El tiempo
Milenios, siglos, décadas, largos plazos de tiempo para muchos inalcanzables, incluso inimaginables
Aun así, todos anhelamos siquiera pertenecer a un pequeño tramo de ese tiempo.
Que nuestro nombre sea la representación de una época o quizás de una generación.
Deseamos, permanecer en la historia, para así, ser eternos.
Años, meses, semanas, días, punto medio del tiempo, para muchos su lucha hacia la victoria y para otros, su fracaso.
Donde las acciones ejecutadas representan nuestra personalidad, nuestra alma, nuestro ser.
Donde planeamos y tomamos decisiones, ya sea para nuestro beneficio propio o hacia el prójimo.
Donde decidimos si ser una buena persona, un buen ejemplo para la humanidad, o simplemente, dejarnos llevar por la maldad de nuestro frio corazón.
Horas, minutos y segundos, lo más pequeños del tiempo y lo más grande y hermoso que tiene el ser humano.
Cuantos de nosotros no deseamos tener unos valiosos minutos, o hasta segundos para volver a conocer, a esa persona que hoy, por capricho del tiempo, quizás de nosotros mismo, no está en nuestras vidas.
Ya sea porque se alejaron de nuestro lado o por su fallecimiento, cuantos no deseamos una hora más, un minutos más, un segundo más.
El egoísmo nos domina, nos hace olvidar que debemos apartar un segundo para reír, otro llorar, para disfrutar, para sentir y miles, para amar.