caterin
Salí de la casa con mucho cuidado ya que mi meta era el llegar sola al bosque, una vez afuera un aire frio hizo darme cuenta que había olvidado mi capa pero no quise volver a entrar y arriesgarme a ser escuchada así que con el frio congelándome camine hacia el bosque a mi encuentro con Neizan.
La noche estaba oscura y en el cielo no se podía ver ni una sola estrella, la luna estaba totalmente oculta por las nubes negras que decoraban el cielo, camine hasta la entrada del bosque tratando de localizar a Neizan, pero parecía que ahí no había nadie y me encontraba totalmente sola.
Los nervios empezaron a atacarme sentía que no debía estar ahí después de haber tenido aquel sueño, me sentía intranquila y con miedo de que algo fuese a pasar, en ese momento me debatía en si ingresar al bosque o volver a mi casa, estaba por dar la vuelta para regresar cuando un ruido detrás de mí me hizo girar nuevamente.
En la oscuridad del bosque se podía observar una sombra la cual se encontraba estática observando hacia donde me encontraba parada, rápidamente a mi cabeza llego el recuerdo del sueño que minutos atrás acababa de tener y podría decir que por instinto mis pies empezaron a correr más sin embargo el miedo me tenía paralizada sin poder moverme o emitir palabra alguna.
Vi a la persona moverse hacia donde me encontraba, al irse acercando más y con la poca luz lo primero que pude observar fueron sus ojos color miel justo igual que en mis sueños esos ojos que fue lo único que pude ver y por un instante quise que hablara, escuchar su voz, pero a la vez tenía miedo de que la persona que venía caminando hacia mi fuera la misma de mis sueños.
Pero cuando por fin estuvo lo suficiente cerca de mi pude notar que solo se trataba de Neizan y el miedo fue remplazado por unas enormes ganas de reír por pensar que la persona que tenía enfrente podría tratarse de la misma de mis sueños, al fin de cuentas solo había sido eso un mal sueño, una pesadilla.
—Pensé que no vendrías — en mi defensa yo había pensado lo mismo que él.
Se acercó más a mí y pude ver en su cara una expresión de seriedad que nunca antes había visto en él, su semblante era tan diferente al de otras ocasiones, esta noche su actitud tan indiferente y fría comenzaban a ponerme nerviosa nuevamente y es que el aura que desprendía era como si el solo pudiera arrancarle la cabeza a cualquiera que se le pasara enfrente.
—me quede dormida.
Lo vi sonreír de lado ante mi respuesta y eso me hizo ponerme aún más nerviosa ya que la actitud que estaba teniendo con migo ese día era muy diferente a la de días anteriores.
—Para que me pediste que viniera — el ambiente estaba tan raro que lo único que quería era saber para que me había pedido ir ahí aparte de que me estaba congelando.
—estuve investigando y descubrí varias cosas, pero es mejor que vallamos a la cabaña para hablar no es seguro estar aquí.
Me quede parada ahí mientras el ingresaba de nuevo al bosque y es que no estaba segura si quería ingresar, por alguna extraña razón mi instinto me decía que no debía ir pero igualmente necesitaba saber qué era eso que Neizan había investigado así que dejando de lado todo presentimiento camine para alcanzar a Neizan.
La oscuridad ese día en el bosque no dejaba ver bien por donde se caminaba y en más de una vez tropecé con las piedras que habían en el camino, esa noche era tan rara por donde se mirara no parecía haber más que oscuridad .
— ¿y que fue eso que descubriste?
La situación empezaba a ponerme incomoda y es que el que Neizan no hablara terminaba por destrozar mis nervios.
—estuve buscando respuestas a lo que pasaba — se detuvo un poco esperando a que me pusiera a la par suya.
—descubrí varios documentos que hablan sobre un bosque maldito y seres que habitan ahí, obviamente son leyendas contadas por los antepasados pero viendo lo que aquí pasa podría asegurar que mucho de eso es verdad.
Cada vez estábamos más cerca de la cabaña y por ningún lado podía una mínima luz que alumbrara al menos un poco el camino.
—la leyenda cuenta que… —lo vi detenerse abruptamente posicionándose enfrente de mi como si estuviese protegiéndome de algo.
—cáterin necesito que cuando te lo pida corras.
Estuve a punto de preguntar él porque pero unos gruñidos hicieron eco por todo el lugar haciendo que me pegara más a su espalda, mi vista viajaba por todo el lugar tratando de buscar que era lo que se encontraba ahí pero la oscuridad era tan inmensa que apenas y podía reconocer mi mano si la ponía enfrente de mí y fue entonces cuando me di cuenta que esa oscuridad no era normal, nunca había visto una noche tan fría y sumida en un negro infinito que no dejaba paso a la más minina luz.
De repente Neizan volteo a ver atrás de mí como si pudiese ver lo que ahí se encontraba, por un momento quise voltear pero la voz de Neizan me hizo regresar la mirada para verlo.
—necesito que corras lo más rápido posible hasta que llegues a la cabaña y una vez ahí no salgas hasta que yo llegue o amanezca sí.
—pero y tú, no puedes quedarte aquí — por un instante su mirada estuvo de nuevo en mí y su mano acaricio mi mejilla como tratando de trasmitirme tranquilidad, aunque era obvio que eso era lo que menos tenía en ese momento.
—No te preocupes por mí, tratare de distraerlo mientras tu corres — sus labios se posaron en mi frente dejando un beso en ese lugar, y luego en un susurro lo escuche decir corre.
Y fue en ese momento en el que me despegue de el para correr lo más rápido posible, veía la cabaña tan cerca pero con la oscuridad y el camino rocoso me estaba costando mucho llegar ahí.
Los gruñidos no dejaban de escucharse por todo el lugar y de repente ladridos y aullidos empezaron a escucharse, por un instante quise parar y voltear a ver que estaba sucediendo pero con la oscuridad infinita del lugar me era posible ver si quiera lo que se encontraba enfrente de mí.