El palacio del tiempo

Comencé a caminar solo con la llave en la mano

¿Por qué me daba una llave del tiempo de un Alma?

No había forma que la pudiera utilizar, el palacio del tiempo estaba en los dominios de mi padre y yo había sido expulsado de allí hace mucho tiempo

Cuando Los Ángeles de la guarda éramos asignados se nos asignaba una llave del tiempo de un Alma a la que debíamos proteger

Aún recuerdo aquel día donde se me asignó la llave de Eva

—Creador: cuidarás de mi pequeña criatura Evans

—Evans: ¡Con mi sello mi señor! (Se inclina y recibe la llave)

Luego cuando mi sello se rompió utilice la llave de Eva para engañarla y que traicionara a Dios

Y ese día caí al inframundo para nunca volver

—Evans: (mira la llave de Solange)

Ahora era diferente, yo era un Ángel caído, ya no era un Ángel de la guarda ¿Por qué me daban la llave de ella?

La habitación tembló, pero yo no le daba importancia a nada más que a esa llave

Un portal se abrió, seguramente me llevaría al palacio del tiempo donde se almacenaban todas las cerraduras de los mortales

Solo Los Ángeles de la guarda podían entrar allí

—Evans: (duda un momento y entra)

La última vez que intenté entrar en una habitación celestial, mi cuerpo se volvió rojo y mis alas negras, todos huyeron a los gritos de mi presencia

En ese momento me dolió saber que ya no podía volver aquí

Pero ese dolor luego se transformó en odio hacia ellos... los humanos... quienes habían provocado la roptura de mi selló y mi condena eterna...

Una luz enceguecedora no me dejaba ver, pero seguí avanzando

Mi cuerpo convulsionó y me miré las manos esperando verlas roja devuelta, para mi sorpresa estaban de un color pastel brillante

Mire hacia todos lados y me fui a un espejo

Mi túnica era Blanca y reluciente y mi insignia dorada propia de Los Ángeles de la guarda brillaba aún más

Hace mucho el espejo no vislumbra esa imagen mía

Siempre era rojo y con alas negras

Ahora había vuelto a verme con los colores pasteles, los ojos del color del cielo y las alas blancas

—Protector del palacio: Ángel de la guarda ¿a quién busca?