Al llegar al salón, Emma se sorprendió al ver a Gabriel sentado en la tercera fila. Decidió dirigirse a la primera fila, dejar sus cosas sobre el escritorio y sonreírle brevemente antes de comenzar a organizarse. Gabriel la observó en silencio, y cuando el se acercó, le dijo:
— Se me olvidó preguntarte antes, ¿qué estudias?
— Ingeniería en Marketing Digital —respondió Emma.
— Vaya, parece que seremos compañeros —comentó Gabriel con una sonrisa tímida, mirando los papeles sobre su escritorio.
Emma asintió, sin saber qué más decir, cuando la profesora llegó y la clase comenzó. La materia le parecía interesante, pero todo lo que debía aprender era nuevo para ella.
Al finalizar la clase, Emma, junto con Mel y Ignacio se dirigieron a la cafetería. La conversación giraba en torno a las vacaciones pasadas, y Mel decía, que las extrañaba. Ignacio , divertido, bromeó diciendo que hoy mismo habían comenzado.
— Si fuera por mí, solo me dedicaría a viajar y disfrutar de la vida —dijo, guiñando un ojo con una sonrisa traviesa—. Pero mis padres me dijeron que ya tenía que tener una carrera, porque no se puede disfrutar de la vida sin que te digan qué hacer.
Emma, que conocía bien a Mel, sonrió al escucharla. Era típico de ella, pero también sabía cuánto extrañaba esos años de desfiles, fiestas y compras.
— Ya, ya, sé lo que van a decir... —Mel suspiró, mirando alrededor como si la universidad fuera una prisión—. Extraño esa vida. Cinco años de puro viaje, desfiles, tiendas de lujo… y ahora aquí, encerrada en aulas, con la única "fiesta" que me espera siendo un café frío alejando el vaso y dejandolo lo más lejos de la mesa
Emma entendiendo perfectamente lo que Mel sentía. Aunque le gustaba estar en la universidad, sabía que para alguien como Mel, ese cambio había sido un ajuste enorme.
— Ya te acostumbrarás —dijo Emma, tratando de animarla
— Ignacio dijo O al menos, te acostumbrarás a disfrutar de las fiestas de los fines de semana.
Mel se encogió de hombros, pero su sonrisa mostró que apreciaba el intento de ambos por levantarle el ánimo.
— Pero bueno, supongo que ya es hora de ser "responsable", ¿no? —dijo con una risa ligera.
Emma le dio la mano a Mel, comprendiendo lo que sentía. Aunque a ella le gustaba la universidad, sabía que Mel echaba de menos su estilo de vida anterior.
En eso, llegó Josefina con un café y se sentó con ellos. Ella estudiaba Administración de Empresas, y al sentarse, Emma le preguntó qué le había parecido sus clases.
— Estoy encantada, es lo que siempre soñé —respondió Josefina, con una gran sonrisa.
Las palabras de Josefina hicieron pensar a Emma. Aunque disfrutaba de lo que había elegido estudiar, algo en su interior le susurraba que la pintura era su verdadera pasión. A menudo se encontraba atrapada entre lo que había decidido hacer y lo que su corazón le pedía.
En eso, todos felicitaron a Josefina porque había encontrado su vocación. Ignacio les habló de su idea de ir a Portugal este verano, porque las olas para surfear eran perfectas. Todos le preguntaron cuán altas eran, pero él solo sonrió, asegurando que las mejores se alcanzaban en un par de días. Luego, Mel les comentó que tenía un concurso donde presentaría unos diseños, pero necesitaba una modelo.
Josefina le preguntó cuándo sería, y Mel respondió que en mayo, visiblemente emocionada por la oportunidad.
Cuando le tocó a Emma, todos la miraron con curiosidad, ya que ella siempre hacía algo diferente cada año: natación, taekwondo, escultura, danza. Ella se acomodó en su asiento, mirando a cada uno de sus amigos, y luego, con un brillo en los ojos, dijo:
— Este año, voy a hacer boxeo.
La mesa quedó en silencio por un momento, y Emma agregó, con una sonrisa algo tímida y con un toque de dolor al intentar sonreír:
— Era el deporte favorito de Olivia.
Editado: 03.02.2025