En deuda con el Diablo

He vendido el Alma al diablo

—Evans: (sonríe) y lo adoró por cierto

—Solange: (lo mira) ¿Evans?

—Evans: (la mira desconfiado)

—Solange: (duda y mira al suelo) ¿crees que he vendido el Alma al diablo?

—Evans: (se ríe) primero deberías preguntarte ¿si el diablo quiere tú Alma?

—Solange: (lo mira confundida) ¿y la quieres?

—Evans: ¿y yo para que querría esa cosa sucia?

—Solange: (ofendida) mira quien habla de almas sucias

—Evans: (le levanta con un dedo el mentón y sonríe) ¡el diablo no tiene Alma niña!

—Solange: (lo mira fijamente) pero algún vez tuviste ¿no?

 

Esa pregunta me había perturbado

 

Odiaba que está humana estupida siempre supiera como dejarme atónito

 

Por suerte yo era el maestro del engaño y ella nunca se daba cuenta de lo que provocaba en mi

 

—Evans: ¿tú crees? (Se rie y se va)

 

Lo mire mientras se alejaba

 

No podía dejar de pensar en lo que la voz me decía en sueños

 

Yo salvar a Evans de vivir en tinieblas

 

Y como se supone que haría eso

 

Negué varias veces con la cabeza

 

El sueño de la playa me persiguió todo el día

 

Agradecía que aquí adentro no tuviera que escuchar los pensamientos de otros

 

Era irritante esas voces en mi cabeza

 

Me acosté en la cama y me quedé mirando el techo

 

La voz había dicho que yo era diferente que yo no era un Alma caída

 

Pero con todo lo que había hecho dudaba que eso siguiera así

 

Había robado un cuerpo

 

No había aceptado mi propia muerte

 

Había perdido mi bautismo

 

Y ahora vivía con el mismísimo príncipe de las tinieblas como si fuéramos los mejores amigos

 

—Solange: (se tapa la cara con las manos) como se supone que hice todo eso sin pensarlo si quiera

 

Definitivamente era un Alma perdida y condenada

 

Y mi condena era vivir eternamente con el diablo en persona

 

Era peor que el inframundo

—Mercier: (caminando mira para todos lados) ¿Amos?

—Amos: (grita) ¡estoy ordenando libros!

—Mercier: (hace una mueca y se acerca)

 

Amos estaba parado en una fila interminables de libros en la biblioteca del eterno conocimiento

 

Todos esos libros habían salido del libro "del conocimiento del bien y del mal"

 

Por alguna razón amos era el único que podía leerlos

 

Él y ahora esa criatura misteriosa que en teoría haría que Evans dejará de ser el diablo algún día

 

Para el resto solo eran cuadernos con hojas blancas

 

—Mercier: (saca el libro) Evans quiere esconderlo para que nadie lo encuentre

—Amos: ( la mira un momento y baja de la pila de libros) pues solo hay un lugar donde nunca será encontrado

—Mercier: ¿cuál?

—Amos: ( la mira un momento) la playa de los recuerdos

—Mercier: (incrédula) de que hablas amos, ese lugar ni siquiera tiene peligros, será fácil encontrarlo allí

—Amos: (sin importancia mira al suelo) ¡fácil! (La mira fijamente) si superas los recuerdos de tú propio existir

 

Mercier lo queda mirando un momento, luego asiente en silencio y se va




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