la esquina mientras el tipo le gritaba y le decía esas palabras de manera burlona.

—Uff no sabéis cuanto te voy a torturar chica —le dijo tocándole la cabeza mientras Gabriela inmediatamente le quitó la mano.

—Ya déjala, Sergio, no seas tan cruel con ella —el sarcasmo habló por sí solo, no paraba de reírse el tipo gordo de la situación.

«Para ser entrometida, rápida e inteligente cuando escapasteis de nosotros eres muy estúpida para regresar aquí, estuvimos al loro todo el día buscándote, sí que estoy flipando con todo esto nunca en mi vida he torturado a una niña, pero hoy será ese día, tengo muchos problemas como para que viniese este a mi oficina ¡a tomar por culo! Trae las cuchillas Sergio...»

—"¡Estúpido!" En verdad eso crees, te tengo una mala noticia bola de futbol podre ser una niña, pero cuando usted viene yo ya voy de regreso —le dijo Gabriela viéndolos a todos firmemente con sus ojos llenos de odio.

—Te quitaré esa sonrisa de tu cara niña tonta, trae a la puta vieja, oh sí que estas metida en el ajo, esto te va a molar —le dijo el tipo gordo a Gabriela.

Llevan a su tía con cinta adhesiva en su boca para que no gritara, sus manos están amarradas con soga, su piel lastimada y su ojo derecho golpeado, Sergio la agarró del pelo tirándola al suelo para patearle entretanto le acostó boca abajo, Gabriela intento golpear al sujeto pero fue detenida por otro tipo agarrándola por la espalda muy fuerte para que viera con sus ojos lo que pasaría y todo por haber visto algo que no debía, estos tipos son bestias no tienen emociones racionalistas y comprensivas en su interior, su tía estaba siendo violada bruscamente y la golpeaba, le gritaba y le escupía en su cara realmente era una escena no apta para nadie.

Gabriela le muerde la mano al tipo que la estaba deteniendo, este la golpea hasta voltearle al suelo, y ella gritó: «Malditos, a todos los matare uno por uno, de verdad creen que me vine aquí sola la policía esta abajo ya los denuncié y no tardaran en venir, todos ustedes pagaran por esto

Todos se ríen de ella, las carcajadas no paraban de sonar al unisonó en aquella habitación, hasta que un silencio retumbó cuando sonó el teléfono del jefe de la mafia, este contestó. «Oye gracias, Alfonso, eres buen policía, te mandare el viático para las vacaciones con tu esposa, de acuerdo estamos en contacto.»

Una sonrisa apareció en la cara de él, se dirigió a todos para decirles algo muy importante al mismo tiempo que encendía un cigarro y acariciaba su barbilla.

—Chicos, Alfonso ya me dio el paradero de quienes nos robaron el dinero de la venta de drogas del mes pasado, y también me dijo que una mocosa nos había denunciado, es una lástima arruinar tu patético plan niña —de manera muy cruel le decía sus feas palabras a Gabriela para bajarle la poca esperanza que tenía.

—Sergio acabala ya —le dijo el tipo gordo.

—Con un gusto don Santiago —sacó su cuchillo, le agarró del pelo, los ojos de su tía brotaban lagrimas era la última vez que vería a su sobrina, colocó su cuchillo mientras miraba a los ojos sin parpadear a Gabriela, lentamente le cortó la garganta.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.