Iniciando la reproducción número 3,125 del recuerdo: 2100 Un nuevo siglo inicia.
Realizado por Ava. — Menciona la voz robótica de mi compartimento.
Han pasado 77 años, desde la primera vez que la tecnología comenzó ese auge avance tecnológico, con pequeños y grandes pasos a su vez.
El planeta Tierra dejó de ser tierra para convertirse en planeta Tecno, nada es como decía mi mamá, los animales dejaron de existir hace más de 25 años, no hay flores, porque ya no hay fotosíntesis, solo drones o robots en forma de cualquier animal que tú desees, ahora solo se mantienen en las redes y satélites la música o sonido de lo que fue el cantar de aves, en estas viviendas que están interconectadas a una misma red, las paredes sin un color vivo, no podemos salir sin usar las máscaras de oxígeno, para poder respirar el aire que circula afuera de ellas, ya solo queda el 15% de la población mundial, y estas han llegado a una edad avanzada para la alimentación que hoy llevamos a base de comprimidos. Su buena alimentación y genética de longevidad que heredaron de sus ancestros lo hacen estar vivos.
Muchos inventos han sido creados, material genético, experimentos con humanos, hoy solo existen entrenamientos espaciales para sobrevivir, esa es la palabra SOBREVIVIR, ya no vivimos, ahora sobrevivimos al nuevo siglo que inicia.
Las parejas matrimoniales que estamos, nos tienen controlados para no tener hijos, pero ni la ciencia logró detener el Milagro de la Vida, mi vientre es la prueba de ello, a los 49 años de edad hay una nueva vida creciendo. Mi adorada y amada Ailana, tú serás la fuerza que necesita este mundo.
Termino de escuchar el final de la reproducción de la bitácora de mi madre, me encanta escuchar su voz, sonrío al recordar lo que siempre me decía, que yo era la fuerza que necesita nuestro mundo, para que volviéramos apreciar lo valioso que era el poder de la unión de corazones en un mismo latir.
Presente
2123 ¿En dónde está mi Planeta de Amor?
Ahora vivimos en el espacio, somos exploradores del universo y sus hoyos negros, muchos murieron, entre ellos mi familia, perdí mi descendencia, los que han sobrevivido, son los humanos que no han mutado completamente, debido a experimentos hechos con tecnologías para alargar la vida.
Descubrimos que no estamos solos, existe vida inteligente en el infinito de este cielo oscuro.
¿Estamos listos para convivir con ellos? — me pregunto.
Pero no es lo que temo, ellos no han dado señal de ser un peligro, están esperando. Y creo que es a que nosotros los pocos que quedamos estemos preparados para abrir nuestra mente y nuestra alma, ellos son seres de luz, y lamentablemente la mayoría de aquí no tienen el amor como primer sentimiento.
Soy la última sobreviviente de mi abuela Ellen, que vivió cuando el sol y la luna dejaron de ser atractivos a la mente humana, en el 2077, Hija de Ava y Zareth, mis padres que vivieron el inicio de la vida interestelar, la pareja que sin esperarlo tuvo el milagro de la vida en el nuevo siglo 2100.
Soy Ailana ZAE, las siglas que inicia con la inicial de mi padre, la de mamá y de mi abuela, las mujeres de mi descendencia para no olvidar de dónde vengo.
Cien años han pasado, un siglo completo, ese es el anuncio que nos recuerda la línea de tiempo.
¿Pero en dónde quedó el planeta Tierra? ¿En dónde está mi Planeta de Amor?
Esas eran las preguntas que me hacía todos los días, hasta que…
—¡Chica planeta! ¿Me escuchas?
—¿Disculpe? — pregunto al hombre de ojos azules que nunca había visto aquí.
—Lo digo por lo colorido de tu uniforme con temas alusivo a la Tierra.
—¡Oh, sí! Es diferente.
—Te hace única. — dice mirándome como si fuera especial.
—Gracias — me sonrojo.
—Debo irme… pero sigue cantando por favor como lo haces siempre.
—¿Cómo…? ¿Cuál es tu nombre? Espera por favor.
Pero se ha ido, y por más que lo busqué no lo he encontrado. ¿Quién eres chico de cielo azul?
Tres semanas han pasado desde la primera y única vez que lo vi, ahora no sé, si ya estoy loca, y fue producto de mi imaginación o un holograma, porque he recorrido casi toda la nave y no lo encontré, pero desde esa vez, en la primera semana apareció una tarjeta personalizada escrita a mano en el lugar que dejo volar mis pensamientos, con una sola palabra en ella.
Gracias
En la segunda semana, fue escrita la palabra:
Por
Y en esta tercera semana la palabra es:
Existir
Sonrió por leer la frase al unir las tarjetas de colores: ¡Gracias por existir!