En deuda con el Diablo

El verdadero Ángel caído

Estaba caminando por la vereda, con los ojos fijos en mis pies


 

Desde muy pequeña solía tener esa manía de mirarlos mientras caminaba


 

Recordaba un extraño sueño que cuando era niña me solía hacer despertar llorando


 

Me veía a mí misma en una especie de playa y de un momento a otro la tierra se abría y caía a un pozo muy profundo


 

Pero lo que más me aterraba era esa risa macabra... esa risa que parecía venir del mismísimo infierno

—Hombre: (enojado) ¡Tene cuidado mujer!


 

Pasa por a lado de Solange a toda velocidad en una bici

—Solange: (se queda paralizada y asustada un momento)


 

Su corazón palpitaba muy rápido y se apoya en un póste, fue ahí que vio el aviso de que se necesitaba camarera para el casino de la ciudad


 

Bueno no era su profesión, pero algo era algo y seguro mejor que el jefe que tenía ahora sería


 

Cuando llegue y la vi por primera vez, algo en mi me hizo tener precaución


 

Nunca antes la había visto, pero por alguna razón me sonaba familiar y peligrosa, sobre todo peligrosa


 

Ella me miró con desprecio y eso no ayudó a calmarme

—Mercier: La mesa ya está llena


 

Esta mujer tenia un aura oscura, muy oscura y eso me dejaba intranquila, mi corazón me pedía a gritos que saliera corriendo de ahí


 

Se lo que dirán... ¿Por qué no te fuiste? No lo sé... pero lo que estoy segura es que no me arrepiento de nada


 

No dejaba de mirarla y ni siquiera me había dado cuenta de la mesa que nos separaba


 

Algo en ella no me cerraba


 

Cuando me guió al piso de gerencia, aproveché a rozarle un brazo y algo apareció en mi cabeza


 

Una sola imagen


 

Ella cubierta de sangre con alas negras y una sonrisa macabra


 

En ese momento me dije que debía dejar de leer tantas historias fantásticas


 

Ahora entendía que Mercier era el Ángel caído más peligroso después de Dixi y que mis preocupaciones eran más que aceptadas en ese momento


 

Crei que no se había dado cuenta pero por alguna razón mi roce le hizo dar un escalofrío y se alejó varios pasos, tantos como pudo adentro del ascensor


 

Creo que ella también sentía que yo era diferente, teníamos diferentes energías


 

Nuestra naturaleza era diferente


 

Y luego los vi a ellos dos


 

Mis aliados, aunque en ese momento no lo sabia lo podía sentir


 

Compartíamos una escencia igual


 

La esperanza, Pop, su corazón latía aunque el no lo sintiera y lo que lo había mantenido vivo era su amor prohibido, su amor a la distancia


 

Y por otro lado la Fe, el diablo, el príncipe de las tinieblas, Evans... mi Evans, el siempre creyó en su creador, el siempre guardo la fe de que en algún día volvería a los dominios celestiales


 

Lo había intentando varias veces desde su caída y solo había conseguido heridas que había desahogado en el odio al ser humano

 




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