En búsqueda del cuento de hadas

No soy una tabla

Valeria

Me encontraba aún perdida en sus ojos castaños, sentí que el mundo estaba paralizado y solo éramos él y yo. Llámenme obsesiva por imaginarme una historia de amor con él. Simón me hizo despertar de mi sueño rompiendo el silencio que nos consumía (¿Simón? ¿Simón Stark? No creo que sea uno de los amigos del arrogante Ray, este chico es totalmente diferente quizás es otro Simón).

— Señorita, señorita— una voz me despertó de mi ilusión. — ¿Te encuentras bien?— me encontré con unos hermosos ojos, asentí. — Es que te quedaste muda mucho tiempo— sonrió el castaño, mi cara torno a un tono rojizo.

— Sí, estoy bien. Soy como un roble. — él sonrió nuevamente y mostré mis "músculos". — No como una madera, tampoco quise decir como una tabla, no soy una tabla— tartamudeé al darme cuenta de lo que acababa de decir.— Es más si tengo, mira— me di una vuelta mostrando mi trasero, y luego me golpeé el rostro yo misma al darme cuenta de la estupidez que acababa de hacer.

— Bueno, nos vemos roble, no soy tabla—rio para alejarse dejándome parada sin saber que decir ni hacer. — Au révoir— mejor creo que mantengo la boca cerrada.

"Bien hecho Valeria, acabas de espantar al chico de sonrisa perfecta"

Luego de semejante vergüenza pública decidí buscar a Rose para decirle que prefería irme, estaba incómoda con el vestido y los tacones, cabe destacar que casi nunca uso tacones ni vestidos. Es más mi mamá dice que las mujeres deberíamos usar vestido como ella en sus tiempos, por mi parte mi religión era usar unos jeans y zapatillas. Busqué por todas partes a mi amiga pero sin resultado. Miraba a muchas personas de la clase alta bailando y conversando, pero en una esquina estaban todos, me asomé a ver qué estaba sucediendo.

Al acercarme vi que Rose estaba jugando beer pong junto a Ray y al parecer ellos iban ganado. Vi que de los 10 vasos, el equipo de mi amiga y D'Amico solo había bebido 3 vasos, por el lado contrario habrían bebido como unos 6. Era el turno de mi amiga, ella le atinó. Rose siempre fue buena en los deportes además era demasiado competidora. Una de las cosas que más detestaba era perder. Ella empezó a realizar gestos burlándose de su contrincante mientras Ray se reía.

— Es su turno perdedores— mi amiga se dirigió a sus contrincantes. La chica rubia del lado opuesto se preparó para lanzar y logró encajar la pelota en el vaso. Rose realizó un gesto de sorpresa y se aproximó a agarrar el vaso para tomar de él, pero una mano la interrumpió, era la de Ray.

— Ya te lo dije, tú no tomas— D'Amico tomó el vaso que mi amiga sostenía en sus manos. — Pero Ray, no me has dejado tomar ni un vaso, además yo no soy una cobarde— Rose realizó un puchero. — Lo sé, pero no dejaré que te emborraches— ya decía yo porque Rose no estaba borracha, la última vez que tomamos bebidas alcohólicas fue en el cumpleaños de una amiga. Rose solo tomó dos vasos y ni siquiera hablaba español, empezó hablar inglés. Al día siguiente tuvo una resaca que ni se acordaba de lo que había hecho. Por mi parte, yo me embriagué hasta el punto de no poder caminar pero si era consciente de lo que hacía.

Luego de unas cuantas partidas más el equipo de mi amiga ganó junto a su novio. Me pareció muy tierno verlos juntos cuando ellos ganaban, Rose iba directamente donde Ray para abrazarlo con una sonrisa. Quizás Rose tenía razón y Ray D'Amico si era humano. Después de todo jamás había visto a mi amiga tan feliz. El premio era un pasaje para ir a Australia, mi amiga y su novio lo rechazaron porque vi como Rose se lo entregaba a la chica del equipo perdedor,

— Vale, viste eso ¡Ganamos!— mi amiga extendió su mano viniendo hacia mí. — ¿Te estas divirtiendo? — Cuestionó el pelinegro. — Es verdad ¿Te estás divirtiendo?— repitió mi amiga.

— Claro, en especial la parte donde me dejaron— realicé una sonrisa. — Vale, lo siento— mi amiga declaró. — Sí Valeria, además Rose dijo que estabas distraída mirando el paisaje— volteé a ver a mi amiga con una cara de "ya me exhibiste", ella solo rio con un "ups".

— Rose, quiero presentarte a mis amigos— Ray dibujó una sonrisa en su rostro. — Yo me voy— traté de retirarme del lugar pero mi amiga sujetó mi brazo. — Tú no vas a ningún lado— me amenazó. — Claro Ray, estoy emocionada de conocer a los famosos miembros de GAM.

— Ellos son Simón y Harry— dos sombras se empezaron a acercar, pude percatarme que ambas eran castaños cono ojos oscuros y profundos. La diferencia que existía en ambos era su contextura; uno no era de contextura delgada pero está bien formado con cejas pobladas, por otro lado, él otro chico era alto con contextura delgada pero estaba en forma, además tenía unos ojos que puede derretir a cualquiera. Y tiene una sonrisa perfecta ¿Una sonrisa perfecta? ¡No puede ser el mismo Simón! ¡Tierra trágame y no me dejes salir!




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