Casi todo lo que una vez se conocieron como objetos que utilizaban los humanos, hoy ya no existen en su totalidad, dejaron años atrás de existir, hoy la humanidad con las modificaciones y superdesarrollo, el medio de transporte que utilizamos para movilizarnos son naves inteligentes que funcionan sin combustibles: gasolina, todo continúa siendo tecnológico, mucho, pero mucho más que antes. Robots, que ahora sí, a través de la perfección, parecen ser la clonación del ser humano hecha persona, tan lejos llegó la inteligencia del hombre que se clonó o replicó a sí mismo como si fuera Dios, ese ser divino que todos han olvidado de dónde venimos.
Las casas como terrenos propios en residencial dejaron de existir, y esto lo sé a través de los videos que se reproducen como película de lo que fuimos antes, ahora vivimos en edificios o condominios de miles y miles de pisos, porque cada vez se acorta el terreno firme para construir, el agua se acaba, el gigante sol se oculta, ya no existen países ni continentes, ya no hay fronteras que divida el suelo.
Hoy estos edificios se mueven y desplazan con el movimiento del eje y gravedad del planeta, hoy somos un solo cuerpo que está luchando por sobrevivir a sus propios descubrimientos, ya no hay un lugar o dirección en donde llorar a tus muertos, donde caminar o gritar al viento, esas imágenes de tierra verde quedo en el olvido del tiempo.
Todo es caos en la tierra, por eso vivimos en estos lugares, edificios coloniales que gravitan por la fuerza gravitatoria alrededor de esa luz que aún nos trata de sostener y mantener con vida.
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Lo nuestro inició con ese choque de electricidad que había dejado al ala sur sin el flujo de energía eléctrica, la energía renovable se agota debido a que el sol no calienta como antes, y nunca esperé hallar lo que encontré, la luz en la mirada de sus ojos, Zareth, el chico que en esa madrugada fue mi resplandor del amanecer.
Un joven humilde, de oficio electricista, pero que con este avance, la profesión que ha pasado de generación en generación en su familia, dejó de ser útil su mano de obra, para darle paso a las tarjetas y generadores inteligentes de alta gama, manejar el control de todos los panales del flujo de este vital servicio.
Nos enamoramos en la oscuridad de esa madrugada, para despertar a la realidad en la que nos encontramos, hoy amar, sentir es como tirarte al vacío del espacio, un futuro no explorado e incierto, porque el amor es una fibra ultra delgada a punto de cortarse.
Zareth es un hombre detallista que me saca suspiros y enamora cada día, con cada invento que se realiza y no hablo de tecnología, hablo de recuerdos bonitos, una serenata de amor privada, un poema declarado, un baile bajo la luz de la luna.
Seis meses después de nuestra unión matrimonial, el cual se celebró en una de las pocas capillas que quedaban en pie. Todos los días es una lucha diaria entre el avance, y desarrollo versus la humanidad con valor. Los androides se vuelven superior a su propio creador, la lucha sigue y ahora el más bonito regalo de ese avance, fue mi hermoso recuerdo de un viaje interplanetario, uno antes de que llegara un nuevo cambio, fue besar mi vida en la Luna, al amor de mi vida.
Pero el avance continúa, la nueva moda, es hacer viajes interestelares. Y por tal razón ese precioso satélite lunar que iluminaba a la tierra con ayuda de esa gigantesca esfera de gas caliente que nos regalaba brillo. Ya no son llamativos, los viajes interplanetarios que fueron el boom del descubrimiento, de la humanidad como tal, se cansó de investigar un planeta rojo, una luna de queso, o un planeta enano.
Un porcentaje alto de los seres humanos que todavía existimos en un promedio de mediana edad, decidió enlistarse a un viaje sin retorno, pasar miles y miles de años viajando sin saber si llegaran a su destino incierto, pero más que todo sin disfrutar el viaje, porque estarán en cápsulas especiales y espaciales en un sueño profundo que no se sabe por más experimentos que simularon, si despertarán o morirán en el intento de pasar infinitas estrellas o convertirse en un campo de estrellas. Los pocos humanos que quedamos, porque los androides se continúan en masa reproduciendo, están en la espera de los años que el creador les regale.
—¿Qué mundo existirá para mi pequeña y su familia?
—Eso no lo sabemos muchacha —me dice la tierna abuelita que está a la espera, igual que yo, que estamos en sala del hospital y que escucha con atención mi historia de amor con Zareth.
—Mi nombre es Ellen, un gusto conocerla. Cierto, el futuro es más incierto cada día —menciono acariciando mi vientre.
—Yo nací en el siglo 2000, conocí el amor en el 2023, en ese tiempo los jóvenes no esperábamos nada, más bien disfrutamos el día a día.
Recuerdo…
Julio, 2023 En algún lugar del mundo
La tecnología hoy está al alcance de tus manos. Ese era el anuncio que se repetía a través de la televisión. Lo cierto que lo más cercano en lo que fue, este inicio de siglo y puede que sí, esté al alcance de casi toda la población que tenga un celular inteligente es la Inteligencia Artificial, mejor conocida con sus siglas IA. El último grito tecnológico futurista que permitía la creación desde una simple imagen a base de tus deseos, que nosotros, como humanos, conocemos como imaginación, creatividad, pero con la ayuda de medios tecnológicos se creó ese programa que recibía en su base de datos, la entrada de información que nosotros le proporcionábamos, o recrear como se miraría en años una persona por medio de una fotografía del pasado, mezclar mundos diferentes que solo nuestra mente puede crear. Pero ese avance no quedó ahí, también fue un avance que nos llevó a la triste realidad que el desarrollo que se había inventado, fuera el inicio de llegar a ver en un futuro no lejano que en donde ese don innato y creatividad de algunas personas que se dedican a realizar ciertas profesiones vayan quedando en el olvido.