Su vestido rojo tan vivo como sus ojos deslumbraban aquellas miradas de aquel salón, los años habían pasado y la habían puesto muy hermosa, su identidad era por completo desconocida, claro está ves tenia de nombre "Juliana Antonia de Rosa", la verdad ya se ha acostumbrado a cambiarse de nombre, aunque en un principio Gabriela detestaba eso, juliana es una mujer elegante y adinerada de raíces española e italiana. Sin más que decir la noche era perfecta para ser su amante, todos los invitados en la fiesta privada de máscaras estaban más que fascinados morboseando sus caderas. El anfitrión se quedó desvelado ante tal escultura, le había puesto la mirada y más que la mirada que probar de sus labios rojos.
—Mis más íntimos amigos me advirtieron que cuando viniera en esta parte del país no me enamorara tan fácil —dijo tomando su copa de vino mientras se sentaba a la par de ella en la barra.
—¡Aquí tiene señorita Martini como pidió! —le dijo el bartender.
—Pues sus amigos tienen razón y debería escucharlos —le respondió Juliana.
—¡Sabe que! Yo siempre he sido un hombre que no tiene miedo a las consecuencias si no nunca habría llegado hasta aquí —le dijo mientras tomaba su copa y asentía la cabeza de manera egocéntrica levantando su ceja izquierda.
«Pero más que eso siempre fueron las mujeres como tu detrás de mi éxito, digamos que me inspiran»
—Yo no soy de las que dan éxito más bien soy tan peligrosa que podría destruir todo lo bonito que hay en ti, si es que hay algo bonito —respondió a la vez que se levantaba de su silla y le daba la espalda al sujeto.
—Cómo te dije no le temo a las consecuencias —replicó.
—Señor anfitrión es una noche muy agradable, creo que ya es momento Sr. Darío que la fiesta ya acabé, es hora de hacer negocios no cree usted —le dijo a Darío.
—Así que tú eres Juliana debí saberlo, una mujer tan bella, pero quién diría que detrás de esa belleza se encuentra una mujer de negocios y una muy estricta —le dijo él.
—Discúlpeme si no soy de las que disfruta de la política y el proceso, me gusta más la acción —le dijo Juliana.
Se trasladaron a una habitación grande, llena de sillones con colores oscuros y cafés, una chimenea, y cuadros de arte por doquier, también había floreros con dibujos egipcios, las paredes adustas representaban la arquitectura y estilo del siglo veinte. Era una mansión para un tipo con clase y mucho dinero, había muchos sirvientes y muchos jardineros, afuera en la entrada dos grandes fuentes con dos esculturas de caballos, los corceles más hermosos representaban la fuerza y valentía. El señor Darío Houston había creado un imperio en base a la extorción, drogas y lavado de dinero y sobre todo a robar bancos, todo tapado por una fábrica de chocolates y una tienda reconocida de ropas. Sus padres habían seguido el negocio de sus familiares de antaño, inmigrantes provenientes de Inglaterra e hicieron sus bases operativas en España y Israel. Solo que el señor Darío nunca disimuló sus acciones, muy extrovertidas e imprudentes, ha sido acusado de muchos delitos como asesinato y muchas violaciones a menores de edad, pero su gran fortuna llena los bolsillos de las autoridades con lo cual no le pueden hacer nada.
—Señorita Juliana, va a querer algo de tomar —le dijo el mayordomo.
—No gracias así estoy bien —le respondió mientras se sentaba en el sillón.
—Escucha juliana, tenemos listo para la operación flor negra, el equipo ya está conformado, solo necesitamos una líder que los dirija —le dijo Darío a Juliana.
—Y el plan estratégico donde esta: ya tienes al hacker, el conductor, los pistoleros esta todo en orden —preguntó Juliana.
«Mira te los presento, ¡pasen chicos! Ella es "Eva" proveniente de Asia, tiene una reputación increíble su trabajo es el más fácil de todos matar y proteger a la escuadra de cualquier cosa, él es Dealer, va a ser el conductor hizo muchos buenos trabajos para mis amigos árabes, este de aquí es Robín es el pistolero un maldito demente participó como mercenario en ucrania, y Max va a ser el carnicero con su ametralladora pesada si llega a ver problemas con la policía, ah se me olvida por ultimo tenemos a Noé no el Noé de la biblia claro... va a hacer el hacker.»
—Excelente veo que has estado trabajando muy duro reclutando a tu gente Darío —le dijo Juliana.
Sonrió y saco de sus bolsillos un control, saliendo de la pared una pantalla plasma, con todo el mapa organizado, Darío sí que había estado trabajando por meses en esto.
«Presten atención, este es el banco Santander el más grande de España fundado en 1857, una de sus bodegas almacena una cantidad de 100 millones de euros, aquí la señorita juliana representa la orden de los calvarios como bien saben últimamente he tenido problemas con los rusos y coreanos; los calvarios prometieron ayudarme con eso por el 50 por cierto de las ganancias, señores todos aquí vamos a ganar. Así que repasemos el plan y mañana por la mañana nos prepararemos para atacar este maldito banco, así que brindemos». Dijo Darío a todos en la habitación.»
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La mañana se presentó, todos en el sótano de la mansión alistándose y preparando sus armas para robar el banco.
—De verdad no pensé que las mujeres bonitas robaran bancos —dijo Max a Juliana de manera sarcástica y burlona.