SEMANAS DESPUES...
Me desperté, el ruido que provocaba los martillazos en la pared del vecino, no me dejaban descansar, el amanecer me daba tranquilidad, era muy hermoso tomar un café sentada en el patio de mi casa y dejar que el viento limpie mis pulmones, y los rayos del sol me den vitaminas en mi piel.
Suena el timbre de la puerta.
Me dirigí lo más rápido que pude, ahí estaba el cartero traía una pequeña cajita para mí, en la portada estaba mi nombre con letras delgadas y doradas, y todo el cuerpo de la misma de color crema, algo muy elegante como para ser de la empresa de la energía.
La abrí con mi corazón a mil por horas, súper ansiosa y al mismo tiempo preocupada por lo que dijera dicha carta.
Para: Gabriela Guzmán "Gunilla"
Permítame presentarme, mi nombre es lord, Aron líder de la orden de los inquisidores, no necesito explicarle quienes somos y que hacemos, pero en la ley N.142 de las órdenes y los tratados de paz, usted Gabriela Guzmán incumplió dicho tratado. Sus acciones tendrán consecuencias y deberá ser juzgada, por este medio se le solicita que el día 30 de septiembre, valla al consenso internacional de las órdenes en Londres para iniciar con su juicio del contrario todas las órdenes internacionales buscaran su cabeza ya que tendrá un precio muy valorado, necesito que comprenda esta situación y no lo haga difícil, saludos y que tenga buen día.
Era lo que más me temía, sabía que esto pasaría y es que esa orden N.142 trata de la traición, más cargos por asesinar a un líder de una orden sin permiso de las órdenes internacionales, más provocaciones externas con demás influyentes como los rusos, realmente estaba metida en problemas. Tenía dos opciones o me rendía y esperaría mi juicio o no haría nada, pero sabía que ellos vendrían por mí, así que hice lo siguiente...
―Marta ven, necesito decirte algo ―la esperé en la sala sentada en los sillones―. ¡Marta! ―volví a llamarla.
―Ya voy, ya voy... cuál es la llamadera Gaby ―me dijo bajando de las escaleras.
―Marta, ven siéntate a mi lado, debo decirte algo, necesito que seas comprensible ―le respondí.
«Hace tiempo entre siglos y siglos atrás se crearon órdenes, llenas de mercenarios para regular y mantener el control en los políticos, ciudadanos y cualquier insurgente, ellos tienen reglas... yo pertenecí a una de esas órdenes, los tipos que nos hicieron daños eran ellos, la famosa orden de los calvarios, mi apodo en aquel entonces era Gunilla o doncella de guerra, sabes Marta yo pertenezco a otro mundo. Hoy me enviaron una carta donde no decía nada bueno.»
― ¡Espera que! Orden que... tú que... ―me dijo Marta asustada.
―Marta, presta mucha atención esto es de vida o muerte ―le dije.
«Tengo medio millón de dólares en esta cuenta ¡toma este escrito! Y no lo botes, ahí está la contraseña, también mañana te daré unos pasaportes falsos y dinero en efectivo, te iras del país, hay un bonito lugar en las habanas, cuba... ahí podrás quedarte en una casa que la mandé a construir hace un año, está muy bonita para que estés con tus hijos y cuides a mi hija, marta te lo suplico, vete lo más pronto.»
―Pero no me quiero ir ―me dijo― y si hablamos con la policía de esto, Gaby.
―Ellos controlan al mundo, Marta ―le dije muy preocupada.
Realmente estaba enojada de saber que, a pesar de haber destruido todo mi pasado, aun este no se iba por completo, seguía jodiendo mi paciencia y mi vida, enserio no sé qué hacer ya, he hecho de todo... aunque no del todo, tengo amigos que detestan a la orden internacional, como mi amigo Axelei y algunos indios o árabes, si, no tengo opciones sencillas, entonces les llevaré el infierno hasta ellos.
«Creo que aun mi venganza no ha terminado». Dialogaba y murmuraba en mi mente.
Tocan el timbre de mi puerta otra vez...
―Gaby, ¿cómo estás? ―me preguntó Daniela.
―Un poco mejor ―le dije.
―Gaby, Daniela y yo, te traemos una invitación, sabes ya llevamos mucho tiempo trabajando juntos y no podíamos seguir ocultando esto, ¡nos vamos a casar! y yo estoy muy feliz por esto y también porque ya dejé a mi mujer, era muy toxica ―me dijo Fernando.
―Sé que esto es apresurado, pero realmente sentimos los mismos sentimientos el uno por el otro ―me contestó Daniela, abrazando a Fernando.
―Bueno, la verdad estoy sorprendida, pero asistiré ese día, lo hare con mucho gusto chicos ―les dije sonriendo.
El día pasó, cargaba a mi hija en mis brazos por última vez antes de emprender hacia un infierno lleno de sangres y balas, ella tenía los mismos ojos que yo, esos implacables y fuertes llenos de energía como de bondad, como de maldad, como de astucia, como de guerrera. Si, ella era mi pequeña Alicia sé que será una buena persona y si algún día la llego a ver de nuevo, espero que me perdone, pero esto lo estoy haciendo por el bien de Marta, sus hijos y por lo más hermoso que tengo en mi vida ¡mi hija! «Nunca en la vida, he visto a la orden internacional dar perdones a los familiares de los acusados». Dialogue en mi cabeza una y otra vez.»
No poder escapar de mi pasado, este es mi camino, yo soy Gabriela Guzmán y esta es mi historia, una llena de venganza, una donde mis enemigos no escaparán, la luna vestirá de rojo en los siguientes días y el sol estará de luto por los cadáveres que dejaré en el paso hacia mis enemigos. Iré hacia la orden internacional a juzgarlos a ellos con mis armas favoritas derramando mi venganza, si, estaré en busca de venganza hacia quienes no me dejan en paz todo para proteger a lo que más amo en el mundo, mi hija.