En deuda con el Diablo

El fruto prohibido

Me levanté asustada, ese dolor era perturbador


 

Comencé a caminar y a medida que me acercaba más fuerte era ese dolor


 

Algo pulsante se clavaba en mi corazón


 

Vi a Evans arrodillado en el árbol del conocimiento


 

Tenía una mano en su sello y con la otra se sostenía del tronco del árbol


 

Su cabeza estaba inclinada y su mirada observaba el suelo


 

Note que sus rizos dorados se estaban tornando negros y su piel ya no era sonrosada sino más bien pálida


 

Me acerqué, pero aún mi Alma estaba inquieta y esto provocó un escalofrío a Evans

—Evans: (mira hacia mi dirección) ¡Nose quien seas pero alejate de mí!


 

Yo hice una mueca, me dolía que me dijera eso, decidí irme y cuando estaba a punto de hacerlo volví a mirar hacia atrás


 

Mi corazón se aceleró cuando vi a Evans morder la manzana del pecado

—Solange: (corre hacia él) ¡NO!

—Evans: (me miro sorprendido)


 

Ahora los conocimientos habían entrado sin control en su Alma, lo bueno y lo malo, lo santo y lo demoníaco ¡TODO!

—Solange: (niega sin saber que hacer)

—Evans: ¿quién eres?


 

Se intenta acercar a mi, pero cae en medio de una convulsión que lo hace gritar de dolor


 

—Solange: (me arrodille junto a él y le sostuve la cabeza)


 

Sus ojos eran rojos, su sello estaba roto en miles de fragmentos en el suelo, su túnica y alas se habían vuelto negras


 

Todo había acabado, no había podido evitar que Evans traicionara a Dios


 

—Evans: (se acurrucó en mis brazos aún convulsionando)


 

Yo lo sostenía con todas mis fuerzas


 

—Solange: descuida, no estás solo Evans, ya no más


 

Nose cuanto pasó, hasta que dos querubines se acercaron y me lo sacaron a la fuerza


 

Yo gritaba desesperada que no se lo lleven pero ellos no me hicieron caso


 

Yo quedé temblando y llorando al sentir ese vacío en mi corazón, ya no teníamos una conexión con Evans


 

Luego de un momento escuché un bullicio en algún lado del jardín


 

Me dejé guiar por el ruido y vi como varios ángeles caídos eran expulsados del paraíso


 

Volvi a ver la escena de Carin corriendo donde Pop y no alcanzandolo


 

Mi Alma estaba destruida, sentía a Evans callendo


 

Me acerqué al borde del abismo y por un segundo nuestras miradas se cruzaron


 

Yo y Evans...


 

Evans y yo...


 

Sus ojos, esos ojos que tanto había visto en mi corta estancia con él, demostraban desesperación y desesperanza


 

Susurré...


 

No pierdas la fe, Evans, es lo que te redimira


 

Evans me miró confundido y esa mirada que decía que me había escuchado, incluso en la distancia que nos separaba


 

Cuando me acerque al árbol, vi como Carin se acercó y agarró uno de los fragmentos del sello


 

Comencé acercarme, pero la imagen se volvió borrosa y la escena delante mío se desvaneció




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