En el corazón de la mafia

Capítulo 24

Hester había decidido no ir con su abuela hoy, estaba cerca de los siete meses y le costaba un poco de trabajo moverse, tenía hambre y sueño la mayor parte del tiempo, así que había decidido estar un rato en el jardín trasero con algo de comida.

Miraba a los perros guardianes jugar, solían dejarlos salir unas horas por la mañana para que se distrajeran; mientras acariciaba su vientre, podía imaginarla como su madre o parecida a su abuela, quizás tendría algún rasgo de los padres de él, de los cuales le había hablado un poco, quizás sería buena idea pedirle una fotografía, al menos podría saber si ella tendría rasgos de ellos o de sus padres.

Sonríe al sentir la pequeña patada, parecía más despierta cuando le hablaba alguno de los dos, se sentía muy dichosa.

Se pone en alerta cuando ve a los perros correr hacia el frente, algo atípico de ellos. Su inquietud aumenta al escuchar el escándalo dentro de la propiedad, se gira para ver las puertas de cristal abrirse y dos hombres entrar, se queda quieta sin saber que hacer, de todos modos hacer algo estúpido podría perjudicar a su pequeña, así que no opone mayor resistencia cuando la toman de los brazos y la sacan de la mansión, tenía miedo por su pequeña, creía sabe quién estaba detrás de todo esto y no le agradaría verla así de embarazada.

La suben a un auto y cubren su boca, de a poco siente que va perdiendo la consciencia.

Sus hombres habían logrado abatir a los intrusos, sin embargo, al comprobar los daños y se sorprendió con la cantidad tan baja de enemigos muertos.

- Me parece raro –dice Mark tras acercarse a él, asiente y su primer pensamiento fue Hester, así que saca su teléfono y le marca a Sergei, pero la llamada se va a buzón tras un momento. La siguiente en la lista es Katina, esta responde casi al último tono.

- Señor, se llevaron a la señora –podía oír el dolor y la preocupación en su voz, debía mandar a sus hombres a comprobar como estaban todos, aunque ahora su mayor preocupación eran su mujer y su hija, maldito fuese por caer en una trampa, otra vez.

- No te preocupes Katina, pronto irán a verlos –dice antes de colgar, arroja el teléfono con furia, ¿qué habían estado haciendo esos inútiles al momento del ataque?, ¿acaso era muy poca la seguridad? Debió ser más cuidadoso, quería golpearse–. Se la llevaron, esto fue una mera distracción –Mark asiente, lo había sabido en cuanto arrojo su móvil, nada lo ponía así de furioso más que cualquier cosa que tuviese que ver con ella, ahora debía averiguar dónde estaba y debía hacerlo rápido, la vida de sus mujeres corría peligro.

Hester parpadea un par de veces, la cabeza le daba vueltas, podía sentir que estaba sentada en una silla y amarrada de pies y manos, al menos no había presionado en su vientre.

- Hasta que despiertas –escupe con asco, intentaba enfocar, supuso que eso la hizo enojar porque lo siguiente que sintió fue la mano de Clarisse contra su mejilla, su rostro se giro y sintió caliente ahí donde impacto–, quiero que veas algo –se gira para verla, saca su móvil del bolsillo trasero y tras maniobrar un poco, sonríe mostrándole el contenido, eran fotos de ellos, suponía que debía ser de ese día donde Faddei fue drogado. Hester mira con atención las fotografías, por los ángulos alguien debió tomarlas, salvo las que parecen selfies. En las que parecía que alguien las tomo, se veía la espalda de ella y el cabello caía ocultando la cara de él, quizás si Faddei no le hubiese dicho nada ella le habría creído a Clarisse, pero al tener el conocimiento de los hechos, pudo ver con otros ojos esas fotografías, sin embargo, debía ganar tiempo para que él viniera a salvarla, porque tenía fe en que eso pasaría, cierra los ojos pensando en un momento triste para comenzar a llorar, debía ser convincente o todo se arruinaría.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.